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Salud
La Sociedad Andaluza de Ginecología y Obstetricia (SAGO) avala una técnica innovadora para detectar un problema de fertilidad frecuente, la patología tubárica. Las obstrucciones en las trompas de Falopio en la mujer están presentes en el 20% de las parejas con problemas para ser padres.
El método clásico para diagnosticar estas obstrucciones se realiza en los servicios de Radiodiagnóstico, donde la mujer es sometida a una inyección con contraste yodado a través del cérvix. Se trata de una prueba diagnóstica que genera dolor y molestias, a lo que se suma la radiación (radiografías) y los posibles efectos tóxicos del contraste. Este estudio es necesario para que los especialistas puedan detectar obstrucciones en las trompas de Falopio que pueden impedir la unión entre el óvulo y el espermatozoide, causa de esterilidad.
Frente al método clásico, algunas consultas de Reproducción Asistida han comenzado a aplicar HyFoSy, una técnica innovadora con enormes ventajas: se realiza en acto único en el área hospitalaria ginecológica, minimiza el dolor, y elude la radiación en una zona del cuerpo femenino especialmente sensible, la zona pélvica.
"La técnica diagnóstica clásica ya no se contempla en hospitales de nuestro ámbito europeo. Algunos centros ya la han sustituido por la nueva prueba diagnóstica HyFoSy", explica la doctora Elena Mantrana, coordinadora de la Unidad de Reproducción Asistida en el Hospital Universitario de Valme, en Sevilla.
El equipo de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Valme es el centro público andaluz que atesora más experiencia en la aplicación de esta nueva técnica diagnóstica. Hace cuatro años el equipo que coordina la doctora Mantrana fue pionero en Andalucía en introducir HyFoSy en la sanidad pública andaluza.
Los resultados en el servicio de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Valme, que dirige la doctora Rosa Ostos, han sido reconocidos por la Sociedad Andaluza de Ginecología y Obstetricia en su último congreso científico.
"El doctor Alberto Armijo y la residente Cristina Fernández-Conde presentaron la técnica HyFoSy, que resultó premiada por la sociedad científica que agrupa a ginecólogos andaluces en la sanidad pública y privada. La SAGO ha reconocido así las ventajas y la eficacia coste-beneficio de este avance", recuerda la doctora Rosa Ostos.
Especialistas de otros centros hospitalarios andaluces, entre ellos el Hospital Macarena (Sevilla), cuentan con la experiencia del Hospital de Valme para incorporar esta prueba de diagnóstico a las carteras de servicio.
La Unidad de Reproducción Humana Asistida en el Hospital de Valme ha aplicado la nueva técnica a más de 300 mujeres durante los últimos cuatro años.
"Los resultados demuestran las ventajas: elimina el dolor y las molestias que suele ocasionar la prueba clásica. También reduce ansiedad en la mujer ya que los resultados se logran con mayor rapidez. Hay que tener en cuenta que las parejas que acuden a las consultas con problemas de infertilidad van a contrarreloj. El tiempo corre en contra de sus posibilidades para ser padres, causa de ansiedad en las parejas", comenta la doctora Ostos.
El estudio HyFoSy (Histerosonosalpingografía)comienza con “la colocación de la paciente en posición ginecológica. Realizamos una exploración mediante una cánula muy fina, similar a la que se utiliza en la inseminación artificial, que se introduce por el útero”, explica la doctora Elena Mantrana.
A través de las imágenes obtenidas por un ecógrafo de gama media-alta, el ginecólogo se guía para aplicar un gel de contraste que, al mezclarse con agua purificada, genera microburbujas. "En la imagen del ecógrafo vamos comprobando cómo discurre el contraste por la trompa de Falopio, si sale por los orificios (ostium tubárico) y cómo sale, para detectar posibles obstrucciones. La prueba se realiza en cinco o siete minutos", añade la especialista.
Realizar estas comprobaciones requiere de la pericia del ginecólogo en el manejo de la cánula y en la interpretación de las imágenes del ecógrafo. El especialista tiene que superar una curva de aprendizaje de en torno a 20-40 casos. Ginecólogos en otros centros hospitalarios miran hacia el Valme adquirir estos conocimientos.
"Todos nuestros ginecólogos en la Unidad de Reproducción Asistida ya aplican esta técnica", asevera la doctora Mantrana. Los especialistas residentes (MIR) que pasan por esta unidad hospitalaria también se forman para aplicar esta prueba una vez que terminan su residencia.
Se trata de un estudio de esterilidad al que se somete en torno al 50% de las mujeres atendidas en consultas de Reproducción Asistida. El resultado de la prueba permite comprobar si la paciente sufre anomalías en la forma (morfología) y en el funcionamiento (fisiología) del útero y de las trompas de Falopio.
Al no requerir radiografía ni contraste yodado se elimina los efectos especialmente nocivos de la radiación en la búsqueda de un embarazo. Los tiempos de diagnóstico y de espera se reducen: esta prueba se resuelve en acto único en el área de Ginecología, sin necesidad de derivar a la paciente a otras áreas. Y la asistencia se humaniza: “La paciente es atendida por el mismo equipo de Ginecología que ha visto en consulta, lo que aporta tranquilidad”, añade la doctora Ostos.
Tras el diagnóstico, la paciente continúa con el tratamiento de reproducción asistida. "Si las trompas de Falopio son permeables, se opta por la inseminación artificial; y si no son permeables, por la fecundación in vitro", añade la doctora.
Con resultados similares al método clásico, la nueva prueba representa un avance para la sanidad pública al reducir costes, citas, esperas, y al eliminar dolor, toxicidad y radiación. Además los especialistas tienen más margen al no tener que realizar la prueba en momentos críticos de la ovulación para no perder oportunidades de la mujer a la hora de buscar descendencia.
"Los problemas de infertilidad aumentan año tras año de manera progresiva: Hace veinte años estos problemas eran excepcionales en las consultas, mientras que hoy es un problema de salud muy frecuente", reseña la doctora Rosa Ostos.
"La edad para tener un hijo es clave en la aparición de problemas. Cada mujer nace con una reserva ovárica que va disminuyendo con los años. El paso del tiempo resta posibilidades a la mujer para ser madre, incluso con técnicas de reproducción", añade.
La Unidad de Reproducción Asistida del Valme cifra en un 40% la tasa de éxito en las transferencias de embriones en los tratamientos de reproducción in vitro. "En nuestra unidad realizamos la transferencia del embrión único, uno de los objetivos en esta área, para evitar embarazos gemelares por las complicaciones para el bebé (prematuridad y secuelas) y para la madre (preeclampsia, entre otras)", asevera la doctora Ostos.
Se estima que en torno al 15-20% de las parejas que buscan un hijo sufren un problema de infertilidad. Entre otras causas destaca muy especialmente el retraso de la maternidad (30% de los casos), el nuevo estilo de vida marcado por el aumento en el consumo de tóxicos por parte de las mujeres; las infecciones de transmisión sexual (ITS) y los factores ambientales tóxicos.
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