Tres nuevos linces atropellados elevan a 41 los ejemplares muertos desde febrero en Andalucía
Los últimos atropellos se registraron en La Carolina, Doñana y Sierra Morena, según denunciaron desde Ecologistas en Acción
Andalucía invierte millones de euros para minimizar la muerte de ejemplares por causa humana
La población de lince ibérico superó los 2.000 ejemplares en 2023
Un ejemplar de lince ibérico murió el pasado miércoles atropellado en la carretera A-6106 de La Carolina. El pasado domingo murieron dos, uno en Doñana en el camino asfaltado de Villamanrique a Hato Ratón y el otro en Sierra Morena en la carretera A-305 de Porcuna a Arjona. Según la información que maneja Ecologistas en Acción, en el mes de septiembre han muerto 8 linces atropellados solo en la provincia de Jaén. Sin contar el de ayer, en los últimos 8 meses han muerto 40 linces ibéricos atropellados en las carreteras andaluzas: 12 en la comarca de Doñana (Sevilla y Huelva) y 28 en Sierra Morena (Córdoba, Jaén y Granada). Además, en esos 8 meses, otros 3 ejemplares murieron por furtivismo.
La mitad de los linces ibéricos que mueren por atropello mueren en las carreteras andaluzas. Ello, a pesar de que Andalucía ha invertido y está invirtiendo actualmente varias decenas de millones de euros, sumando fondos europeos y propios, en los proyectos Life Iberlince, Life Safe-Crossing y Life Lynxconnect. Estos proyectos comparten la finalidad de conservar la especie, aumentar la conectividad territorial, incrementar la sensibilización e implicación social para su preservación y disminuir las causas de muerte debidas a la actividad humana, principalmente los atropellos.
Para Ecologistas en Acción, flaco favor va a hacer a la especie la reciente reducción de la categoría de amenaza de extinción de la especie en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN de “en peligro” a “vulnerable”. Esta rebaja "responde al incremento del número de ejemplares en los últimos 20 años gracias a proyectos de reintroducción y cría en cautividad, pero ignora el incremento de muertes debidas a las infraestructuras y la actividad humana. Todo lo cual, en suma, significa que el crecimiento natural de las poblaciones sin intervención humana podría llegar a ser inferior a las muertes no naturales, llevando de nuevo al lince ibérico al abismo del peligro de extinción si no se cría en cautividad".
Según la organización ecologista, "la Junta de Andalucía hace una labor parcial de transparencia activa. Comunica a la sociedad andaluza únicamente los hitos positivos en la conservación de la especie, como nacimientos, censo y liberaciones en el medio natural, pero guarda silencio informativo sobre las muertes de ejemplares, tanto por atropello como por furtivismo. Parece imposible pensar que esta opacidad y parcialidad informativas lleven a la participación social responsable que requieren la conservación de esta especie protegida y los programas Life europeos; muy al contrario, sólo pueden llevar a una total falta de colaboración e implicación por parte de la ciudadanía".
Desde 2014, en los accidentes de tráfico que "se atropella a un animal, la responsabilidad es de la persona conductora, lo cual puede ser la razón de que haya disminuido en los informes oficiales el número de estos accidentes, ya que, si no hay otros daños, no suele informarse a las Autoridades sobre el accidente. Este detalle puede convertir los informes en inexactos, a pesar de que la fuente que los emite sea de la más alta e impecable fiabilidad. Sin ir más lejos, el último informe de la DGT sobre los accidentes de tráfico en que estuvo implicado un animal es de 2022 y recoge que hubo 10 accidentes en España con atropello de lince ibérico, cuatro de ellos en Andalucía. Ese año, sólo en Doñana, fueron documentados 8 linces muertos por atropello".
Todo ello lleva a Ecologistas en Acción a "denunciar públicamente la inacción de la Junta de Andalucía sobre la red de carreteras andaluzas para permeabilizar el paso de fauna y reforzar la seguridad vial. Los puntos negros llevan ya tiempo perfectamente identificados. La propuesta es revisar y adecuar la señalización a las características no solo de la vía sino del contexto de la vía en relación a la fauna". Una señalización dirigida a las personas conductoras, para que adecúen su marcha a las necesidades de la vía, en lugar del actual afán de señales auditivas y luminosas para “espantar” a los animales.
Del mismo modo, y con igual importancia, considera necesario "programar y desarrollar actividades de concienciación ciudadana sobre la importancia de una conducción responsable que cumpla la señalización e informar con transparencia activa y total, especialmente en las áreas menos urbanas, de dispersión de especies protegidas o en espacios naturales. Finalmente, apoyar todo lo anterior con una amplia labor de control del cumplimiento de la señalización específica y los límites de velocidad, con las correspondientes sanciones y multas a las personas infractoras".
Ecologistas en Acción también se dirigirá a las autoridades europeas competentes con la petición de que "se realice una auditoría independiente sobre las medidas que se adoptan para mejorar la seguridad vial y reducir los atropellos, especialmente en el marco de los fondos europeos que se invierten para la conservación del lince ibérico".
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