La mirada zurda
¿Qué es la suerte?
UD ALMERÍA
Almería/Gaizka Garitano tiene la encomienda de frenar la gangrena defensiva que asola a la UD Almería desde que arrancase la temporada. La media de 2'9 goles encajados por partido es insostenible y todos asumen que la primera piedra para construir la permanencia pasa por lograr también la primera portería a cero de la temporada. Crecer desde atrás se hace imprescindible porque el equipo ha demostrado tener gol.
En esa tarea sigue inmerso esta semana el técnico vasco con vistas a la trascendental visita de la UD Las Palmas, marcada como punto de inflexión porque rememora la undécima jornada de hace una década, cuando el equipo entonces entrenado por Francisco lograba la primera victoria en Mestalla, un triunfo que luego se mostraría decisivo en la machada de la salvación porque los jugadores empezaron a creerse que todavía era posible.
Buena muestra del caos total que ha sido la retaguardia indálica hasta la fecha es que en diez partidos se han empleado hasta seis parejas de centrales distintas, siendo la dupla Édgar-Montes la más repetida. Como quiera que el exbético parece ya recuperado de sus molestias musculares, todo apunta a que ante el conjunto insular podrá volver a la titularidad junto al mexicano. Los dos coincidieron en los choques ante Villarreal (2-1), Valencia (2-2) y Sevilla (5-1).
Al inicio de temporada el azteca aún no se había incorporado a la disciplina rojiblanca, por lo que en la jornada inaugural ante el Rayo Vallecano (0-2) la elección de Vicente Moreno fue Édgar-Babic para el eje de la zaga. En la siguiente fecha, de nuevo en casa ante el Real Madrid (1-3), el serbio se cayó tras anunciar su fichaje por el Spartak de Moscú, con lo que el valenciano tiró de Chumi junto a Édgar, repitiendo ambos en la primera salida del curso a Cádiz (1-1), donde el autor del empate fue otro central, el brasileño Kaiky, tras salir desde el banquillo.
Ese gol, junto con la expulsión de Édgar en el Nuevo Mirandilla, propició que el ex del Santos conservase la titularidad en el posterior duelo contra el Celta de Vigo (2-3) formando dúo con Chumi. Como las cosas a nivel defensivo seguían sin carburar en La Cerámica ya se pasó a Édgar-Montes durante tres partidos seguidos hasta que el sudamericano cayó lesionado. Eso motivó que contra el Granada (3-3), bajo la interinidad de Alberto Lasarte, se probase una nueva pareja, en este caso Édgar-Kaiky.
En aquel encuentro ante los nazaríes Édgar se llevó un fuerte golpe en la cabeza y en los entrenamientos posteriores caía lesionado muscularmente, por lo que no pudo viajar a San Mamés para medirse al Athletic (3-0) en el segundo y último duelo de Lasarte al frente del banquillo, por lo que tuvo que improvisar con Chumi y Kaiky, que no jugaban juntos desde el día del Celta.
La última combinación se dio en el estreno de Garitano con motivo de la visita a Montilivi. El bilbaíno apostó contra el Girona (5-2) por Montes y Kaiky al seguir aún lesionado Édgar, si bien al descanso, viendo la meteórica remontada local en apenas siete minutos, optó por reforzar la zaga incluyendo a un tercer central, en este caso Chumi, alternativa que está por ver si decidirá o no mantener este sábado frente a Las Palmas para taponar de una vez por todas el agujero negro.
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