La tradición de los pueblos se une a través de bailes típicos en Almería
Lo que empezó siendo un festival folklórico donde actuaban delegaciones de diferentes regiones de España, se ha convertido en los últimos años, en un evento con representación internacional

En el año 1983, a través de la iniciativa de Francisco Ferre Montoya y la asociación de folklore Virgen del Mar, nació el Festival de Folklore Ciudad Almería.
Lo que al principio empezó como un evento donde reunir las tradiciones de las regiones de toda España, en sus 25 años de vida han ido evolucionando y ampliando horizontes.
Países mediterráneos y europeos fueron añadiendose al festival, logrando, en sus ultimas ediciones, derribar todas las barreras mundiales.
Como viene siendo tradición, el Grupo Municipal de Folklore Virgen del Mar, que hace las labores de anfitrión, abría la primera jornada del Festival con la interpretación del Fandango de Almería, mezclando música y danza.
Después de la obertura realizada por los almerienses, subieron al escenario la agrupación folclórica Hunac-Cell de Méjico, quienes realizaron en su primera intervención una serie de danzas aztecas.
Los colores dorados de las alhajas de sus vestimentas típicamente precolombinas y los verdes de las plumas de sus penachos, causaron una gran aceptación entre el respetable que se encontraba sentado en el improvisado patio de butacas del patio del colegio.
El toque de sabor lo puso la escuela venezolana de danza Scorpio y la orquesta que la acompañaba, que con una vestimenta ambientada en los años treinta abrieron su actuación con un merengue caraqueño.
Danzas de toda la república bolivariana como los golpes lareños o los tambores coreanos interpretadas con instrumentos tradicionales como el cuatro, el quinto, la bandola (autóctono de Caracas) o el culoepuya a los que se le añadieron ritmos afro-latinos, hicieron las delicias de la mayoría del público.
Como si de un partido fútbol se tratase, el festival estuvo partida en dos partes: un pequeño descanso para dosificar la energía de los artistas y los ánimos de la concurrencia que actuación tras actuación parecía agradarle más el paso de la noche.
La jornada se volvió a reanudar con el Grupo Virgen del Mar, que reunía en el escenario a componentes de tres generaciones, padres hijos y nietos, un encuentro después de veinticinco años que hicieron saltar las lagrimas al fundador Francisco Ferre.
La segunda actuación de los almerienses fue un homenaje al mundo de la pescadores que siempre han trabajado en las costas almerienses.
Bailes y escenificación fueron acompañados por los acordes de la guitarra de El niño de las Cuevas, quien tocó y cantó un taranto, una malagueña, la canción de la patrona de Almería, si vas pa' la mar y el más que conocido Vito, que más de una abuela entre el patio de butacas cantaba al nieto que la acompañaba.
Los vítores a la agrupación almeriense se hicieron ensordecedores cuando el director del festival José Francisco González, concedió una placa conmemorativa a Francisco Ferra por el trabajo realizado con el Grupo Virgen del Mar.
El conjunto mejicano volvió a salir a escena para tocar canciones del Estado de Jalisco.
Para finalizar, el sensual contoneo de los bailarines venezolanos pusieron el broche de oro.
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