Faja lumbar, ¿cómo y cuándo usarla?

La columna es una región anatómica que se lesiona con mayor frecuencia y es la causa más frecuente de baja laboral o incapacidad en la población activa. Es una zona que tiene una tremenda leyenda negra: “no te operes, no te toques la columna porque te quedas en una silla de ruedas”. Si hubiera montado una fábrica de sillas de ruedas y hubiera vendido una cada vez que oyera esa frase, ahora sería millonario. En ocasiones los resultados no son los esperados y tras la cirugía, las complicaciones son difíciles de resolver, pero su incidencia es pequeña.

El dolor de espalda es la causa de baja laboral más frecuente en el mundo. En nuestro entorno, donde la agricultura es el eje de la economía y de la vida, la lumbalgia es el motivo de consulta médica más frecuente y de asistencia al fisioterapeuta.

Lo mismo que ocurre con las rodilleras, es muy frecuente que la persona acude a la consulta con una faja lumbar; recomendación de algún vecino o familiar entendido en el tema. Pero no siempre usar la faja lumbar es beneficioso. Se deben seguir algunas pautas para que no perjudique más que beneficie.

¿Cómo funciona el disco vertebral?

La columna lumbar está formada por 5 vértebras. Entre cada vértebra hay un disco que es una especie de almohadilla cuya función es amortiguar las cargas o los impactos, como si fuera un amortiguador.

El disco intervertebral está formado por una estructura en el centro que se llama núcleo pulposo cuya composición es agua en un 90%, colágeno tipo 2 y células similares a las que se encuentran en el cartílago articular de cualquier articulación. Ese núcleo está envuelto por un anillo, llamado anillo fibroso a modos de capas de cebolla que rodean al núcleo. El anillo está compuesto por agua en un 60%, colágeno tipo 1 y células similares al cartílago. El disco es una estructura que no tiene ningún aporte vascular ni tampoco tiene terminaciones nerviosas. Entonces, ¿de dónde le llega el oxígeno para que el disco no se necrose? Del hueso de las vértebras que está en contacto con el disco. Se llama placa final: es como el suelo y el techo del espacio que hay entre cada vértebra en el que se aloja el disco. Ese hueso sí tiene una importante vascularización, y ese hueso tiene muchas terminaciones nerviosas y es ese hueso el que duele cuando duele la espalda.

Hay muchas causas que pueden provocar dolor en la columna simplemente dañando esa zona de placa final: obesidad, edad, tabaco, sobrecargas repetidas lesionan e inflaman dicha placa. De forma automática, se altera el aporte de oxígeno y glucosa al disco, y éste actúa como un neumático que se pincha. Entonces, el disco se deshidrata y aparece de color oscuro en las resonancias, siendo incapaz de soportar el peso de la vértebra por lo que el espacio entre vértebras se colapsa, se chafa y es cuando roza un hueso sobre otro, provocando dolor. Esta inflamación de ese hueso o placa final que nutre al disco a continuación provoca un estrés en las carillas articulares de la columna que unen y estabilizan las vértebras entre sí dando un envejecimiento prematuro de la misma y finalmente se produce una atrofia de la musculatura que da soporte a la columna, llenándose de células grasas y siendo funcionalmente más débil. Cuando el anillo se rompe y el contenido del núcleo pulposo “se sale del sitio” como cuando apretamos un envase de pasta de dientes, ese contenido invade el canal medular y comprime los nervios, provocando dolor en la pierna.

Faja lumbar

El uso de una faja lumbar cumple dos funciones básicas:

1. -Estabilizar la columna lumbar: sobre todo aquellas fajas que tienen las tiras estabilizadoras llamadas “ballenas”. En personas con dolor lumbar, esa faja evita que haya movimiento, no podemos realizar giros ni flexión de tronco hacia delante, por lo que si no hay movimiento, no hay dolor.
2. -Repartir la carga de peso. La faja hace que el reparto de peso sea más igualitario entre los huesos, los discos, los músculos y la propia faja.

¿Cuándo debemos usarla?

1. -Cuando tengamos que cargar pesos de más de 30 kilos.
2. -Cuando la carga de peso sea entre 5-10 kilos pero muy repetidamente, durante la jornada laboral.
3. -Cuando tengamos que tener el tronco flexionado hacia delante durante más de 15 minutos, por ejemplo, al manipular una planta o arreglando algún objeto que se encuentre a baja altura.
4. -En pacientes operados cuando así lo requiera su médico.

Si abusamos de la faja, la musculatura se atrofiará y la columna perderá su verdadero soporte, haciendo que el dolor sea de mayor intensidad. La faja no es algo permanente sino transitorio. En ocasiones nos puede dar la falsa sensación de seguridad y llevarnos a pensar que podemos cargar más peso del que deberíamos por el hecho de llevar la faja. Eso es un error.

La faja no es como un “chaleco antibalas” que nos va a librar del dolor, hagamos lo que hagamos. Si maltratas la columna con o sin faja, lo vas a pagar. Si la faja no está bien colocada, podemos tener problemas de hipertensión arterial al llevarla demasiado apretada, ya que aumenta la presión dentro del abdomen.

Prevención

La columna se considera una unidad funcional formada por las vértebras, el disco que las separa, las articulaciones posteriores que dan estabilidad y soporte al conjunto vertebral y, por último, los músculos. La columna es como una grúa y los músculos son los tensores, los que evitan que la grúa caiga.

La mayoría de los pacientes responden al tratamiento analgésico con antiinflamatorios, relajantes musculares y reposo. Una vez resuelto de episodio de dolor, es importante prevenir. El trabajo de fuerza para tonificar core resulta fundamental. Core en inglés significa núcleo. Es el centro, la piedra angular que soporta a la columna, a su unión con la pelvis, dando estabilidad a todo el tronco.

Los músculos que lo componen son:

• -Musculatura abdominal: recto anterior es el músculo de la “tableta”, oblicuos tanto interno como externo y transverso, así como cuadrado lumbar (músculo de la espalda que se contractura y duele en las lumbalgias) y musculatura intrínseca de la espalda que se llama así por ser los que van adheridos a las vértebras y recorren la columna desde la pelvis hasta la nuca.
• -Musculatura del suelo pélvico: son los que unen los huesos de la pelvis entre sí, dando la tensión adecuada como la red en un trapecio. Si se pierde el tono muscular, como ocurre con los años, los partos o las cirugías de la zona, se puede provocar incontinencia urinaria o el prolapso del útero que sucede cuando se descuelga y es posible que sea visible a través de la vagina.
• -Musculatura glútea: glúteo mayor, medio o mínimo. Imprescindibles para cualquier actividad deportiva.

Es fundamental tener esa musculatura bien tonificada. Ejercicio mediante piscina, TRX o ejercicios específicos de fuerza pero siempre supervisados por un profesional cualificado.