Cuatro narcolanchas avistadas en Cabo de Gata en el rescate de una patera con un fallecido
Los tripulantes de las planeadoras saludan incluso a los inmigrantes rescatados a bordo de la Salvamar Spica en su retorno hacia el Puerto de Almería
Seis narcolanchas vuelven a refugiarse del temporal en paradisíacas playas de Almería
Las narcolanchas de las mafias de la droga, petaqueo e inmigración ilegal han vuelto este lunes a aproximarse a las calas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar para buscar refugio del temporal y condiciones meteorológicas adversas en mar abierto. La operación de rescate de Salvamento Marítimo de una patera con 16 varones y un fallecido, todos origen magrebí, ha permitido poner al descubierto una agrupación de planeadoras, equipadas para permanecer varios días con todo tipo de víveres y tiendas de campaña, a unas 25 millas (40 kilómetros) de la costa de Cabo de Gata. En el vídeo al que ha tenido acceso este periódico, grabado por uno de los rescatados a bordo de la Salvamar Spica, se puede ver perfectamente cómo se marcha a toda velocidad una de las cuatro narcolanchas y se quedan otras tres con sus respectivas tripulaciones que saludan incluso a los ocupantes de la embarcación de Salvamento Marítimo. La neumática con los inmigrantes había sido avistada sobre las once de la mañana por el barco de recreo Kraken Solo Sailor y, tras la activación del centro coordinador de Almería, horas más tarde eran recogidos por la Salvamar Spica que también rescataba el cuerpo sin vida de uno de los que habían emprendido el viaje desde el norte de África y encontraba flotando en el mar.
Fue entonces, al emprender el retorno hacia el puerto de Almería donde fueron desembarcados pasadas las cuatro de la tarde, cuando grabaron a las cuatro narcolanchas de unos 15 metros de eslora cada una y tres y cuatro motores fueraborda de hasta 300 caballos de vapor que vuelan a 60 nudos en la costa nijareña. En el mes de marzo se dispararon las alarmas en el litoral almeriense por la presencia de narcolanchas a plena luz del día a escasos kilómetros de la costa. Un grupo de seis embarcaciones eran captadas por este periódico en exclusiva en Cala Grande y días antes habían sido detectadas otras siete en los Genoveses. El fuerte temporal que las obligó a buscar cobijo en las calas impidió precisamente la actuación por parte del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, limitándose a la vigilancia permanente desde tierra. Desde la Subdelegación del Gobierno de Almería explicaban que no transportaban fardos de droga, por lo que no consideraron oportuno realizar una intervención de la patrullera que pudiera poner en peligro la integridad física de su tripulación.
Género prohibido que se debe incautar
Pero estas narcolanchas, con independencia de que en el momento de resguardarse no transporten ningún cargamento, son "género prohibido" y deben ser incautadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Las seis embarcaciones de Cala Grande portaban numerosas garrafas de combustible que podrían ser para autoabastecimiento o para suministro de otras semirrígidas. Las organizaciones criminales están pagando hasta 300 euros por cada petaca de gasolina y han generado una nueva figura de la economía ilícita española que se denomina "petaquero" y se enfrenta a un delito de contrabando que cada vez está más presente en la agenda del Servicio de Vigilancia Aduanera en Almería. La situación generó inseguridad y preocupación en los grandes municipios del litoral, principalmente Níjar, El Ejido y Adra, que reclamaron al Gobierno más medios materiales y humanos para hacer frente a la repentina aparición de estas narcolanchas, conscientes de la supremacía náutica que ejercen y que hace imposible interceptarlas en alta mar.
