El doctor Manuel Ferrer Ayza cuelga la bata: la vocación no se jubila

Salud

Comenzó a ejercer la profesión con 26 años y se retira con 74 convencido de que podría seguir atendiendo

Los compañeros de profesión lo describen como una “eminencia” y un “referente histórico”

Los pacientes de ‘Don Manuel’ dan fe de su “calidad personal y profesional”

Honores para el doctor Ferrer Ayza, un referente de la cirugía bariátrica

Torrecárdenas podrá operar a los obesos mórbidos con laparoscopia

El doctor Ferrer Ayza junto al equipo de Obesidad Almería durante una intervención en el Hospital Mediterráneo.
El doctor Ferrer Ayza junto al equipo de Obesidad Almería durante una intervención en el Hospital Mediterráneo.

La vocación de un médico no se jubila, menos aún en tiempos en los que la sanidad se ha convertido en una de las principales preocupaciones para la sociedad, más si cabe tras la pandemia del Covid-19. Sin embargo, hay momentos en los que toca ser valiente y tomar la decisión de parar, aprender a ser feliz de otra forma y dejar a un lado el estrés para pasar a una etapa de relajación y vida saludable en la mejor compañía.

Manuel Ferrer Ayza y su hijo Manuel Ferrer Márquez, ambos cirujanos.
Manuel Ferrer Ayza y su hijo Manuel Ferrer Márquez, ambos cirujanos.

Esta es precisamente la decisión que ha tomado recientemente el doctor Manuel Ferrer Ayza, referente de la Cirugía Bariátrica y uno de los más conocidos y queridos de la sanidad almeriense. De su brillante y dilatada trayectoria dan buena cuenta los miles de pacientes que se han puesto en sus manos en los casi 50 años que ha ejercido la profesión. Y también los elogios de compañeros, familiares y amigos que han querido rendirle un cariñoso homenaje como colofón a una etapa en la que se ha dedicado en cuerpo y alma a sanar y a hacer la vida más fácil a las personas.

De su profesionalidad y prestigio también dan buena cuenta los numerosos reconocimientos y premios, distinciones honoríficas y agradecimientos recibidos no solo a nivel nacional sino también internacional. Precisamente uno de los últimos destacados es su nombramiento como socio de honor por la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO) en el congreso nacional celebrado en San Sebastián.

Un referente de la Cirugía Bariátrica, pionero en este tipo de intervenciones y técnicas

La primera paciente obesa mórbida que intervenida en Almería se remonta a febrero de 2001 en el hospital de referencia de la provincia y la última intervención en este campo de la Cirugía Bariátrica la ha realizado hace escasamente dos meses en Obesidad Almería, donde ha trabajado codo con codo con su hijo, Manuel Ferrer Márquez, quien comenzó su formación como residente en el Servicio de Cirugía del Hospital Torrecárdenas donde él ejercía, lo que ha generado una conexión familiar y profesional de dos verdaderos apasionados por la Cirugía Bariátrica.

Comida sorpresa de su familia y compañeros de quirófano en Obesidad Almería para iniciar una nueva etapa en su vida como jubilado.
Comida sorpresa de su familia y compañeros de quirófano en Obesidad Almería para iniciar una nueva etapa en su vida como jubilado.

Fue en 2008 cuando logró otro hito, realizar las intervenciones por laparoscopia, con las ventajas que conllevaba la cirugía mínimamente invasiva, que precisa apenas de 48 horas de hospitalización y repercute positivamente en una recuperación temprana y un postoperatorio menos doloroso.

Ha pasado por casi todos los hospitales: Bola Azul, Cruz Roja, Torrecárdenas y Hospital Mediterráneo

Ferrer Ayza se jubiló de la función pública en el año 2013, aunque su vocación y el cariño a sus pacientes le han llevado a dilatar en el tiempo su consulta y atención a los pacientes, en este caso en el Hospital Mediterráneo, donde ha ejercido hasta hace sólo unos días como responsable del prestigioso equipo de Obesidad Almería.

El anestesista Antonio Martínez-Amo señala que “han sido muchos años de travesía juntos en Obesidad Almería, donde ha manejado el timón como el mejor, siempre colaborador y diligente. Nunca me he sentido solo operando con él porque sabía que su confianza en mí era total. Tenerle a mi lateral derecho en las cirugías a la inducción y al despertar ha sido muy gratificante. Gracias por tu profesionalidad doctor Ferrer Ayza”.

Manuel Ferrer Ayza junto a su hijo Manuel Ferrer Márquez y el resto de compañeros del equipo de Obesidad Almería.
Manuel Ferrer Ayza junto a su hijo Manuel Ferrer Márquez y el resto de compañeros del equipo de Obesidad Almería.

Emocionado, por el significado del momento y por lo que conlleva ser hijo, alumno y compañero en el quirófano, Manuel Ferrer Márquez, relata que jamás pensó que poder trabajar con él podría ser tan gratificante. “Soy un auténtico afortunado de haber aprendido con el mejor maestro (no sólo de cirugía, sino de todo lo que hay alrededor de ella; de cómo se debe tratar a los pacientes, de los verdaderos valores de la vida, de lo que sana coger de la mano, de la importancia de la cercanía...). Hemos pasado momentos de todo tipo (tranquilos y otros más tensos en situaciones complicadas), pero nos hemos reído y hemos disfrutado cada lunes en quirófano. Deja un enorme vacío en nuestras tardes quirúrgicas, pero tengo la suerte de seguir a su lado cada día por mucho tiempo”.

