Darwin o la venta perfecta
UD ALMERÍA
Turki Al-Sheikh recupera de una tacada con su traspaso al Benfica la inversión que hizo para comprar la UD Almería
La operación de márketing también es redonda al suponer el fichaje más caro en la historia del fútbol portugués y la venta más alta de Segunda y del propio conjunto rojiblanco
Almería/Hay veces que a los periodistas nos viene bien dejar pasar unos días para poder plasmar con perspectiva la dimensión real de una operación futbolística. Más aún hoy en día, donde la instantaneidad de las redes sociales deja escaso margen al análisis de mayor calado. Transcurrido ese tiempo, no cabe duda de que el traspaso de Darwin Núñez al Benfica portugués por 24 millones de euros puede calificarse como la venta perfecta. Pero, ¿qué variables influyeron en todo el proceso?
Habría que tomar como punto de partida el 2 de agosto de 2019. Aquel día Turki Al-Sheikh compraba la UD Almería a Alfonso García a cambio de 20 millones de euros. A finales de ese mes se producía la incorporación del ariete uruguayo como abanderado del nuevo proyecto, tras arduas negociaciones con el Peñarol de Montevideo.
Ya por entonces un portugués que nunca ha sido presentado en sociedad, Joao Gonçalves, comandaba las operaciones de compra-venta en la UD Almería, con Darío Drudi de asesor en la sombra y Mohamed El Assy para darle el visto bueno final a cada movimiento. Los rojiblancos apostaron fuerte porque estaban seguros de hacerse con un diamante en bruto y la operación se cerró finalmente en poco menos de 5 millones de euros, que con variables por objetivos podía ascender a más de 8, más un porcentaje de venta futura para su club formativo.
Con la misma perspectiva de tiempo referida anteriormente, no parece casualidad que quien cerrase el fichaje fuera Gonçalves, con un gran conocimiento del mercado luso (de allí vinieron también Maras o Petrovic) y, como ahora queda demostrado, buenas conexiones con el Benfica. No resulta descabellado pensar que en el salto de Darwin a Europa, y pese a los cinco años que firmó, el Almería únicamente iba a actuar de mero trampolín, de puente hacia un club top a nivel continental dentro de un plan perfectamente diseñado. Tampoco extraña a estas alturas que ya en el mercado invernal El Assy declarase que en caso de que no hubiera ascenso a Primera sería difícil retener al máximo artillero del equipo.
Las cosas fueron madurándose, el Almería no ascendió y quedó el marco idóneo para abrir negociaciones. En su vuelta al banquillo benfiquista el técnico Jorge Jesús pidió expresamente el fichaje de Darwin, enamorado al parecer de los informes de 'scouting' que obraban en su poder y tras frustrarse la adquisición de su compatriota Edinson Cavani por la alta ficha que exigía. Los encarnados midieron bien los pros y contras del fichaje y no dudaron en enviar a Rui Costa, su director deportivo, a cerrar la contratación en Almería.
Los hombres de Al-Sheikh supieron cuidar de cada detalle hasta el paroxismo. Se remitieron hasta el final a su cláusula de 25 millones de euros y tras la firma del acuerdo incluso hicieron posar en un hotel de la capital a Rui Costa junto al jugador, El Assy y los escudos de ambos equipos (igualando simbólicamente a una entidad que quiere crecer con un gigante europeo), todo ello días antes de la presentación del futbolista tras pasar el reconocimiento médico en Lisboa y solventar los problemas de última hora con las comisiones de los agentes y los derechos formativos.
La cifra final de 24 millones (la cotización en bolsa del Benfica obligaba a un ejercicio de transparencia poco habitual en el fútbol) supone una venta redonda. No en vano, y pese a que al Almería le quedarán 15 millones limpios restando la parte del Peñarol, lo que costó en su día el fichaje (no llegó a los 6 millones al no cumplirse muchas de las variables) y las comisiones de los intermediarios, la cantidad total es superior a la que el propio Turki Al-Sheikh pagó hace solo un año por comprar la entidad indálica.
A efectos mediáticos, además, el traspaso ha supuesto el más caro de la historia del fútbol portugués, así como la venta más alta en la historia de Segunda y del propio Almería, fijada hasta la fecha en los casi 9 millones de euros que dejó la venta de Felipe Melo a la Fiorentina en la etapa de Alfonso García, a quien no pocos aficionados estos días le han recordado lo mal vendedor que fue, con pufos como los traspasos de Kalu Uche al Neuchatel suizo o Juanma Ortiz al Glasgow Rangers, que nunca cobró en su integridad debido a la desaparición de ambas entidades.
El Almería por tanto, con su presidente Al-Sheikh a la cabeza, ha dado un golpe de efecto, logrando de paso incrementar su límite salarial, uno de los quebraderos de cabeza durante el curso pasado cuando se quiso acudir al mercado invernal para reforzar al plantel y al final lo mermó involuntariamente al tener que pasar al plan C tras no poder ejecutar ni el A ni el B como estaba previsto por las trabas interpuestas por la LFP.
Y todo ello en plena crisis pandémica, por lo que difícilmente una operación de tal calado ocurra en años venideros teniendo como protagonista a un equipo del segundo escalafón del fútbol español. En la Liga quizá hoy vean que lo de Turki no era solo un capricho, que como propietario busca también rentabilidad y no dudará en comprar y vender siempre que lo estime conveniente.
Ranking de ventas en Segunda
1º Darwin Núñez (24 millones). Del Almería al Benfica.
2º Hasselbaink (22,5 millones). Del Atlético al Chelsea.
3º Alfonso (16,5 millones). Del Betis al Barça.
4º Ricardo Oliveira (15 millones). Del Betis al Al-Jazira.
5º Diego Milito (13 millones). Del Zaragoza al Genoa.
6º Pedro Porro (12 millones) Del Girona al Manchester City (del mismo propietario).
7º A. Luiz (11 millones). Del Tenerife al Paris Saint Germain.
8º Toro Acuña (11 millones). Del Zaragoza al Deportivo.
9º Valerón (11 millones). Del Atlético al Deportivo.
10º Salva Ballesta (10,8 millones). Del Atlético al Valencia.
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