Las Palmas fustiga a un Almería de parvulario (1-2)

Almería/Anticompetitivos. Es el adjetivo calificativo que mejor define la actual situación de la UD Almería, un equipo sin actitud ni aptitud para oponerse a cualquier adversario, independientemente de la categoría en la que milite. La monumental pitada con la que fueron despedidos los pupilos de Garitano al descanso resume una temporada para olvidar que tiene pinta de que se va a hacer muy larga y quizá requiera de acometer en enero una completa cirugía pensando ya más en el regreso a Segunda que en la propia salvación.

Ante Las Palmas, un rival que se presentaba en el Power Horse con tremendas dificultades para ver portería (solo había marcado 6 tantos hasta la fecha), los rojiblancos volvieron a ser una feria defensiva sin las necesarias vigilancias, sin ayudas entre compañeros y llegando tarde y mal a cualquier cruce. Hasta tal punto llegó la indolencia que cada vez que los amarillos pisaban el área de Fernando se palpaba la tragedia.

Sin que Édgar recuperase a tiempo, en esta ocasión Garitano optó por ubicar a Chumi junto a Montes en el eje de la zaga en detrimento de Kaiky, pero da igual quién juegue porque se trata de un problema estructural, un cáncer enquistado que ni con quimioterapia parece poder ser erradicado. La retaguardia, y con ella todo el entramado defensivo, incluyendo a un bisoño centro del campo y unos extremos que no auxilian a los carrileros, fue una vez más de parvulario, impropia del fútbol profesional.

Sergi Cardona, sin duda uno de los jugadores visitantes más en forma, avanzó por el carril zurdo con el beneplácito de Lázaro (novedad por Arribas) y Pozo cada vez que quiso, poniendo 'plátanos' en el área con inusitada facilidad, ya que nunca nadie le salía al paso. El gol de los de García Pimienta era solo cuestión de tiempo, de madurar un poco más la ofensiva, e iba a llegar en el ecuador del primer acto de la forma acostumbrada, dejándole las puertas abiertas al contrario.

Empanada defensiva

La acción nació en un saque de banda cercano a la línea de fondo que recibía Marc Cardona para tocar sobre Marvin. El lateral diestro se burló de Embarba y Centelles con una facilidad pasmosa para enviar un centro al primer palo, donde la monumental empanada de Montes sirvió para tenderle la alfombra roja a Munir, quien anticipándose metía la punta de su bota para batir a Fernando.

Y si no llegaron más fue porque Las Palmas también carece de un '9' matador que huela la sangre y haga pupa, ya que el Almería ni tan siquiera ofreció un atisbo de reacción durante los primeros 45 minutos, en los que apenas se limitó a intentar una volea lejana por medio de Baptistao, el único jugador local que parece conservar un atisbo de amor propio a estas alturas de la película.

El segundo acto arrancó con las novedades de Mendes y Arribas por Centelles y Baba, al acabar lesionado el primer tiempo el lateral valenciano y amonestado el ghanés. Pozo pasó al carril zurdo y Robertone cayó al doble pivote para acompañar a un Lopy que juega al trote cansino. Como peor ya era imposible, el equipo tiró de sus exiguas reservas de orgullo para hacer su primer disparo a portería a los 50 minutos. Fue un lejano obús de Embarba que requirió la parada de Vallés en dos tiempos y estuvo cerca de sorprender al arquero canario. Las Palmas dio un claro paso atrás en busca de guardar el resultado.

Había tiempo para remontar, para intentar obrar el milagro que haga espabilar de una vez a un equipo timorato, asustado, pero de poco importa el tiempo cuando no hay voluntad. Solo la entrada de Ramazani en el campo a los 63' minutos de juego mejoró algo la pulsión ofensiva indálica. A los pocos minutos el belga ponía una buena asistencia sobre Baptistao cerca de la frontal y el brasileño, tras girarse sobre sí mismo, enviaba un zapatazo que requería la estirada de Vallés para abortar el posible 1-1.

Pero lo bueno es que Largie estaba ya en el campo y con el extremo belga todo es posible. En el 73' recibía un balón en largo de Robertone (la elaboración en la media es nula) y encaraba a Álex Suárez para recortarlo con irreverente tranquilidad y lanzar luego un misil ajustado a la cepa del poste que sorprendía la intentona de estirada de Vallés para restablecer la igualada en el marcador.

El empuje duró hasta ahí. Ni con la imperiosa necesidad de ganar para recortar distancias con la permanencia fue capaz el Almería de embotellar a Las Palmas en su propio feudo. Muy al contrario, fueron los visitantes quienes dispusieron de una varias ocasiones para el 1-2 en el tramo final. Moleiro sacó un latigazo desde la frontal que se marchó cerca del palo por muy poco. Ya en el descuento Sori Kaba intentó una chilena imposible con Fernando fuera de portería intentando evitar un centro de Araújo.

Y tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose antes de que Hernández Maeso señalase el final de la contienda. Fue en un centro de Araújo sin aparente peligro, pero fatalmente despejado por Mendes, que le dejó el balón muerto a Sori Kaba. El ariete guineano no se lo pensó dos veces para empalmar el esférico y enviarlo violentamente contra el poste y a la red, dejando helado al descontento graderío del Power Horse.

La derrota mantiene a los de Garitano colistas con 3 puntos en una compleja situación a la espera del resto de marcadores de la jornada. Las sensaciones que transmite el equipo siguen siendo bastante negativas como para pensar en una posible remontada que a día de hoy se ve quimérica. El próximo domingo (14:00) en Vitoria ante el Alavés, siguiente batalla ante otro rival directo. ¿Llegará la vencida a la duodécima? El 2 para la UDA cotizará a precio de oro en las apuestas.