La auxiliar de ayuda a domicilio, en clave femenina
Contenido ofrecido por Atende
Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Atende quiere reconocer la figura de estas trabajadoras, que desempeñan una labor esencial para el bienestar de nuestra sociedad

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha para reconocer y reivindicar los derechos de las mujeres en todo el mundo. Atende, empresa filial de Clece especializada en servicios sociales, quiere homenajear hoy a una de las profesiones con mayor presencia femenina en la actualidad: las auxiliares de Ayuda a Domicilio, unas trabajadoras, que, a pesar del papel tan esencial que han desempeñado y desempeñan en el cuidado de nuestros seres queridos, no siempre han recibido la consideración que se merecen.
Esta inestimable labor ha experimentado una gran evolución en los últimos 20 años. Solo recordar que, en sus orígenes, estas profesionales se consideraban más unas “empleadas domésticas”, que hacían lo que le demandaban usuarios y familiares. No había apenas documentación, se carecía de protocolos o criterios a la hora de definir sus tareas y no se les exigía formación o conocimientos especializados para atender a personas con discapacidad.
Habría que esperar hasta 2007, cuando entra en vigor de la Ley de la Dependencia y el certificado profesional marcado por la Junta de Andalucía, para que esta profesión quedase reconocida, al igual que sus derechos y deberes, protocolos de actuación, control de presencia, etcétera.
Hoy, su quehacer está totalmente reglado y la auxiliar de ayuda a domicilio accede a esta profesión a través de estudios de FP en Atención Sociosanitaria, o con la obtención del certificado profesional, que concede la Junta de Andalucía.
Atende, con una trayectoria de 25 años, con presencia en prácticamente toda España, entra a diario en más de 35.000 hogares de personas mayores y dependientes de Andalucía.
Y, lógicamente, estos cambios, esta evolución, también se han hecho sentir en la provincia de Almería. En el año 2006, Atende solo tenía tres coordinadoras de ayuda a domicilio para toda la provincia, mientras que ahora hay noventa. Asimismo, actualmente, un total de 3.065 auxiliares prestan servicio en Atende en toda la provincia, de los que 2.928 son mujeres. Todas ellas atienden a 12.072 usuarios, de los cuales 8.616 son mujeres. Para hablar de ello nada mejor que la visión de diferentes generaciones de auxiliares.
Carmen Gómez es una de estas profesionales que han vivido de primerísima mano todo este proceso. No en vano, comenzó a prestar servicio como auxiliar de ayuda a domicilio en 1996. “Fue a través de Cáritas Diocesana, que trabajaba para el Ayuntamiento de El Ejido. Llegué para una sustitución de tres meses y me quedé”. Reconoce que el sector ha experimentado un gran cambio. “Entonces, éramos tan solo 13 auxiliares. Con la Ley de Dependencia, se fue ampliando y ya somos unas 300 personas en este servicio en el Ayuntamiento de El Ejido”, recuerda. De su profesión, destaca que “es muy gratificante. Estás en la mayoría de los casos con gente mayor, que cuando pide ayuda es porque la necesita”.
“Esta profesión resulta muy gratificante. En la mayoría de los casos estás con gente mayor que necesita ayuda”
Y pone como ejemplo una casa en la que trabaja desde hace 12 años. “He visto el proceso de esa familia, de esa persona. Ya entro allí y soy una más”. También menciona a otra, que cuando llega dice: “Ya viene mi Carmen”. Y eso, “repito, es muy gratificante”.
María Jiménez es otra de las auxiliares que trabaja en Almería. Entró en 2007, recién promulgada la Ley y cuando ella tenía más de cuarenta años. “Fue a través de un curso que organizó el Ayuntamiento de mi pueblo, Abrucena, y dentro de un proyecto de la Unión Europea”, desvela.
Coincide con Carmen en que, “al principio, éramos muy pocas auxiliares, así que teníamos muchísimo trabajo cada una”, a la vez que reconoce que había mucho desconocimiento sobre esta profesión. “Ahora, todo ha cambiado”.
“Esta profesión me llena mucho. Me siento muy tranquila y satisfecha cuando estoy ayudando”
Por otra parte, confiesa que lo suyo “es totalmente vocacional” y agrega: “Esta profesión me llena mucho. Me siento muy tranquila, muy satisfecha cuando sé que estoy ayudando, cuando, después de hacer un servicio, veo que la persona se ha quedado a gusto, ya sea en el aseo, con los consejos que le doy para desenvolverse en su vida diaria o en ese rato de compañía”.
A diferencia de estas dos profesionales, María Dolores López lleva tan solo tres años como auxiliar de ayuda a domicilio, una profesión, para la que considera “hay que formarse”. Revela una historia muy bonita sobre sus inicios: “Surge a raíz de mi relación con mi abuela, que ha sido muy importante en mi vida. Cuando enfermó, decidí irme a vivir con ella y allí estuve hasta que falleció. Aquello despertó en mí ese cariño hacia las personas mayores”.
“Que los usuarios estén esperando que sea la hora de tu llegada es muy reconfortable”
En su opinión, “que los usuarios y usuarias estén esperando que sea la hora de tu llegada, que para muchos es su único momento de distracción, de hablar, de tener compañía, es muy reconfortable, muy gratificante”. Asimismo, comparte con María la necesidad de tener vocación. “En este trabajo, hay momentos duros y si no se tiene vocación es imposible desempeñarlo adecuadamente”.
Las sinceras y cálidas palabras de estas tres profesionales son una clara muestra de que no solo ofrecen cuidados y compañía a quienes requieren atención, sino que también son un verdadero pilar para nuestra comunidad. Su esfuerzo y compromiso con las personas que atienden añaden más valor aún a este sector, haciendo honor al espíritu de solidaridad que definen a todas las mujeres.
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