Injusta, lesiva y sin proporción

Más vale tarde que nunca, suele decirse en estos casos. Cinco días después de conocer la intención de la FIFA ejecutada por la RFEF de sancionar al equipo con la pérdida de 3 puntos en la tabla clasificatoria, la UD Almería por fin alza la voz para defender sus intereses por medio de su secretario general, Mariano Blanco, que ayer daba la cara por el club ante los medios.

El directivo rojiblanco hizo una completa síntesis de los hechos y de la misma se desprende que la citada sanción "deviene como consecuencia, no del impago del mecanismo de solidaridad [los 50.000 euros solicitados por el Aalborg], sino de 4.500 euros en concepto de intereses al mismo club que ya recibió 1 millón de euros en concepto de pago del traspaso".

Blanco, abogado de profesión, admite que la entidad cometió algún que otro pecado venial en su proceder, pero considera que la resolución dictada es "contraria a los intereses del Almería, injusta, lesiva y desproporcionada".

En orden cronológico, por no liar más la madeja, Blanco hacía el relato de los hechos, que puede resumirse en que el Aalborg reclamó al Almería en 2012 esos 50.000 euros por el mecanismo de solidaridad en el traspaso de Jakobsen al Copenhague. El club entendía que en el acuerdo de venta dicha entidad era la obligada a satisfacer esa cantidad y en el tira y afloja se agotaron los 30 días que establece el Estatuto del Jugador para abonar los derechos de formación.

Eso motivó una primera resolución de la FIFA conminando al Almería a realizar dicho pago y el club abonó entonces los 50.000 euros. Los abogados del Aalborg entendían que la demora en el pago había generado unos intereses de 4.500 euros y presentaron una nueva reclamación, que esta vez el Almería no liquidó en tiempo y forma.

"No lo abonamos porque entendíamos que el Aalborg ya había recibido una cantidad como consecuencia del traspaso y porque el que venía obligado a pagar esas cantidades en función de los acuerdos era el Copenhague", justificaba ayer Mariano Blanco. Ese 'desliz' dio pie a que FIFA tomara de nuevo cartas en el asunto y transmitiera a la RFEF la necesidad de ejecutar la resolución de la Comisión Disciplinaria adoptada el 9 de septiembre de 2014.

Villar entonces se limpia las manos y deriva el caso al Juez Único de Competición, que emplaza al Almería a presentar alegaciones entre el 18 y el 23 de febrero, formulando las mismas la UDA el día 19 aunque el escrito que la RFEF manda al club el 27 de febrero lo negase.

Viendo la que se le venía encima, el club se pone en manos de Juan de Dios Crespo, abogado especialista en derecho deportivo, y el 11 de febrero ya presenta un recurso ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que lo admite a trámite. De forma paralela, y para curarse en salud, también recurre al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), de reciente creación y adscrito al Consejo Superior de Deportes (CSD).

En ambos casos solicita "la adopción como medida cautelar que no se aplique la deducción de los 3 puntos hasta no haya resolución firme por parte del TAS o los órganos judiciales con proposición de pruebas y alegaciones por parte del Almería".

Lo que el club intuye y no quiere airear públicamente es que están siendo el chivo expiatorio o la víctima necesaria de la guerra abierta entre FIFA-RFEF por un lado y LFP-CSD por el otro de la trinchera, suscitada por las medidas para combatir la violencia, pero en la que subyace lo que la Federación considera injerencias estatales en el fútbol.

A eso se añade el agravante de que Alfonso García es vocal de la propia Federación y considera que no ha defendido los intereses de un equipo español afiliado como sí entiende que lo está haciendo la Liga de Fútbol Profesional, de ahí que un organismo haya retirado los 3 puntos de su clasificación y el otro los mantenga.

¿Merece el Almería ser sancionado con 3 puntos por dejar de pagar 4.500 euros? Esa es la pregunta que se hace el club, inmerso en el fuego cruzado de dichos organismos. Y lo curioso del asunto es que el Aalborg ya se da por satisfecho al haber cobrado el pasado lunes, 48 horas tarde pero cobrado, al fin y al cabo.