La tierra sin cines

Hace más de una década que no hay proyecciones en invierno Los cinéfilos deben ir a ciudades lejanas

La tierra sin cines
La tierra sin cines
Víctor Visiedo

30 de mayo 2016 - 05:01

¿Qué hacer un fin de semana de invierno para disfrutar de un evento cultural y de ocio, entre amigos, en familia o con la pareja? En cualquier parte, una de las primeras opciones que vendrían a la mente de cualquiera sería ir al cine. En el Levante de Almería, no. Las salas de cine en la comarca son menos habituales que los ríos caudalosos (y eso es mucho decir).

Desde hace más de una década los cines de invierno se pueden considerar extinguidos. Las últimas películas proyectadas fuera de una terraza de verano se remontan a los primeros años del siglo XXI, en el Cinema Teatro Tenis de Garrucha, o en el Cine Regio de Vera.

Lejos quedan aquellos tiempos en los que el cine era un evento social que movía masas. "Recuerdo que en Vera, en el Teatro Cervantes era difícil conseguir una butaca, siempre había sitios reservados para ver las películas", narra Diego Rodríguez, actual responsable de las terrazas de verano de Vera y Garrucha.

En Turre fue famoso su Cine Avenida, propiedad de Frasquito Baraza, con la atención de Paca González. Jóvenes y mayores de los municipios próximos tenían la villa de Turre como referente del ocio, varias décadas atrás. Fue demolido a finales de los 80.

En Vera, a parte del ya mencionado Teatro Cervantes -del que se tiene constancia que existiera ya en 1888 y que desapareció del callejero veratense justo un siglo después-, también tuvo mucha relevancia el cine de la Terraza Carmona (archiconocido restaurante).

En Garrucha, el Cine Español y, posteriormente, el Cine Tenis, acogieron cientos de proyecciones. Hoy, el primero no existe y el segundo muestra los signos de un espectáculo herido de muerte: cristales rotos, fachada descuidada, la cartelera vacía, y el rótulo metálico con el nombre "Cinema Teatro" y las siluetas de una máquina de proyección y dos máscaras lucen oxidados por el paso de tiempo.

En Cuevas, el Teatro Echegaray también intentó, no hace demasiado, revivir los cines en la comarca, pero tan solo duró un año y con proyecciones en bluray.

Huércal-Overa también cuenta con tradición cinéfila y, de hecho, recientemente su Ayuntamiento ha adquirido una máquina proyectora.

Sin embargo, actualmente, quien quiera ir al cine en el Levante no tiene más remedio que subirse al coche y hacer, como mínimo los 40 o 50 kilómetros que separan su municipio de las salas más cercanas, las de Águilas. Las otras alternativas, más lejanas, son Lorca, Almería o Roquetas de Mar.

Diego Rodríguez, con más de treinta años proyectando películas en diferentes municipios y cines de la comarca, reconoce que no es viable mantener salas durante todo el año. "Algún estreno puntual podría ser rentable, pero no toda la temporada. Con las descargas por internet, los partidos de fútbol y la escasa población joven durante el invierno, sin subvención de las administraciones no existe posibilidad de negocio", afirma el proyeccionista.

Con nostalgia, Rodríguez tiene grabada en la mente la fecha de su primera proyección: "Fue el 23 de diciembre de 1984. Dimos Oficial y Caballero, con un cine lleno de gente". Su último intento por recuperar las salas de invierno fue reabrir el Cine Regio veratense, con sesiones los fines de semana, pero en 2005 desistió en su intento.

Si el reciente auge de las grabaciones de series y películas en la provincia han puesto en boga el eslogan de "Almería, tierra de cine", quizás no estaría de más recordar que muchas comarcas almerienses son, desde hace décadas, "tierra sin cines".

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