Necesitan un lavado de cara
INSTALACIONES DEPORTIVAS
Algunos campos municipales presentan desperfectos que llevan tiempo sin subsanarse
El Español del Alquián sólo puede ocupar una parte del campo por la iluminación y en La Cañada se encuentran extintores que llevan casi tres años sin pasar la pertinente revisión
La mayoría de los clubs se muestra contenta con la labor del Patronato
Almería/El debate entre los clubs de fútbol de la capital almeriense surgió hace un par de años al hacerse cargo el Ayuntamiento de Almería de las instalaciones municipales, gestionando desde entonces las mismas. Con opiniones diversas, la mayoritaria era que los campos funcionaban mejor cuando la gestión corría a cargo de los propios equipos. Transcurrido el tiempo, el estado de las instalaciones ocupó la actualidad después de que la Federación Andaluza de Fútbol suspendiese los partidos en la Ciudad Deportiva de La Cañada, alegando que las condiciones no eran aptas, con deficiencias que debían ser subsanadas.
El cañaero no es el único campo municipal que necesita un lavado de cara. Son ocho los complejos en los que se practica el fútbol levantados gracias a los impuestos de los almerienses: Los Pinos (El Alquián), La Cañada, Los Ángeles, Tito Pedro, Rafael Andújar (El Zapillo), Constantino Cortés (Los Molinos), El Toyo y Cabo de Gata. Por esas instalaciones pasan diariamente cientos de niños, jóvenes y adultos, topándose en ocasiones con numerosos problemas extradeportivos. Por ejemplo, los equipos del Español del Alquián apenas pueden ocupar una parte del campo por la iluminación. En alguna que otra pista del Rafael Andújar es compleja la práctica del pádel al meterse las ramas de los árboles dentro del espacio del juego. O en la Ciudad Deportiva de Los Ángeles es difícil encontrar un balón si sale a la acequia que hay junto al campo sin haberse limpiado la misma desde que se construyó la instalación hace ya 16 años.
La pasada semana los clubs tuvieron una reunión con el consistorio almeriense y éste les prometió arreglar los diferentes desperfectos. La cita pareció satisfacer las demandas de la mayoría de las entidades, pero no las de La Cañada. "No todos los clubs dijeron lo que sentían, sólo dimos la cara nosotros y el Oriente. Salí defraudado porque todos tenemos desperfectos. A El Alquián hay que ir a entrenar con una linterna", asevera el presidente de La Cañada, Antonio Ramón, que ve cómo su instalación aún continúa con imágenes tercer mundistas.
La canaleta de desagüe con una profundidad considerable que rodea al terreno de juego y cuyo estado ha sido denunciado por diferentes árbitros federados en las actas fue arreglada cogiendo la rejilla del campo de fútbol sala, lo que ha provocado que la pista sea 'clausurada' momentáneamente. "Ayer vinieron niños a entrenar y se encontraron con un candado. El Ayuntamiento no nos ha dado ninguna solución. Esto es sencillo arreglarlo, pero tiene que haber un diálogo y encima es al revés, nos critican por hacer estas declaraciones. Tenemos que sentarnos y hablar", prosigue Antonio Ramón, decepcionado al no sentir el apoyo del resto de clubs, explicando que otros campos tampoco tienen agua caliente y los usuarios no se quejan.
En la Ciudad Deportiva de La Cañada uno también se puede encontrar con redes en mal estado, ausencia de agua caliente o asientos arrancados. "Un día se cae un niño en la grada y se mata...", cuenta Antonio Ramón, que se lamenta de que haya extintores que lleven más de dos años sin pasar una revisión, en concreto, desde febrero de 2020. "Los aseos también están fatal. Está feo que un museo o biblioteca, que también son de ámbito municipal, tenga el suelo sin fregar. El deporte parece que no es cultura", se lamenta el presidente de La Cañada, que ante la pregunta de si el ayuntamiento le ha ofrecido una solución, suspira. "Yo creo que los arreglarán. En 17 años el Patronato se ha ahorrado 30 millones de euros al llevar la gestión los clubs", denuncia.
Sin embargo, más que en los desperfectos, Antonio Ramón pone el foco en la gestión de los campos. "No es normal que nos digan cuándo tenemos que jugar y entrenar. Tenemos un presupuesto de 280.000 euros y 32 equipos. Y que un club de fútbol, con equipos en categorías autonómicas y nacionales, que trata con entidades de Primera División, lo tenga que gestionar un Patronato... No es normal que nos digan cómo tiene que hacer las cosas un club que viaja por toda Andalucía y parte de España. El club es La Cañada, no el Patronato. El dinero lo pone el club, no el Patronato", afirma.
"Las instalaciones se gestionaban mucho mejor cuando lo hacíamos nosotros. No había ningún problema en ningún campo. El concejal de turno nos trató a todos con el mismo rasero: clubs que tenían más equipos y otros con menos. Los más perjudicados fuimos los que tenemos conjuntos nacionales y regionales", expone el presidente cañaero, al que le gusta hablar sin pelos en la lengua. "Los campos los dirigen personas que no tienen ni idea de qué va esto... Todos nos equivocamos: el concejal, el que manda en el Patronato y yo mismo. Pero no es normal que si nos equivocamos nosotros, lo pagamos; pero si lo hacen ellos, no. Hemos tenido que alquilar nuestras propias instalaciones. Sólo pido que nos respeten, que no se rían de nosotros", finaliza.
