Las precipitaciones se triplican por toda la provincia durante el mes de confinamiento
Coronavirus Almería
El fantasma de las avionetas antilluvia sobrevuela Almería al acumular del 14 de marzo al 14 de abril 1.746 litros por metro cuadrado al sumar los registros de las 27 estaciones de la provincia frente a los 553 y 745 del mismo periodo de 2019 y 2018
El confinamiento hace que Almería respire el mejor aire de este siglo
Las 27 estaciones pluviométricas almerienses de la Red Hidrosur acumulan 1.746,7 litros por metro cuadrado entre el 14 de marzo y el 14 de abril, tres veces más que en ese periodo del año anterior (553). También presenta una diferencia abismal con respecto a ese mes de 2018 en el que se contabilizaron 745 litros por metro cuadrado, mil menos que en durante el confinamiento. En algunas de las estaciones almerienses del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas la comparativa es demoledora con registros muy superiores incluso a los de la media histórica. La de Bayárcal acumula en ese periodo más de 152 litros por metro cuadrado frente a los 65 del mismo mes de 2019 y 77 de 2018. Las precipitaciones del embalse de Benínar durante la cuarentena ascienden a 71 litros por metro cuadrado frente a los 18 del mismo mes del ejercicio pasado. Más de 93 litros se han inventariado en la de Sierra Almagro frente a los 11 y 4 de los años anteriores y 54,3 en la de Níjar que entre el 14 de marzo y 14 de abril de 2019 no había llegado ni a tres litros por metro cuadrado (9 en 2018).
De hecho, en el término municipal nijareño el año hidrológico en su conjunto -del 1 de octubre al 30 de septiembre- está siendo de récord a falta del último tercio y ya han superado los 198 litros por metro cuadrado frente a los 144 del ejercicio anterior y los 191 de media histórica. También en el embalse de Cuevas se da una situación muy superior a del último año con 228,3 litros por metro cuadrado frente a los 172 del curso hidrológico anterior y a muy poco de alcanzar los 239 de la serie media desde que ha registros. En la capital también se han contabilizado precipitaciones muy superiores a las del ejercicio pasado con 190 litros por metro cuadrado frente a los 167 y muy cerca ya del volumen histórico.
En el punto instalado en El Saltador son 73,1 en este tiempo de coronavirus frente a los 9,4 del mismo mes en 2019 y 3,5 en 2018. Todos los registros son muy superiores a los del pasado año y no hay excepciones en ni una sola de las estaciones, distribuidas de forma estratégica por la superficie provincial para para obtener, en tiempo real, la información de las incidencias hidrometeorológicas que se producen con el fin de poder tomar las medidas oportunas, tanto en previsión de avenidas a efectos de prevenir y minimizar sus daños, como en explotación de los recursos hídricos.
Desde que el Gobierno, reunido en Consejo de Ministros extraordinario el 14 de marzo, decretara el estado de alarma en todo el territorio nacional para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por la propagación del COVID-19, se han multiplicado las precipitaciones en Almería y el volumen de agua del cielo que han recibido los pueblos de la provincia triplica al del mismo periodo del año anterior. De ahí que vuelva a sobrevolar con fuerza el fantasma de las avionetas antilluvia en el sureste español que llegó incluso a la Fiscalía Provincial a instancias de la Asociación en Defensa de la Salud y el Medio Ambiente y contra Sistemas Antilluvia de Almería (Avial) y la Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia (FECOAM). Promovieron hasta manifestaciones asegurando que existían actividades antilluvia, sembrando las nubes con productos como yoduro de plata o dióxido de plomo, que manipulaban las precipitaciones para favorecer al turismo, aseguradoras y grandes explotaciones y recogieron más de 10.000 firmas en su cruzada contra los misteriosos aparatos que disipan las nubes del cielo de la provincia en base a una serie de avistamientos que nadie ha podido demostrar porque sobrevuelan parajes pero no hay constancia del esparcimiento de sustancias.
En una tierra marcada por la sequía sería muy fácil hoy relacionar el confinamiento y las abundantes precipitaciones de los últimos días con el cese de estos vuelos antilluvia, pero los vaivenes en la estadísticas de pluviometría son una constante en la comparativa de los años hidrológicos de la provincia y que un periodo sea mucho más lluvioso que el mismo del ejercicio anterior no sería una excepción. Es más, recurriendo a la ciencia se ha venido demostrando en estudios recientes que existe una relación directa entre el incremento de las precipitaciones cuando la actividad humana es menor. Una investigación encabezada por Jonathan Jiang demostró en base a la utilización de imágenes de dos satélites de la NASA que la contaminación y el humo condicionan el desarrollo de nubes de convección. Todo el país ha mejorado los niveles de calidad del aire desde que comenzó el estado de alarma y Almería no es ninguna excepción.
La contaminación atmosférica generada principalmente en la capital y grandes municipios, cinturones industriales y el tráfico aéreo han podido contribuir al aumento de las lluvias -como demuestra otra investigación realizada en Madrid-, si bien otros científicos climáticos y meteorólogos aseguran que los grandes cambios del tiempo no se deben concebir como algo local porque suelen estar marcados por un cambio en la configuración sinóptica a nivel internacional (hemos pasado de estar inicialmente bajo el dominio de las altas presiones del anticiclón situado sobre España a que se aleje hacia el norte y permita llegar a las borrascas con las precipitaciones de vuelta). Lo único incontestable, con independencia de la yuxtaposición de los factores ambientales porque ahí están las estadísticas provinciales, es que se han triplicado las lluvias y ha disminuido la polución durante el mes de confinamiento en Almería.
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