Makarizde y el oficio salvan los muebles en Alcorcón
AD ALCORCÓN 0-1 UD ALMERÍA | Contracrónica
Las buenas intervenciones del meta georgiano y un gol de Sadiq facilitaron la victoria ante un serio Alcorcón
Mono de trabajo puesto en un duelo muy laborioso
El ascenso a Primera pasa por ganar en campos como Santo Domingo y el Almería supo tirar de oficio y ponerse el mono de trabajo para sacar adelante un partido que el Alcorcón peleó de principio a fin y en el que los de Anquela merecieron como poco empatar.
No fue así gracias a la agitantada figura de Giorgi Makarizde, que vino a simbolizar con su sobria actuación bajo palos que José Gomes no se haya decantado todavía con claridad por uno de sus dos guardametas para la titularidad. El georgiano hizo varias intervenciones de mérito que frustraron las intentonas alfareras de adelantarse en el marcador primero e igualar la contienda después.
El técnico portugués volvió a recurrir a las rotaciones extremas, cambiando el once al completo respecto al que jugó frente al Mallorca, dando esta vez descanso de inicio a Cuenca y Sadiq, si bien el nigeriano se convertiría en el protagonista del choque al convertir el 0-1 en el primer balón que tocaba tras pisar el césped.
De salida, los rojiblancos volvían a adueñarse de la posesión del esférico tras cedérselo al Mallorca en la jornada previa, con buena circulación e imprimiendo un ritmo alto de juego ante un Alcorcón en el que se atisbaba con claridad la orden de Anquela de cortocircuitar la medular indálica con vigilancias sobre Morlanes.
Los primeros acercamientos, anulados ambos por fuera de juego, fueron visitantes. Un centro-chut al larguero de Pedro Mendes (el luso baja mucho el nivel ofrecido por Sadiq para suplirlo) y un gol de Corpas (el jiennense volvió a brillar con el brazalete de capitán) a pase de Balliu que no subió por milimétrica posición antirreglamentaria del lateral diestro, revisada con escuadra y cartabón por el VAR para trazar la línea.
La réplica local fue si acaso más contundente, pues Makarizde tuvo que emplearse a fondo para atajar un duro disparo de Marc Gual cuyo rechace le caía a Arribas, pero el georgiano tapaba bien el hueco de la portería. Iba a suponer el sino del encuentro, ya que el arquero unionista fue un muro para los amarillos, que en otro trallazo de Gual forzaban un nuevo paradón de este.
Al Almería le costaba filtrar pases más de lo acostumbrado y en su defecto volcaba el juego por las bandas para las subidas de Balliu y Akieme, que estuvieron muy activos, al contrario que la pareja Peybernes-Maras, dubitativa y superada en todo momento por Marc Gual en los lances.
Sadiq, salir y besar el santo
Tras la reanudación, Akieme lanzaba un zurdazo por encima del larguero en una de sus incorporaciones ofensivas en las que pisó área y a la hora de juego (esta vez por suerte Gomes no demoró en exceso los cambios) el hispano-ecuatoguineano recibía un pase largo de Morlanes para profundizar y poner el balón sobre la llegada de Carvalho desde segunda línea. Laure desviaba la trayectoria habilitando la posición de Sadiq quien, libre de marca en el segundo palo, remachaba a la red con una fría reacción en la celebración posterior. O pensaba que podía estar en posición ilegal o evidenció que está pasándolo mal por el hecho de no encontrar portería con la asiduidad requerida a un ‘9’. Lo cierto es que ya es su cuarta diana en lo que va de temporada y apenas necesitó de dos minutos sobre el césped para materializarla.
El 0-1 volvió a provocar el habitual efecto en las filas indálicas de dar un paso atrás para nadar y guardar la ropa. Tocaba calarse hasta las cejas el mono de trabajo para blindar los tres puntos en un feudo que con Anquela en el banquillo será como visitar al dentista y el Almería salió airoso del envite gracias a la inspirada tarde de Makarizde.
Marc Gual volvía a probar las manoplas del georgiano con un duro chut con su pierna zurda desde la frontal que tuvo otra eficaz respuesta. La posterior entrada del almeriense Barbero a los 65 minutos iba a causar estragos en la pareja Peybernes-Maras, bastante desentonada en Santo Domingo.
El exrojiblanco estuvo en dos ocasiones muy cerca de hacer cumplir esa ley del ex que siempre moja ante su anterior equipo. La primera ocasión (75’) fue clamorosa, ya que recibió una gran asistencia de Arribas a la frontal del área pequeña, pero su remate se topaba in extremis con la oposición de Akieme bajo palos.
En la segunda (79’), entre Makarizde y el poste sacaban un cabezazo del joven atacante y el posterior rechace no acertaba a embocarlo entre los tres palos Arribas. Con el Alcorcón volcado se presagiaba una recta final de partido agobiante, pero en el tramo final los unionistas, con defensa de cinco por entrada de Cuenca y medular reforzada por Petrovic, supieron capear el temporal. 32 puntos ya en la tabla a la espera de poner al día el miércoles ante el Zaragoza el duelo aplazado de la segunda jornada.
Protagonistas
Umar Sadiq El nigeriano debe dar un cursillo de celebración de goles
De salida José Gomes optó por concederle descanso al ariete nigeriano, que saltaba poco antes de que el crono marcase 60 minutos. En apenas dos hizo lo que Pedro Mendes no pudo en una hora. Libre en el segundo palo recibía un centro de Akieme que en principio iba para Carvalho (rompía llegando desde segunda línea), pero Laure lo desviaba rompiendo el fuera de juego del africano, que solo tuvo que impulsarla a la red, ajustándola en exceso a la escuadra, dicho sea de paso. Sorprendió que no lo festejase con rabia al instante, quizá creyendo estar en posición antirreglamentaria. Es el cuarto de su cuenta.
Samú Costa Otra actuación sobresaliente para sostener la medular rojiblanca
En Santo Domingo había que arremangarse y en ese tipo de partidos Samú Costa está en su salsa. El mediocentro portugués, que lucía una mascarilla facial para proteger el restro del golpe recibido ante el Mallorca, no se arrugó en ninguna acción y fue a todos los choques como acostumbra, multiplicándose para sostener la medular rojiblanca en un día en el que su compañero de fatigas Morlanes estuvo más bien gris, con la orden de Anquela a sus hombres de marcarlo de cerca. Samú mantuvo el ritmo alto y vio su séptima amarilla, recurrible al ser un manotazo involuntario.
Pedro Mendes Dosis de fe y pundonor carentes de calidad
Hay aficionados que empiezan a confundir al ariete luso con un jugador de rugby porque se faja como el que más con las defensas rivales y no para de correr en todo el partido. Es un dechado de pundonor, pero quizá le falte la clase necesaria para culminar las acciones. Titularidad desaprovechada.
Peybernes Formó eje con Maras y esa zona fue un agujero
Gomes daba otra oportunidad al central francés tras recuperarse de una lesión, esta vez formando pareja en el eje de la zaga con Maras y lo cierto es que esa zona de la defensa fue un flan ante las acometidas de Gual primero y Barbero después. Solo Akieme y Balliu mantuvieron el tipo.
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