"Comencé en la radio gracias a las matemáticas"
Cuarenta años en las ondas contemplan a una de las voces más autorizadas del deporte almeriense
-Cuatro décadas hablando a través de un micrófono.
-Parece que fue ayer y era el año 1973. Por una parte, parece que el recorrido se ha hecho muy corto porque ha pasado con una celeridad brutal. Por otra, hacer cuarenta años en una misma empresa demuestra que ha habido un matrimonio perfecto.
-¿Cómo comienza todo?
-Es una anécdota que suelo contar mucho. Estudio COU y me suspenden las matemáticas, por lo que voy a la Academia Cervantes en la Puerta Purchena. A Juan Mateos, mi profesor, le comenté que el sueño de mi vida era trabajar en la radio y resultó que él era locutor de Radio Popular. Me dijo que me comprara una revista que el domingo iba a ayudarle, algo increíble. Eso fue en junio y en septiembre le sale una oferta de Radio Intercontinental y se marcha. Él habla con Paco Moncada, director de Radio Popular, y me quedé haciendo el programa los domingos por la tarde. Si no suspendo los matemáticas no estaría en los medios de comunicación.
-¡Qué cambio ha dado la radio!
-Sí, pero como todo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Lo bueno es que haces más cosas con menos gente, lo malo es que es menos artesanal. Recuerdo cuando me dijeron hace una pila de años, todavía con García en la Cope, que iban a venir unos ordenadores que se iban a accionar desde Madrid para dar paso a la publicidad, a los cinco minutos de desconexión local. Para eso antes había una persona que a las doce menos cinco estaba insertando los anuncios. Ha sido un cambio bestial, pero en todos los ámbitos de la vida.
-¿Siempre en deportes?
-No, no, no. La gente está muy equivocada conmigo. Yo empiezo con música y estoy hasta 1976, que me voy a la mili. En 1977, ya de regreso, Paco Moncada me propone que haga la sustitución en el verano de Mari Nieves y de Pototo. Parece que le gustó como lo hice y me dijeron que siguiese. Tengo por ahí un anuncio en el que se ve que hacía cinco programas seguidos, terminaba uno y enganchaba con el siguiente, desde las cuatro hasta las ocho de la tarde. La gente me conocía como el niño del Servicio Público porque hacía un programa de esta materia, feo de realizar, pero que escuchaba media Almería y la otra también. Empiezo a presentar discos en Cadena100 y en 1992 llega a Cope José María García y Paco Moncada me dice que si quiero hacerme cargo de los deportes. Ahí llevo veintiún años y diecinueve estuve haciendo otras secciones.
-¿Quizás lo más destacado fue representar al 2005?
-Uno de los días que más nervioso me he puesto fue cuando fui a presentar a Madrid a Zinedine Zidane, que le entregaban las credenciales como embajador de los Juegos. Cuando accedo a ese atril y veo todas las televisiones nacionales, fue brutal cómo me temblaban las piernas. Presenté los Juegos Mediterráneos en Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. Cuando me dijeron si quería presentar la ceremonia de clausura, no me lo creía.
-¿La impersonalidad de la radio es su gran secreto?
-Creo que sí. Siempre he dicho que la rapidez que tiene la radio no existe en el resto de medios de comunicación. Hay un accidente y desde el lugar, con un simple teléfono móvil, puedes estar dando la noticia a nivel nacional. La televisión lo adorna todo, lo hace más bonito. Decían que la radio y la prensa podían desaparecer con Internet y cada día se oye y se lee más. De momento no hay quien pueda con ellos.
-¿Cómo es el periodismo de provincias?
-A la gente le gusta mucho escuchar lo suyo y el problema de las grandes cadenas es que tienen muy poca programación local. Debía haber más espacio para las noticias de ámbito local porque a la gente le interesa principalmente lo de su tierra.
-¿Qué diferencia al periodista deportivo del resto?
-Está dedicado a una sola parcela y lo sé porque yo he tocado programas de todas las materias. Manolo Cortés, un periodista de Jaén, decía que a los informadores deportivos los miraban como a los tontos de la casa, pero qué fuerza hemos cogido gracias al potencial del deporte. Piénsalo, a ver qué otro acto congrega a 2.300 almerienses en Villarreal como hizo el fútbol. Hoy el periodista deportivo está muy bien mirado.
-Ha tenido buenos jefes en Madrid.
-Cada uno con sus peculiaridades. Recuerdo que mi hijo me decía que si José María García era amigo mío porque no me regañaba nunca. Y no, es que hacía sólo lo que me decía porque era muy exigente. Nunca tuve ningún problema ni con él, ni con Castellote, ni con Abellán. Ahora mismo creo que estamos en las manos del mejor equipo de deportes. Cuando estaban en la Ser decía que era una lástima que no estuvieran en la Cope porque forman un equipo impresionante.
-¿Compagina bien radio y televisión?
-Sí, aunque es difícil. Estoy toda la mañana dedicado al ámbito comercial, a mediodía como en diez minutos y me voy a la Cope a hacer el programa de deportes. Por la tarde estoy haciendo una cosa que me encanta, unos reportajes de cualquier palo para la televisión. Me está enriqueciendo porque estoy estudiando casi más que en la carrera.
-¿Cómo se ha encontrado tras el micrófono?
-Como un señor que se está tomando una cerveza con una gran tapa, me lo paso de cine.
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