Homocisteína, el asesino silencioso

Aminoácido. Se produce como consecuencia de metabolizar las proteínas de la dieta que consumimos; los niveles altos se asocian a patologías como ictus, infartos o muerte súbita

La selección lusa guarda un minuto de silencio por el fallecimiento súbito de un jugar de Tercera.
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Antonio Ríos

01 de diciembre 2013 - 05:02

PARA los no iniciados en nutrición deportiva o medicina, este nombre no suele decir nada. Sin embargo, hace ya varios años que se ha descubierto la asociación entre este aminoácido y la posibilidad de sufrir un ictus o un infarto. Pero, ¿Cómo nos afecta a los deportistas? Pues tiene sí hay relación y con la muerte súbita en este caso.

¿Qué es la homocisteína?

Es un aminoácido que se produce como consecuencia de metabolizar las proteínas de la dieta que consumimos cada día; en concreto de la metionina. El ácido fólico y las vitaminas B6 y B12 actúan como coenzimas en el metabolismo de la metionina y de la homocisteína participando así en su procesado y eliminación. Por eso, hay una relación directa entre este grupo de vitaminas y la homocisteína.

Los niveles altos de este aminoácido se han asociado a varias patologías como son los ictus, infartos y muerte súbita.

La homocisteína se encuentra implicada en el desarrollo de la arterosclerosis, un proceso por el cual se van produciendo unas placas de sustancias grasas y minerales en las paredes de las arterias, que las endurecen y obstruyen de forma progresiva; además afecta al endotelio o capa que "tapiza" las arterias y capilares, favoreciendo la formación de esas placas de arterioesclerosis. La homocisteína incrementa la captación del LDLcolesterol por macrófagos. Las LDL se tornan más densas, se agregan y precipitan espontáneamente. Estos complejos son incorporados por las células fagocíticas de la pared arterial (las células espumosas) y posteriormente se depositan colesterol y otros lípidos sobre la pared, formando placas de ateroma. También parece ser que este aminoácido afecta a la sangre, de forma que las plaquetas se vuelven más adhesivas y, por lo tanto, favorecen la formación de coágulos. Éstos puede llegar a obstruir completamente las arterias o las venas impidiendo la circulación de la sangre, lo que da lugar a las trombosis y otros accidentes vasculares. Varios estudios también han puesto de manifiesto que las personas con niveles elevados de homocisteína en la sangre también tienen otros factores de riesgo asociados como son hipertensión o niveles altos de colesterol.

Dichos niveles altos de homocisteína se dan en pacientes con:

-Insuficiencia renal.

-Insuficiencia hepática.

-Neoplasias.

-Hipotiroidismo.

-Fumadores importantes.

-Malabsorción intestinal.

¿Cómo afecta a los deportistas?

Lo normal es que un triatleta popular no padezca ninguna de las enfermedades comentadas con anterioridad. Sin embargo, sí que los niveles de este aminoácido puedan estar aumentados por dos motivos:

-El propio ejercicio físico.

-Carencia de vitaminas asociadas a una insuficiente reposición con la dieta y el déficit debido al estrés provocado por el esfuerzo físico.

Los valores normales son:

Normal: entre 5 µmol/L y 15 µmol/L.

Moderado: entre 16 µmol/L y 30 µmol/L.

Intermedio: entre 31 µmol/L y 100 µmol/L.

Severo: > 100 µmol/L.

Relación Ejercicio y homocisteína

Desde hace unos años es conocida es relación. Herman publicó un estudio en el que comparó los niveles de homocisteina en sangre en atletas que hicieron tres tipos de esfuerzo, a los que se les extrajo una muestra de sangre antes de la prueba y a los 15 minutos y tres horas tras la competición. El grupo 1 englobaba a los corredores de maratón, el grupo 2 a corredores de ultrafondo en una prueba de 100 km y el último grupo incluía a un grupo de ciclistas de MTB que participaron en una carrera de 150 km. Los atletas que en el análisis previo a la competición se observaron unos niveles en sangre de homocisteina >12, se incluyó en la analítica los niveles de ácido fólico y vitamina B12. Los niveles previos en los tres grupos fueron similares.

En cambio, en el estudio analítico a los 15 minutos y tres horas, los niveles de homocisteína en los grupos de carrera se dispararon frente al de bicicleta. También se apreció que en el 25% de los pacientes que tuvieron niveles altos de homocisteína, asociaron niveles bajos de ácido fólico y vitamina B12.

Déficit de ácido fólico y vitamina B12

La otra posibilidad de tener unos niveles altos de homocisteína es un déficit de vitaminas ya sean ácido fólico y/o vitamina B12. Si hay un nivel de entrenamiento importante e intenso, y no lo complementamos con un suplementación adecuada, entraremos en déficit. Sin vitaminas, no podremos metabolizar y depurar correctamente este aminoácido. Molina realizó un estudio sobre niveles de ácido fólico, ciclo de entrenamiento y niveles de homocisteína. Se concluyó que en aquellos períodos de entreno de mayor intensidad, se produce un descenso de ácido fólico a la vez que hay un incremento en las cifras de homicisteína. Sin embargo, si se administra ácido fólico en esos períodos de carga, las cifras de homocisteína se normalizan.

¿Cómo normalizar los niveles de homocisteína?

Lo más sencillo es la ingesta de productos ricos en vitaminas del complejo B y de ácido fólico. Las fuentes principales de ácido fólico son zumo de naranja, cereales, espárragos, lechuga, brócoli, espinaca y huevos. La vitamina B6 puede ser obtenida de la carne roja, cereales, plátano, leche de vaca, atún, pollo y patatas; mientras que la cianocobalamina o vitamina B12 se encuentra principalmente en la carne y cereales.

Además se pueden comprar preparados especiales llamados "modulares de la homocisteína" que básicamente llevan estos tres compuestos vitaminicos en su cantidad adecuada: ácido fólico 400 microgramos, vitamina B6 25 mg y vitamina B12 250 microgramos.

Se recomienda esta suplementación en todos aquellos deportistas con niveles de entrenamiento exigentes y sobre todo durante los microciclos de entreno de mayor intensidad. De esta manera, los niveles de homocisteína se normalizaran y reduciremos al máximo el riesgo de sufrir algún evento cardiovascular así como no incrementar los niveles de LDL colesterol con el consiguiente beneficio en lo que respecta la producción de arterioesclerosis.

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