También ha querido dejar reseña sobre este momento histórico el doctor Francis Rubio, quien destaca que “ha sido un placer compartir con el doctor Ferrer tantos años de trabajo, donde su excelencia profesional solo se veía superada por su excelencia personal. Trato exquisito con los pacientes y con todo el equipo; ejemplo a seguir en presentes y futuras generaciones de cirujanos”.

Entre los primeros cirujanos del Hospital Torrecárdenas

Manuel Ferrer Ayza nació en Sant Antolí, un pequeño pueblo de la provincia de Lleida, aunque su infancia y adolescencia estuvo vinculada principalmente en Regués y Tortosa (Tarragona). Fue hijo único, motivo que posiblemente le dejó impronta en su feliz niñez convirtiéndolo en una persona que siempre cuidó muchísimo a los que tuvo a su lado. Estudió en la Facultad de Medicina de Zaragoza (formando parte de la promoción de 1973) y entre libros y libros, pasaba los ratos tocando con un grupo musical denominado “Los Entes”, en el que era el vocal solista y bajo. Por casualidades del destino el servicio militar lo llevó a Almería y aquí ha desarrollado su reconocida carrera profesional que inició en el servicio de cirugía que formaba parte del Hospital de la Bola Azul. Se integró en un equipo que formó la primera promoción de cirujanos del Hospital de Torrecárdenas y durante esos primeros años en la provincia conoció a su mujer, Josefa Márquez (enfermera de profesión), con la que se casó y tuvo dos hijos: María José (profesora) y Manu (cirujano). Durante una buena etapa de su vida estuvo dedicado a la Cirugía Mamaria pero posteriormente, durante más de veinte años, se dedicó a la Cirugía Bariátrica hasta hoy. Además de su pasión por la cirugía, ha estado durante muchos años vinculado a la Universidad de Almería como profesor asociado, tratando de mantener siempre un equilibrio prácticamente perfecto entre su dedicación a la familia, a la cirugía y a la docencia.

Una comida con la familia (su mujer, hijos y nietos, además de con los compañeros del equipo de Obesidad Almería) es el punto y seguido a otras muchas quedadas que en el futuro le servirán para tomar conciencia de lo querido que es y para retomar el vínculo con la sanidad, recordar momentos y anécdotas del pasado, así como para aprender nuevas técnicas e innovaciones que a buen seguro están por llegar y que liderarán los profesionales que han ejercido a su lado durante todos estos años.

Para el doctor Manuel Ferrer Ayza comienza otra etapa, necesaria, pero ni por asomo desligado de su pasión. Lo hace dejando un legado indiscutible en la sanidad almeriense, en cada uno de los centros sanitarios donde ha ejercido y donde ha crecido personal y profesionalmente en despachos, quirófanos y consultas, espacios donde además ha pasado buena parte de los mejores años de su vida. Su nombre y su buen hacer estarán siempre unidos a cada uno de los centros por los que ha pasado: Hospital Bola Azul, Hospital Cruz Roja, Hospital Torrecárdenas (donde conoció a su mujer, enfermera, en un quirófano en el año 1975 y se casó con ella en 1976), Hospital Mediterráneo..., incluso por la Universidad de Almería, donde ejerció como docente hasta el año 2011.

La noticia de su retirada ha traspasado fronteras; muchos compañeros lo felicitan la etapa que inicia

La noticia de jubilación definitiva del doctor Ferrer Ayza ha traspasado la esfera provincial y ha llegado hasta los compañeros de toda España que han querido enviarle mensajes de felicitación y sus mejores deseos para esta nueva vida que hoy comienza.

Sin duda, Ferrer Ayza deja en la sanidad almeriense un legado indiscutible que ponen de manifiesto la calidad de profesionales que ejercen en esta provincia.

Es un “compañero de vida” y un “padre ejemplar”

Josefa Márquez y María José Ferrer son las mujeres de su vida. Esposa e hija sienten una tremenda admiración por Ferrer Ayza como doctor y como lo que es en su vida personal y familiar. Una persona que a pesar de las horas que pasaba en la consulta y en el quirófano, siempre ha dedicado el tiempo suficiente a hacer feliz a quienes lo rodeaban. Josefa, más conocida como Pepa en su ámbito más cercano, lleva más de media vida junto a Manuel Ferrer. Se conocieron en un quirófano. Ella era la enfermera y él el cirujano. Fue en la Bola Azul. Desde entonces no se han separado nada más que para atender sus particulares retos profesionales. “Manolo es mi compañero de vida desde hace 48 años. Siempre ha estado a mi lado apoyándome e todo y dándome ánimos en los momentos más bajos. Sin él no hubiera sido posible llevar a cabo todo lo que he querido hacer y he hecho. Seguiremos acompañándonos durante mucho tiempo más”, explica Pepa, para quien también este momento de la jubilación de su marido es muy emocionante. María José Márquez, destaca que al hablar de su padre le vienen a la cabeza dos palabras: “Orgullo y envidia”. “Me siento orgullosa de él todos los días: por cómo nos ha criado y alentado durante toda nuestra vida; por lo que nos apoya todos los días en todo ( este más o menos de acuerdo nunca lo va a decir); por su amor incondicional; por su beso diario; por estar siempre. Envidia sana por su pasión por el trabajo todos los días que ha ejercido su profesión, pasión que ha sabido transmitirnos a mi hermano y a mi; por cómo lo miran y abrazan sus pacientes cuando se lo cruzan o encuentran en algún lugar y me miran y me dicen “qué gran padre tienes, qué humano”. Humanidad es mi padre. HUMANIDAD en mayúsculas”, destaca.

stats