Unánime puesta en valor de la 'fábrica del lujo' del Imperio romano descubierta en Almería

Pleno

El Ayuntamiento acuerda dar continuidad a las investigaciones sobre el yacimiento de Torregarcía y mejorar el entorno

Piden recuperar la 'fábrica del lujo' de los romanos en Almería

Alejandro Lorenzo, portavoz de Podemos, en primer plano
Alejandro Lorenzo, portavoz de Podemos, en primer plano / Marian León

Aunque no estuvo exento de los habituales dardos políticos entre uno y otro partido, especialmente entre Vox y Podemos (partido proponente de la moción), la necesidad de continuar las investigaciones científicas sobre el yacimiento de Torregarcía, que ha resultado ser una fábrica de tinte púrpura del Imperio romano, un producto de lujo y poder mayor que el valorado oro, y no, como se creía hasta ahora, una producción de salazones –más habitual en la península– ha quedado patente. El Ayuntamiento de Almería ha aprobado por unanimidad el concierto de un acuerdo de colaboración con la Junta de Andalucía y la Universidad al objeto de continuar las investigaciones sobre estos restos arqueológicos, de gran potencial, y la limpieza y adecentamiento todo el entorno, donde también se encuentra la atalaya del siglo XVI Torre García. El acuerdo plenario alcanzado también contempla la actualización del panel explicativo existente donde se indica, ahora erróneamente, que estos restos corresponden a una factoría de salazones de la época romana.

Existen a unos 300 metros, si bien las recientes indagaciones, llevadas a cabo por el grupo de investigación Abdera de la UAL y desarrolladas en dos campañas en 2019 y 2021, han arrojado resultados distintos. Mediante la utilización de una metodología no invasiva en el yacimiento, usando imágenes por satélites y georradar, han podido constatar que la estructura presente en el yacimiento, buena parte de la cual aún está enterrada, corresponde mucho mejor con la morfología de una factoría de tinte púrpura. Algo que confirma la presencia de un importante conchero, con una producción muy superior a la media calculada en otros yacimientos.

El tinte morado de los romanos no era vegetal, sino que se obtenía de un compuesto de los cuerpos machacados de caracoles y conchas mediante un proceso muy laborioso sobre el que se levantó una poderosa industria y comercio internacional, que podría tener una de sus bases en Almería.

La pigmentación morada era empleada en la Antigüedad en las túnicas reales persas, las vestiduras sacerdotales de los hebreos y las togas de la Roma imperial, civilización que incluso por Ley solo permitía el uso de vestimentas de este color al emperador y altos dignatarios como símbolo del poder divino e imperial.

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