El PP andaluz lleva a Génova otra vez al centro
Juanma Moreno celebra un 28-F con mejoras perspectivas dentro de su partido y con un discurso ya diferenciado sin tapujos del de Vox
Ida y vuelta del PP al centro. La defenestración de Pablo Casado como presidente nacional del PP, que se hará efectiva en la primera semana de abril, supondrá el regreso a Génova de la parte más centrista del partido, de quienes perdieron el último congreso de la mano de la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Entre éstos, Juanma Moreno, el presidente de la Junta, que participó en el segundo escalafón del Gobierno de Mariano Rajoy en el bando de los llamados "sorayos".
Si por algo perdieron, y quizás fuera la única razón, fue porque la pugna entre Sáenz de Santamaría y su contrincante en el partido, María Dolores de Cospedal, se hizo insoportable para muchos; una relación tan agresiva que fueron los leales a esta última quienes terminaron por dar la victoria a Pablo Casado cuando la entonces secretaria general se quedó sin posibilidades. El ex ministro de Exteriores José Manuel García Margallo lo ha expresado con cinismo, al sostener que Casado no era líder, ganó un congreso en el que muchos se conjuraron para que venciera cualquiera que no fuese Soraya.
En cierto modo es una historia que se repite, pero a la inversa. De dos contrincantes situados en el ala más derechista del PP, Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, de esta mala relación que ha ido mucho más allá de una rivalidad personal, surge un tercero que no tiene nada que ver con ambos. Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta de Galicia, y probable ganador del próximo congreso extraordinario.
Como Juanma Moreno, Feijóo no es ayusista, no son sólo liberales, pero los intereses de los tres han coincidido esta semana. Moreno no participó de una posible conjura de la madrileña Isabel Díaz Ayuso contra Casado, no estuvo en el diseño de esa operación, según explican desde el PP andaluz, pero no salió en su ayuda como le reclamó el presidente nacional. Pero Moreno y Feijóo sí se encuentran en la misma zona templada del partido, una franja que, con sus diferencias, es que ensanchó Javier Arenas, que fue el dirigente que forjó al PP andaluz desde la vieja Alianza popular de Fraga y el siniestro en el que cayó la UCD en el primer 28 de Febrero, el referéndum de autonomía donde la comunidad decidió su autogobierno.
Casado solicitó la ayuda de Moreno el día antes de que el presidente concediese la entrevista a Carlos Herrera, en la Cope, en la que vertió acusaciones casi penales contra Díaz Ayuso. En el PP andaluz casi nadie se movió a favor de Casado de modo público, aunque la mayor parte de los presidentes provinciales han estado con él hasta el último día. Juanma Moreno, a su estilo, sin crudeza, tendrá que cambiar la dirección andaluza.
Siempre ha tenido pendiente el relevo de la onubense Loles López como secretaria general, a la que no ha removido porque ha sido siempre una de sus personas más leales. Como se ha comprobado esta semana. Huelva y Málaga han seguido la línea marcada por el presidente de la Junta. Cádiz también, pero poco más, y no es que el resto de los presidentes provinciales del PP sean oposición interna a Juanma Moreno, pero el partido no ha actuado al unísono en la crisis entre Casado y Ayuso.
El nuevo PP será, sobre todo, de Galicia, Andalucía y Valencia. Juanma Moreno tendrá a uno de sus leales en la nueva dirección de Génova y, además, podrá sellar las divisiones dentro del PP andaluz, que han quedado al descubierto esta última semana. Su consejero de Presidencia, Elías Bendodo, se descarta como próximo secretario general del partido; al menos, ésa es su intención. Y es posible que Feijóo termine por elegir como número dos a Esteban González Pons, el eurodiputado valenciano que va a ser el encargado de organizar el congreso.
Si Moreno gana las elecciones y gobierna, el nombramiento del nuevo Ejecutivo le dará la oportunidad de remodelar al PP andaluz. Marifrán Carazo o Carmen Crespo son consejeras que algunos en el PP ven en Génova, aunque eso no signifique que deban dejar ahora sus departamentos. Es más, el propio Núñez Feijóo tardará algunos meses en abandonar la Xunta. Las elecciones generales serán a finales de 2023 y el gallego podría ser nombrado, mientras tanto, senador por designación autonómica para enfrentarse a Pedro Sánchez en las sesiones mensuales de control de la Cámara Alta.
La condición centrista de Juanma Moreno ha quedado clara durante sus primeros tres años de Presidencia en la Junta, y es algo que tiene más que ver con su carácter centrado que con una ideología concreta de las muchas que confluyeron en el PP. Pablo Casado venía del PP más situado a la derecha, lo que no significa que fuese un líder escorado hacia Vox; es más, sus problemas han venido de sus bandazos en las relaciones con sus aliados. Supo leer bien que la irrupción de Vox en Andalucía en los últimos días de la campaña electoral de 2018 no iba a ser un impedimento, sino una herramienta de última hora para desbancar al PSOE de la Junta, pero las relaciones con Santiago Abascal han estado marcadas por la ambigüedad, cuando no por la indecisión e, incluso, miedo.
Si por algo se han distinguido su competidora interna, Isabel Díaz Ayuso, la presidenta del Comunidad de Madrid, y su probable sucesor, el gallego Alberto Núñez Feijóo, es por contar con una estrategia bien definida contra Vox. En principio parecen opuestas. Ayuso asumió la radicalidad del discurso de Vox, mientras que Feijóo nunca ha ocultado su galleguismo. Juanma Moreno se sitúa en el andalucismo constitucional que nominó en su día Javier Arenas, y en este último año se ha distanciado de Vox. No es casualidad el campo que Moreno le ha dejado a la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, de Ciudadanos, la más enfrentada con Vox, a causa de su defensa de las políticas de género y de ayuda a los menores inmigrantes.
Juanma Moreno quiere jugar en estos días a ser el Quico Toscano de Feijóo, en referencia al ex alcalde de Dos Hermanas que apoyó desde Andalucía a Pedro Sánchez. La diferencia es notable porque la apuesta de Toscano siempre fue arriesgada, porque cuando le apoyó, Sánchez o era un desconocido o un defenestrado. Feijóo es un candidato que surge de modo natural.
El congreso extraordinario del PP se celebrará en Sevilla, casi con toda probabilidad, y es posible que Núñez Feijóo fije en Andalucía su primer acto de campaña de las primarias.
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