Vía Augusta
Alberto Grimaldi
El bien común
Tribunales
Almería/¿Cuánto vale la muerte de una niña de cinco años? La respuesta sencilla sería decir que es incalculable. Pero la magistrada María del Mar Alejo Rico tiene por delante la poco agradable tarea de fijar la indemnización que deberán recibir los padres de la pequeña Leire, la niña de cinco años que perdió la vida en El Parador de Roquetas de Mar al ser atropellada por un legionario que circulaba ebrio.
En una vista oral más movida de la cuenta, tanto como para tener que interrumpirla y comenzarla de nuevo sin dar por válido lo manifestado previamente por el acusado, este último ha reconocido los hechos y mostrado su conformidad con el escrito de acusación del fiscal Manuel Hermoso, toda vez que se han adherido al mismo su abogado, Alfonso Ramón Ramírez, el de la aseguradora, José Vicente Rodríguez, y el de los progenitores de Leire, Juan Manuel Medina.
Eso sí, el letrado Medina ha estado de acuerdo con la petición de tres años de cárcel del fiscal Hermoso, pero no con la indemnización que le corresponde a los padres. El representante del Ministerio Público solicita 92.606,83 euros para cada progenitor y otros 26.760,11 euros para el “hijo concebido y no nacido” de la madre, pero el abogado de la familia aspira a que la suma total alcance los 250.000 euros, más los intereses devengados oportunos.
David López y Rocío Muñoz, los padres de Leire, han valorado que el culpable haya aceptado este jueves una pena de tres años de cárcel, pero han afirmado que “si la justicia estuviera bien hecha, esta persona estaría, como poco, comiéndose nueve años de cárcel”. Así lo ha indicado, en concreto, el progenitor de la pequeña a los periodistas tras la vista oral, si bien ha subrayado que el acuerdo alcanzado permite que por lo menos ingrese en prisión, aunque a ellos les hubiera gustado que lo hubiese hecho por “muchos más años”. “Pero sabíamos que no íbamos a conseguir mucho más”, ha lamentado.
Los padres no se creen la petición de perdón realizada por el acusado durante el juicio: “No hemos tenido ningún momento de empatía. No ha mostrado nada. Lo único que ha demostrado es que le importaba solamente su seguridad, lo que le pasara a él”, han aseverado. En este sentido, y a raíz de las palabras del procesado durante la vista, en la que ha asegurado que intentó contactar con ellos, han apuntado que solo fue a través de su abogado y que les ofreció “70.000 euros a cambio de que no entrase en la cárcel y alegando que pediría perdón a través de una carta y públicamente si aceptábamos el dinero”.
“Como no aceptamos el dinero, no hemos recibido ninguna carta, ni ningún perdón, ni nada”, han asegurado, a la vez que han recalcado que continuarán su lucha para que cambien las leyes: “Mi niña no puede haber muerto por nada, por lo menos que se le dé un sentido” de esta forma, ha apuntado la madre. Han reconocido que ha sido un momento difícil tener al autor de los hechos ante ellos, así como tener que volver a recordar todo lo ocurrido. “Ha sido bastante difícil estar escuchándole hablar, pidiéndonos un perdón que nos parece más falso que otra cosa con sus lágrimas de cocodrilo, sin mirarnos”, han censurado.
Además, han condenado que se pusiese al volante cuando “cuadriplicaba” la tasa de alcoholemia, además de insistir en que si se hubiese hecho las pruebas de inmediato, y no en dependencias policiales, la tasa podría haber sido incluso mayor.
Sea como sea, el legionario ha reconocido que sobre las 20:15 horas del 6 de julio de 2021 circulaba "bajo la influencia de bebidas alcohólicas que había consumido previamente, y a una velocidad excesiva, habida cuenta de la limitación concreta de la vía" de 50 kilómetros por hora, por las "las características de la misma (muy transitada y con numerosos pasos de peatones)".
Así, al llegar a la altura del paso de peatones situado frente a un supermercado de la barriada de El Parador, en el cual ya estaba detenido otro vehículo en el carril derecho para ceder el paso a los peatones que se disponían a cruzar el mismo, el "acusado lo rebasó por el carril izquierdo, irrumpiendo en el paso de peatones, por el que en ese momento cruzaba" la madre de la menor con ésta cogida de la mano.
La niña "fue arrollada por el vehículo del acusado, y arrastrada bajo el mismo unos metros, hasta que finalmente se detuvo; a consecuencia de lo cual la niña falleció, casi instantáneamente, por un traumatismo craneoencefálico severo con fractura craneal de la base y hemorragia subaracnoidea".
El acusado arrojó un resultado positivo de 0,90 y 0,88 miligramos de alcohol por litro de aire espirado respectivamente en las pruebas realizadas posteriormente.
“Lo siento. En ningún momento me imaginé que ese día acabaría así (…) De verdad que lo siento mucho. Lo que me pase a mí, me da igual. Lo siento por los hechos de aquel día. He intentado comunicarme varias veces con los padres. Primero me dijeron que era muy pronto. Luego intenté hacerles llegar una carta a través de los abogados. Comprendo que no quisieran saber nada de mí”, ha dicho el legionario al tomar la última palabra.
En la declaración previa antes de la citada conformidad, el acusado ha realizado una declaración extraoficial en la que ha incidido en esta petición de perdón, y ha asegurado que ese día tomó “dos o tres cervezas” mientras comía, además de una copa en la barriada roquetera de Aguadulce.
Ha aseverado que mientras conducía no bebía, aunque si llevaba con él un “vaso de tónica con ginebra” que pensaba tomarse al llegar a casa.
Ha reconocido que no miraba de forma fija el cuentakilómetros y ha incidido en que no adelantó al otro coche, sino que lo rebasó porque ya circulaba de forma indefinida por el carril izquierdo.
“Me vi sorprendido por la niña”, ha asegurado, toda vez que ha defendido que intentó irse hacia un lado para esquivarla, pero sin lograr su objetivo, por lo que finalmente la arrolló.
La familia de Leire ha pedido un endurecimiento de las penas por "violencia vial" ante el inicio del juicio que sienta en el banquillo al acusado. En declaraciones a los periodistas en la Ciudad de la Justicia de Almería, la tía de la menor, Déborah, ha considerado injusto que la conducta de este conductor pueda ser calificada como homicidio imprudente.
Ha recordado que, días después del atropello mortal, emprendieron una lucha contra una ley que consideran "súper injusta" y llegaron a recoger y presentar, junto a otros afectados por hechos similares, 750.000 firmas. El objetivo, ha detallado, es que se endurezcan los castigos para los "delincuentes" que comenten "violencia vial", de modo que pueda honrarse a las víctimas y sus familiares, y que las condenas sean acordes también por la seguridad del resto de usuarios de la vía.
La tía de Leire ha censurado que, tras el atropello, el supuesto autor se bajara del coche "con un cubalibre en la mano", que llevara incluso una botella de ginebra en el asiento del copiloto y que no se acercara ni a socorrer debidamente a la víctima. "Eso no es una imprudencia. Es una persona que ha decidido una serie de cosas que han desembocado en una desgracia y lo tiene que pagar, asumir lo que ha hecho", ha indicado Déborah, quien además ha considerado "inhumano" que no hubieran terminado de celebrar el funeral de Leire y el acusado ya estuviera "en la calle".
También ha rechazado la cuantía de 70.000 euros ofrecida por el legionario: "Ofrece dinero porque no quiere ir a la cárcel y porque, al ser militar, no puede tener antecedentes. ¿Esa cantidad paga una vida?", ha señalado.
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