En la misma línea se muestra uno de los directivos de los cuatro equipos que entrena en la Ciudad Deportiva de Los Ángeles, aunque prefiere no decir el nombre. "Lo mismo que te comento yo deberían hacerlo los otros tres clubs", argumenta. "Llevamos una semana con una tubería del interior de los vestuarios sin agua. Aún no lo han arreglado. Cuando lo gestionábamos nosotros, esto no ocurría", explica, lamentándose que sus equipos estuviesen sin poder ducharse con agua caliente durante gran parte de la temporada pasada. De hecho, en algunos vestuarios de la instalación el agua aún no tiene la temperatura adecuada. "Hace años acababa un equipo de entrenar y antes de que empezase el otro, el vestuario ya estaba limpio. Ahora están asquerosos", denuncia.
Este directivo también se lamenta que no se puede jugar un partido por la noche al ser la visión limitada. El de los focos es un problema generalizado en las instalaciones municipales. "En el campo del Pavía ya han empezado a cambiar las luces. ¿Si espero que el próximo sea el nuestro? Se acabará la temporada y seguiremos con las tinieblas…", dice. "La gestión era mucho mejor antes con nosotros", argumenta, explicando que los matorrales que hay detrás del campo de fútbol 7 se suben a la grada, a diferencia de antaño, cuando su club cortaba los mismos con un producto que hacía que la planta no creciese.
"El tema de las pistas de pádel es una vergüenza por cómo está la red. Se caen abajo. ¿Si nos han dicho que lo van a arreglar? Engañar te pueden engañar. Los aspersores no tiran agua. Uno está quitado y los que funcionan lo hacen a medio gas. Este campo necesita mucha agua. Y deberían construir un acceso desde el campo a la rambla en condiciones para cuando se caigan los balones. Por no hablar de la acequia que hay en esa zona. Un día va a ocurrir una desgracia ahí", continúa desde la Ciudad Deportiva de Los Ángeles.
Denuncian desperfectos de manera menos crítica
Menos crítico se muestra, por ejemplo, el presidente del Pavía, José Antonio Carreño, que destaca que los desperfectos se están subsanando. Recientemente en un acta de un encuentro disputado en el Tito Pedro se reflejó la ausencia de agua caliente. "Hay una avería, pero porque la bomba de agua tarda en venir. Las puertas también tienen que cambiarlas, además de las vallas del campo de fútbol sala, que deben repararlas. Pero no son quejas, son cosas que se rompen del uso. Yo estoy aquí para ser feliz, no para cabrearme, me adapto a lo que tengo. Lo hablo y tratan de subsanarlo", afirma el presidente arlequinado.
"Siempre he sabido que las instalaciones no son de los clubs. Ahora estoy más contento porque no tengo los gastos de antes. El tema deportivo sí me influye al tener menos espacio que otros, que cuentan tanto con campo de fútbol 7 como el de 11. Lo que hay que arreglar es de hace ya años. No tengo ninguna queja. Me adapto a lo que me ofrecen, aprovecho lo que me dan. El riego funciona, el césped funciona y las duchas tienen agua caliente. No tengo ningún problema", expone el presidente, que, eso sí, reconoce que los problemas de la administración "van muy lentos". "Antes sí éramos más rápidos porque si se rompía algo, nos encargábamos nosotros y no había que pasar ese trámite", explica Carreño, que reconoce que en el Tito Pedro hay que mejorar el estado de las luces y de las canaletas.
Desde el Poli Almería, su secretario, José María Torres, subraya que en la Ciudad Deportiva de Los Ángeles hay que solventar la situación de las duchas, luces y riego del campo. Pero lo hace desde una posición tranquila. "Todo lo que haga el Patronato está bien", comenta Torres, contento con la gestión del ayuntamiento almeriense. En esa instalación también se encuentra el Sporting de Almería. Su presidente, Joaquín Silva, expone lo siguiente: "El año pasado sí que no había agua caliente. Este año tenemos menos queja en ese sentido. Sólo tenemos un equipo sénior, no es el uso que pueden tener otros clubs, aunque obviamente todo se puede mejorar". Por su parte, el presidente del Eda, Juan Antonio Miranda, también se muestra contento con la labor del consistorio. Su club ya ha recibido alguna advertencia arbitral por el estado de las mallas de las porterías de fútbol 7.
En una posición menos crítica también está el presidente de Los Molinos, Juan Matías. "Siempre me reparan lo que digo que hay que arreglar. No tengo ningún inconveniente. Nos van a cambiar las luces. Nos han prometido que las van a cambiar y espero que así sea", explica Matías, que sí pide algo más de celeridad en las solicitudes. "Los plazos sí se retrasan. Cuando lo gestionábamos nosotros, todo era más rápido. Otros clubs no han entendido el proceso, pero nosotros sí. Nos gustaría que la gestión fuese compartida, ya que nos organizaríamos mejor los horarios de los entrenamientos y partidos. Tenemos que adaptarnos", comenta uno de esos muchos obreros que ha hecho tanto por el fútbol de Almería.
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