Las pintadas vandálicas se apoderan de las fachadas de Almería sin importar su historia

Ni por su composición pictórica ni por el contenido, reivindicativo o poético, de sus mensajes pueden ser considerados arte urbano. Lo que se ha extendido como una auténtica plaga por el casco histórico de Almería capital son pintadas que enturbian fachadas, sin importar que las mismas sean incluso de edificios protegidos y tan significativos como el Teatro Cervantes o los muros traseros de la propia Catedral.

Nombres, siglas y obscenidades degradan el paisaje urbano de buena parte de la ciudad hasta el punto que el Grupo Municipal de Ciudadanos llevará esta problemática a Pleno con el propósito de que el Ayuntamiento despliegue un plan de choque, primero en el casco antiguo y luego en el resto de la capital, y modifique sus ordenanzas para actuar, con mano dura, ante estos atentados patrimoniales, entre otras medidas.

Dos jóvenes fueron detenidos el pasado mes de mayo por graffitear las torres califales de Pescadería como parte de un vídeo musical que luego subieron a YouTube. Una ocurrencia cuya eliminación fue valorada en 6.000 euros. “Las pintadas vandálicas no autorizados ocasionan daños, a veces irreversibles, tanto en nuestro patrimonio arquitectónico protegido como en fachadas de edificios privados y públicos, y en otros elementos como señalizaciones informativas y viarias, mobiliario urbano o elementos ornamentales”, expone el portavoz de Ciudadanos, Miguel Cazorla, que considera el casco antiguo como uno de los barrios más afectados de Almería. Aunque no el único.

Da igual si la fachada ha sido rehabilitada, si tiene elementos protegidos o si se encuentra en una plazoleta recién reformada por el Ayuntamiento. Son “muchísimas” las calles de la zona antigua de la ciudad las que ofrecen una imagen degradada por estas pintadas.

Lo que pedirá Ciudadanos en su moción plenaria es el arbitrio de medidas de choque y contención, similares a las adoptadas por otras ciudades, como Sevilla, Zaragoza u Oviedo, porque, apunta Cazorla, “no bastan acciones puntuales o destinar mínimos medios, es preciso acometer un completo plan de acción”.

Propone una campaña de limpieza intensiva con brigadas formadas que, que, partiendo del centro histórico, se extienda al resto de barrios, junto a campañas de concienciación y talleres dirigidos a los más jóvenes, así como fomentar la implicación ciudadana a la hora comunicar la presencia de pintadas. Cs aboga por modificar la ordenanza y que estas pintadas vandálicas pasen de ser consideradas infracciones leves a graves.