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CICLISMO | CORONAVIRUS
Almería/"Ciclismo es sinónimo de libertad, de sol, de viento en la cara, de salir con la grupeta los fines de semana, de risas, de algún ataque y escapada... Y una cervecita de vez en cuando. Ahora estamos mal, nos han cortado las alas de lo que era nuestra forma de vida", asegura Luis Miguel Sánchez Rodríguez, un amante de la bicicleta que no sabe cuando va a volver a disfrutar del pedaleo por carreteras y senderos de la provincia almeriense. "En mi caso, en el tema físico, estoy salvando los muebles reduciendo la ingesta de hidratos y entrenando en casa con el rodillo (mecanismo para convertir la bicicleta en una estática), y algunas rutinas de ejercicios", dice este jiennense de 37 años de edad afincado en la capital de Almería.
Los ciclistas, tanto profesionales como de nivel amateur, se han visto obligados a cambiar los preciosos paisajes que animaban sus rutas en grupo por solitarias jornadas en salones o lúgubres cocheras. "El ciclismo son horas y kilómetros, al margen de si practicas mountain bike, como es mi caso por ejemplo, donde ejercitar la técnica es determinante. Solemos entrenar al aire libre en entornos agrestes, buscando rutas con bastantes zonas técnicas, senderos pedregosos con bajadas pronunciadas, subidas escarpadas, ramblas de arena movida... Esto se ha acabado por completo de momento para nosotros, nos mantenemos en casa como podemos", comenta.
La crisis sanitaria del coronavirus, que ha provocado el confinamiento de la población en numerosos países, hace que sean tiempos para el rodillo. No queda otra para los corredores. "Sí, efectivamente, por suerte tenemos este tipo de dispositivos. Tienes desde los más sencillos y estrictamente sistemas mecánicos fijados a la rueda trasera, o incluso los llamados rulos, que son algo parecido a dos rodillos de amasar la masa del pan en los que ejercitas también el equilibrio y coordinación, hasta dispositivos muy avanzados desde el punto de vista de la compatibilidad con plataformas de entrenamiento como STRAVA, GARMIN, POLAR, que actúan como simuladores virtuales en los que puedes cargar etapas míticas de ciclismo, por ejemplo la subida al Alpe d’Huez, y te la reproducen en cuanto a condiciones de inclinación, dureza...". Pese a ello, Luismi tiene muy claro que "no hay nada como rodar al aire libre, el ciclismo indoor, sea del modo que sea, y sobre todo en solitario como por ahora está siendo el caso por el tema de la pandemia que vivimos, se hace muy pesado y aburrido".
Este ciclista amateur, natural de La Carolina (Jaén), afirma que "yo soy mucho de entrenar a primera hora de la mañana, que te deleitas con el paisaje del amanecer entrando por la recta de Cabo de Gata hacia La Fabriquilla, el tono malva del cielo. Es mi momento de paz. Sin duda esto es lo que más echo de menos ahora, era algo habitual y que nunca había valorado hasta ahora que hemos perdido estos momentos temporalmente". Integrante del club BTT Hualix, Luismi reconoce que "las salidas con la grupeta el fin de semana es el componente social que tiene este deporte y sin duda el más importante. Salir a entrenar está bien, pero cuando compartes rutas de larga distancia o duras carreras con compañeros es lo más grande que hay". Curiosamente, ahora que las carreteras están más vacías que nunca, sería un momento idóneo para la salida de ciclistas a pedalear sobre el asfalto, pero Luis Miguel Sánchez tiene claro que "toda la sociedad tiene que ser disciplinada en estos momentos, respetar la cuarentena y que podamos estar cuanto antes rodando y disfrutando de nuevo".
Tratar de cambiar la sensación de entreno y el lugar en casa es clave para combatir la monotonía y no perder la motivación
Tras más de una década sobre el sillín, este diseñador de profesión opta "por entrenos cortos pero intensos, donde trabajo la fuerza para intentar mantener musculatura". Recuerda que "hasta hace dos días estaba entrenando en mi cochera casi sin luz y por la noche, mirando a una pared y casi me pego un tiro [risas]. Ahora mismo he cambio el lugar donde tengo el rodillo, entreno en una ventana muy soleada por las mañanas, viendo la calle, esto me ha dado la vida". Así, aconseja a todos sus colegas ciclistas que tendrán que pedalear entre cuatro paredes debido al confinamiento, "ir cambiando la sensación de entreno en la medida de lo posible modificando la localización o las condiciones para combatir la monotonía del rodillo y conseguir mantener la motivación". Sus piernas no pararán de darle a los pedales en estas difíciles semanas en las que la mente será su mejor aliada sobre el rodillo, frente a un ventanal desde el que Luismi sueña con un deseado reencuentro con los colores de la alborada, los aplausos de la siempreviva azul y el aroma de salitre de una ruta mañanera por La Almadraba de Monteleva.
Luismi salía de 10 a 16 horas semanales con su bicicleta por las carreteras almerienses, en función de su volumen de trabajo. Es autónomo, tiene un estudio de diseño (Luis Miguel Sánchez Studio) en la calle Beata Soledad Torres Acosta 11, 1º A, 04008 (Almería). Cuando sus asuntos laborales se lo permitían, realizaba unos 300 kilómetros de media a la semana. Ahora, con el rodillo, explica que "no es comparable, han caído drásticamente. Para que te hagas una idea, habitualmente yo en un entreno de dos horas en bicicleta de carretera voy a Cabo de Gata y vuelvo. Unos 70 kilómetros creo recordar que sale. En el rodillo hoy en una hora me han salido 21 kilómetros. No hay inercia en el movimiento en el rodillo, como sí pasa con la bicicleta. Creo que es el aspecto más importante por lo que han caído tanto los kilómetros".
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