Akieme nos debe una explicación
UD ALMERÍA | EL ACTA DE VIVANCOS
¿Por qué Akieme dejó dar el pase de la muerte a Llorente? ¿A santo de qué?
El equipo volvió a creer, pero amén de conceder la primera media hora de partido
A vueltas con el plano físico
A por la liga del Almería
Almería/Hay un aspecto que se ratificó a colación del anterior escrito desde estas líneas sobre el partido ante el Betis. No es el otro que la confirmación de que el conjunto de Garitano tiene el fondo físico que todo equipo de Primera debe alcanzar. Si finalmente no se logró el empate ante un Atlético que presume de su fortaleza física y estuvo acorralado por la UDA, fue por la falta de efectivos en la delantera para culminar diversas acciones claras.
Y claro, me refiero a los que estuvieron sobre el campo, porque me niego a minusvalorar a los jóvenes canteranos que estuvieron en el banquillo y que quizá deberían tener más oportunidades, como suele suceder en otras entidades. En la primera media hora solventó el choque el Atlético con la aquiescencia de la zaga de la UDA, pasiva a no poder más. En el primer gol encajado Montes, que como ante el Betis fue de menos a más, se vio desbordado con demasiada facilidad y en el segundo el protagonista fue Akieme.
Me lo preguntaría mil veces, ¿por qué Akieme dejó dar el pase de la muerte a Llorente? ¿A santo de qué? Que lo explique, por favor. O sea, ¿te quedas mirando al contrario estando a tu alcance, con el peligro letal de recibir un centro en contra cuando varios de tus compañeros estaban en el área? Hay momentos que marcan los partidos y uno de esos fue al encajar así el segundo tanto. Quizá con una mínima desventaja al descanso estaríamos hablando de otra cosa.
Fue curioso cómo, con todo perdido, este equipo volvió a creer, a tener ritmo de juego, a presionar, rayano en la violencia deportiva (como debe ser), tal y como sucedió ante el Betis, pero amén de conceder la primera media hora, horrorosa, no solo faltó acierto, sino que al comienzo se sucedieron demasiados errores en la zaga por falta de agresividad, demasiadas transiciones perdidas durante la segunda mitad por no haber escogido la mejor opción y demasiado cándido el testarazo de Embarba en la segunda parte con todo a su favor.
Y es que para sumar puntos no basta con haber mejorado en el referido plano físico y en la labor del conjunto como bloque, excepto al comienzo. Me pregunto de nuevo, ¿por qué Akieme se quedó mirando estando tan cerca de Llorente? Rivales que marcan la línea de la salvación suman, se amplía esa distancia a nueve puntos (en el límite de lo permitido) y no cabe duda de que frente al Mallorca ya no se puede fallar. Sin esa victoria ante los bermellones, lo que ya es ultra complicado se convertiría en una utopía. Al menos Robertone se libró de recibir una amonestación que le hubiera impedido disputar el decisivo encuentro.
Y también Ramazani, que por cierto se lució de lo lindo en el Metropolitano, en sentido negativo. Vaya recital de errores. Por cierto, ¿por qué no fue Maximiano a rematar los dos últimos saques de esquina? Nunca lo entenderé, nunca. Bueno, como última bala ante el Mallorca habrá que confiar en los aspectos positivos que ofrece la actual UDA. El trabajo de Garitano se ha notado y puede que con Luis Suárez se llevaran más puntos en el casillero, pero las circunstancias actuales serán las encargadas de dictar sentencia el próximo domingo. Una vez más, ¿por qué Akieme dejó centrar a Llorente?
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