Todavía en chanclas (1-0)
Liga 1|2|3 Cádiz-Almería
Inesperado estreno, por pésimo, con un juego plano y una alarmante falta de presencia en ataque
Hasta el descuento, ni una ocasión ni un córner
Acaba de empezar la Feria, por lo que todavía apetece ir con las chanclas y el bañador. Si acaso un pantalon pirata para ir algo más arreglado, pero el Almería no llegó a ponérselo en el Ramón de Carranza. Los rojiblancos hicieron un mal partido, muy malo en la segunda parte, y denotan que hasta otoño, el equipo no va a funcionar como quiere Fran Fernández de centro del campo hacia arriba. Y esperemos que no sea hasta invierno...
Muchos balones perdidos en la medular, espacios sin ocupar en las transiciones ataque-defensa, pocas ideas y falta de posesión de centro del campo para arriba... Algo normal, pues de la pasada temporada sólo había un titular indiscutible, Joaquín, y tres más que repiten campaña vestidos con la misma elástica, Fernando, Owona y Nano. El resto, entre futbolistas recién llegados y chavales del filial (más lo que debe llegar), apuntan a equipo trabajador e incómodo para los rivales, pero con déficit goleador.
Es demasiado pronto para saber si este problema, el mismo que arrastra desde la salida de Quique González, es por la falta de puntería o de creatividad arriba. Está claro que en el estreno liguero y jugando lejos del Mediterráneo, el equipo no iba a salir en tromba para buscar el gol. Pero sí que le faltó a la gente de ataque mayor presencia en campo rival y, sobre todo, asimilar los automatismos para saber cómo y por dónde conducir los contraataques.
La presión gaditana no propició que el equipo se rompiera o temblara en la primera parte como acostumbra desde su vuelta a Segunda hace tres años. El Cádiz llevó el dominio y se acercó, más por empuje que por dominio real del encuentro. Así, los amarillos gozaron antes del descanso de tres ocasiones, sobre todo una clara con un remate de cabeza en un saque de esquina, que inquietaron a los rojiblancos, pero no provocaron que se rompiera su esquema.
En la segunda parte sí que se le vieron las vergüenzas al Almería, las chanclas no le servían para bailar en este guateque veraniego. Es más, parecía que los chavales de Fran Fernández ni estaban invitados porque se quedaron en el vestuario tras el descanso. El conjunto de Cervera no necesitó jugar, sólo presionar para robar rápido y poner balones a la olla. Allí, a diferencia del Almería, tiene a un delantero y a centrocampistas que lleguen. Entre Barco y Álex Fernández le demostraron a los almerienses que es imposible defender 90 minutos sin fallar y que es inviable afrontar otra temporada más sin delanteros que intimiden. Mejor ponerse pronto los tenis para empezar a correr.
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