El Ayuntamiento de Almería, antes de pedir espacios “para uso ciudadano”, debería definir qué política cultural quiere

Yo, que soy de izquierdas y creyente, me debato entre fe y razón, que es una turbulenta lucha de poder a poder

Cuando la soledad me envuelva quizás me arme de una inmensa pena o quizás me instale en un silencio de piedra

Un martes de primavera por un cielo cargado de azul se coló toda la muerte del mundo, como el fusible final de su lacerante silencio

Puede que el abrazo hoy sea un paréntesis de nuestra historia, o puede que sea la fuerza liberadora que nos reconcilie

No son inmigrantes, son artefactos de carne y hueso atados a la misma cuerda y regidos por el azar ciego

Si vas a Madrid haz saber que, a pesar del rincón al que nos destinó la geografía no somos de la misma esencia humana

No todo vale si los medios y redes empobrecen la democracia y la profesión sagrada del periodismo

No estaba escrito en ninguna pancarta, pero yo creo que aquel domingo un enorme tonelaje de esperanza vivía entre nosotros

Una arrogancia que empaña, con sus dogmas y anatemas, la generosidad de una hermosa palabra: amnistía

Tras la pandemia las administraciones han generalizado la forma de relacionarse con sus ciudadanos

En esta ciudad a la que tanto le ha costado conservar su patrimonio, cada centímetro de espacio público recuperado es un milagro

La edad aún me permite subir hasta la Cueva de Campsa, que recuerda las cicatrices que sufrió la ciudad durante la guerra civil

Hacia dónde camina el Centro Histórico de esta ciudad, si el Ayuntamiento guarda algún principio de conservación

No hay nada en este país como nuestro cine nacional, un arte que habla de nosotros con los ojos abiertos al presente

Porque a la gente todo lo que se diga sobre este asunto le suena a ruido, tan lejano como Saturno, excepto a sus señorías