Los tesoros naturales que se esconden bajo las aguas de la Isleta del Moro
El buceo es una actividad cada vez tiene más adeptos en la provincia Las peculiaridades del Parque Natural de Cabo de Gata hacen que sea un emplazamiento único para explorar

El Parque Natural de Cabo de Gata alberga una inmensidad de maravillas: espectaculares y recónditas calas, hermosos paisajes de pitas y arena, una peculiar fauna y vegetación... Pero lo mejor está bajo el agua. Y eso lo sabe bien David Giner, un buzo valenciano que, por cosas del destino, ha acabado afincado en la Isleta del Moro, enamorado de sus gentes y sus aguas, donde montó un centro de buceo que se ha convertido en su forma de vida.
"Descubrí Cabo de Gata en una visita que hice y como dicen los ingleses, 'I fell in love', me enamoré. No creía, viniendo de donde venía, que en la Península quedaran paraísos como este. Al principio pasaba las temporadas de trabajo y una vez montamos el centro 'Isleta del Moro', me traslade a vivir aquí. Y como digo a veces de broma, de este pueblo me tienen que sacar con rasqueta y estropajo", cuenta David entre risas.
Para este valenciano, el buceo y el mar lo son prácticamente todo, junto con su perra Kala, que también es una gran aficionada al agua. "Hace 20 años que trabajo en esto. Me hice instructor en el 97. Cuando empecé en esto trabaje como asalariado para otros. Antes de montar nuestro centro en el 2003 ya había trabajado en varios. Tenía muy claro qué tipo de centro quería y cuál debía ser la filosofía de trabajo: primar la calidad ante la cantidad. En un sitio tan privilegiado como este no creo que sea de rigor meterte en el agua con dieciséis a la vez. No me voy a hacer rico con esto y tampoco es mi prioridad. Prefiero ganar menos dinero y disfrutar con mi trabajo", explica David.
La ubicación del centro no es casualidad. "Cabo de Gata es un tesoro. Yo que vengo de una zona destruida lo valoro muchísimo. En Alicante o Valencia no queda un centímetro de costa sin cemento", cuenta el instructor.
David dedica, por tanto, toda su vida al buceo, una actividad que cada vez tiene más adeptos. "Estoy convencido de que el buceo está al alcance de todo el mundo. Y que si las cosas se hacen correctamente, todo el mundo puede disfrutar de una experiencia como es el bautismo", explica David.
El bautismo de buceo es el primer contacto que tiene la persona con este deporte. Se trata de una experiencia que no tiene comparación, en la que la relajación se convierte en la principal sensación. "Bucear por primera vez con botellas es descubrir un nuevo mundo, y las sensaciones: solo escuchas tus burbujas, la respiración, la sensación de ingravidez, la paz que se siente allí abajo cuando uno se relaja... Es algo que creo debería estar en la lista de cosas que hacer antes de morirse", cuenta el valenciano.
"Lo bonito de bucear para mí, como en cualquier actividad en la naturaleza, es sentirte parte de ella. Y cuanta menos gente haya cerca mejor. El buceo es algo muy relajante cuando uno se siente seguro, por eso ofrecemos una atención personalizada", añade.
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