Los vecinos de El Alquián acompañan con fe y gozo a la Virgen del Carmen

Y por fin llegó de nuevo el día en que Nuestra Señora del Carmen de El Alquián salía a la calle. Un año entero esperando ver a la madre de todos los alquianeros paseándose por su barrio. A las 19,30 h se celebró la Santa Misa. A continuación la Virgen del Carmen, entronizada en su nuevo Paso salió de su Templo entre aplausos, mecida por sus costaleros, bajo los acordes de la Agrupación Musical María Santísima de la Cabeza de Exfiliana. Nuestras calles se llenaron de ilusiones, esperanzas y peticiones. El Barrio entero estaba en la calle, era un encuentro de jóvenes y familias dispuestos a honrar a su patrona un año más.

El Excelentísimo Ayuntamiento de Almería estuvo representado en nuestra procesión por tres de sus concejales, Doña Vanesa Lara de la Cruz, Don José Fernández Mañas y Don Antonio Ruano Tapia. Y también nos acompañaron la “Mayordomía del Santísimo Cristo Redentor” de El Alquián y la “Hermandad y Cofradía del Santísimo Entierro de Jesús y Nuestra Señora de los Dolores” de La Cañada de San Urbano.

Sus costaleros fueron meciendo a Nuestra Señora del Carmen igual que las olas del mar mecen los corazones de todos los alquianeros que se acercan a ella en sus buenos y malos momentos. La Virgen va recorriendo calle por calle. Junto a cada esquina se oye un suspiro; alguien grita: ¡viva la virgen del Carmen! Alguien se acerca y besa su manto. Un padre acaricia la mejilla de su hijo recién nacido con el manto de la Virgen. Desde un balcón llueven pétalos de rosas sobre Nuestra Señora. El barrio entero acompaña a su madre. La madre se pasea gozosa entre sus hijos.

Numerosas personas acompañaban a la Virgen en su camino, como corresponde a una de las grandes devociones de este enclave marinero. A lo largo de toda la procesión se oyó jalear a muchos devotos que gritaban vivas a tan celestial Señora. El recorrido se hizo corto. La tarde acompañó con una suave brisa de poniente que refrescaba el ambiente.

Y así, poco a poco, aclamada por sus hijos, la Santísima Virgen del Carmen llegó ante su morada. Una devota le recitó una poesía. Y mecida por sus costaleros, bajo los sones del Himno Nacional, la Virgen regreso a su Templo. En definitiva, fue una solemne, aunque sencilla, procesión en la que de nuevo se mostró el fervor y el amor del Barrio de El Alquián hacia la Santísima Virgen del Carmen, protectora de las gentes de la mar y nuestra patrona.