La fuerte presión policial que los narcotraficantes estaban recibiendo en otros puntos de la frontera andaluza, principalmente en el Estrecho tras el asesinato de dos agentes en Barbate, empezaba a desplazar a parte de su flota clandestina hacia el mar de Alborán, donde eran captadas por algunos ferris que conectan Málaga y Almería con el norte de África. Guardia Civil y Vigilancia Aduanera protagonizaban meses después operaciones importantes contra estas mafias en Almería, con la desarticulación de los principales clanes del petaqueo en el Poniente, lo que ha ido mermando las capacidades logísticas para el transporte de personas y drogas de las narcolanchas marroquíes que este verano han desaparecido prácticamente del mapa provincial. De hecho, la ruta argelina, la inmigración tradicional en taxis pateras a las calas del Levante, volvía a situarse como principal vía de entrada en detrimento de las planeadoras que venían llegando en oleadas desde Nador. Pero siguen estando ahí. Y el vídeo captado esta mañana pone de manifiesto que se mantiene la actividad de las semirrígidas que buscan abrigo en las calas del parque natural cuando las condiciones meteorológicas no acompañan.
Mayor profesionalización y violencia
Las mafias marroquíes que alternan el tráfico de drogas y personas han profesionalizado la actividad y disparado los riesgos al incorporar medios de última generación y pilotos expertos y temerarios que se embolsan hasta 50.000 euros por trayecto. La presencia de encapuchados en las narcolanchas es la evidencia más clara de la incorporación de españoles al catálogo de roles de la delincuencia marítima. En los traslados de inmigrantes graban con el móvil la llegada, con desembarcos violentos y bruscos que ya han propiciado varias muertes por ahogamiento y traumatismos y envían los vídeos a los cabecillas para certificar que han entregado el "paquete" en Almería. También ha cambiado la actitud de los pasajeros que hace años llegaban a tierra y emprendían a pie la huida. Ahora son conscientes de que una vez identificados serán puestos en libertad en menos de 48 horas con un oficio de Policía Nacional para que se tramite una orden de expulsión que nunca llega, por lo que al desembarcar ya esperan a ser atendidos por Cruz Roja que les facilita ropa y comida.
Estas organizaciones suelen poner en grave riesgo la vida de aquellos que se embarcan hacia España y, si la patera acaba en naufragio con algún fallecido o mueren durante el trayecto, como ha ocurrido este lunes -al menos se registraron tres episodios en 2023 en aguas de Almería-, los patrones se enfrentan también al delito de homicidio imprudente como los detenidos de la Patera 81 el pasado año. Tras día y medio a la deriva, casi hundida y sin gobierno, el 18 de abril se rescató una embarcación con tres tripulantes y una veintena de pasajeros a los que cobraron 7.500 euros por la manutención en Argelia y el viaje a España. No iban todos los que partieron. Faltaban dos cuyos cuerpos sin vida fueron arrojados al mar a medio camino.
Descenso del 40% en la llegada de pateras
El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha destacado este lunes que "han llegado muchos menos migrantes con respecto al año pasado" a las costas andaluzas, con un porcentaje de disminución en torno al 40%. "También quiero destacar que el trabajo que se viene haciendo desde ese plan especial del Campo de Gibraltar, de lucha contra el narcotráfico, extendido también a la provincia de Almería, está dando resultado", aseguraba. "Quiero recordar que las operaciones tan importantes que se han llevado a cabo, que tienen que ver con aquellos que proveen de combustible, los famosos petaqueros, que no solamente transitan con drogas, sino que también lo hacen con personas", ha asegurado en su visita de esta mañana al municipio de El Ejido.
Almería sigue siendo desde hace años el punto de la península que recibe más inmigración irregular por vía marítima, multiplicando por tres, cinco y hasta diez la cifra de interceptaciones de pateras de otras provincias costeras como las de Cádiz, Málaga o Alicante. En los casi ocho primeros meses del año (del 1 de enero al 18 de agosto), en el Centro de Coordinación para la Vigilancia Marítima de Costas y Fronteras se contabilizaron un total de 2.470 magrebíes frente a los 4.203 que se habían registrado en el mismo periodo del anterior curso, lo que supone un descenso casi a la mitad (41,2%). En la costa peninsular, Almería tiene los registros más altos con casi 2.500 africanos recepcionados frente a 1.108 en Murcia, 549 en Granada, 378 en Cádiz y 344 en Alicante.
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