Un año ‘terrorífico’

A las tiendas que dependen de las fiestas no les vale ni el truco ni el trato y ven caer sus ventas. Villa Pollitos, con más de un siglo, y Publifiestas Conde, dos modelos de negocio que también viven la crisis

Publifiestas Conde en Almería / Rafael González

Almería/Este Halloween no ha sido como los anteriores, ni como celebración ni para la economía local, ya que en estos últimos años esta festividad venía acompañada de la Noche en Negro para avivar las compras otoñales. Pero detrás de esta noche de brujas, como de cualquier otra fiesta, hay varios negocios, como son los comercios que se dedican a la venta de disfraces, decoración o artículos para celebraciones, para los que no le ha valido ni truco ni trato con la crisis desencadenada por la COVID-19.

Consuelo Cortés, quien trabaja codo con codo con su marido Pepe Soriano en Villa Pollitos, muestra disfraces hechos a mano por ella / Javier Alonso

Las medidas tomadas para contener la expansión del virus como la cancelación de fiestas en los municipios, la limitación de aforo en algunos eventos e incluso en las reuniones sociales o familiares, que ha impedido conmemorar acontecimientos, han puesto la zancadilla a un sector que depende de ello. En Almería, uno de los comercios con nombre propio es Villa Pollitos, en la calle Zagal, próximo a la Plaza de Toros de la capital. Este negocio cuenta con más de un siglo de historia, pero este año ve como la crisis sanitaria y lo que la rodea ha desplomado sus ventas en un 99,99%, como dice su propietario, Pepe Soriano. Él cogió las riendas del negocio de manos de su tío Ireneo García Belmonte, ya que sus primos, herederos lógicos de la tienda, decidieron que fuera él el que siguiera con la misma pues desde pequeñito había estado ligado al establecimiento, es más, el pollito, enseña del comercio, lo dibujó el propio Pepe cuando tenía sólo 6 años.

Pepe Soriano y Consuelo Cortés siguen atendiendo en Villa Pollitos con cita previa

Como la propia vida, durante estos cien años muchas cosas han cambiado. Soriano recuerda cómo antes, incluso cuando estaban prohibidos, la gente celebraba los carnavales en reuniones privadas. En estos últimos tiempos vendía más durante todo el año, con motivo de cumpleaños tematizados u otras fiestas, que en las celebraciones tradicionales. Ahora con la crisis sanitaria, ni una ni otra, ya que como el propio virus la economía es una cadena, así otros sectores para los que también trabaja como el hotelero, para cuyos establecimientos clientes también dispensa vestuario para las animaciones y demás, están cerrados. No así el Oasys Minihollywood cuyas bailarinas del can-can visten atuendos hechos a mano por este negocio.

Villa Pollitos en la calle Zagal, entre la calle Granada y la Plaza de Toros. Pepe Soriano dibujó con seis años el pollito que la ilustra / Javier Alonso

Para Halloween, concretamente, Villa Pollitos ha dado salida al stock que tenía y es que, como para cualquier otro tipo de comercio, la incertidumbre planea a la hora de nuevas adquisiciones. Actualmente, el establecimiento abre bajo cita previa con el fin de minimizar riesgos, pero a la vez atender los pedidos de compra de sus clientes, quienes muchos guardan muy buen recuerdo por la forma de atenderlos y los productos de calidad y variados que dispensa. Respecto a lo primero, Pepe Soriano es fiel a su filosofía, “se qué por vender diez euros de cohetes no me voy a hacer rico”. Esta frase viene a colación de una historia que le pasó; hace años fue un abuelo con su nieto a comprar unos petardos específicos, Pepe, a pesar de que los que le ofrecía costaban menos, optó por aconsejar que los que solicitaba no eran propicios para la edad del menor, y así lo acató el cliente. Años después se cruzaron en el camino y éste agradeció aquel gesto al propietario de Villa Pollitos porque conocía de quien se hizo con aquellos provocándole un accidente. En cuanto a lo segundo, en el establecimiento se pueden encontrar disfraces y todo lo que conllevan, pirotecnia y otros artículos como los destinados a la decoración navideña, por lo que las próximas fechas pueden suponer una buena oportunidad para que el ciudadano se acerque a comercios tradicionales para adquirir bonitas piezas para completar, por ejemplo, su Belén y sentir la Navidad más alegre y familiar en casa, una que tiña de colores vivos el interior y haga contraste con la ‘oscuridad’ del exterior.

Máscaras en Publifiestas Conde en el Polígono La Celulosa / Rafael González

Para hablar de este sector en Almería es obligatorio también hacer una parada en Publifiestas Conde. Igualmente se ha visto afectado por la irrupción de la COVID-19, si bien es un modelo de negocio diferente al anterior que, además, ha diversificado su actividad con otras iniciativas como la rotulación de vehículos, la venta de pantallas de metacrilato para la protección frente al coronavirus, comercialización de mascarillas personalizadas, vinilos para empresas o bordados. A pesar de ello, la firma se ha visto abocada, como gran parte de las empresas en general, a recurrir al expediente de regulación de empleo para parte de su plantilla. El estado de alarma llegó en un momento en aumentaba el número de fiestas locales, se preparaban para Benahadux, Pechina..., por lo que las más del centenar de carrozas que oferta la empresa tuvieron que quedar amarradas. Joaquín Conde opta por ver lo positivo y es que, en este sentido y debido a las circunstancias, los ayuntamientos han decidido mantener el acuerdo para el próximo año, aún así esto supone un recorte importante de los beneficios de este ejercicio, que está aprovechado para el mantenimiento. De cara a la Navidad, aún mantiene vigentes acuerdos con administraciones municipales para lucir carrozas que acompañen a los Reyes Magos; a pesar de ello, todo es una incertidumbre a expensas de las decisiones que se vayan adoptando por parte de la Junta de Andalucía de acuerdo a la evolución de la pandemia.

Publifiestas Conde diversifica su negocio con rotulaciones, vinilos, bordados, entre otros

Para fiestas privadas y demás, a causa de las medidas sanitarias, la comercialización de artículos se ha reducido en torno a la mitad; si bien han ido teniendo salida productos para detalles de comuniones o cumpleaños, no ha ocurrido lo mismo para las bodas, que en su mayoría se han aplazado. En cuanto a disfraces, concretamente, básicamente las ventas en estas fechas han ido destinadas a los pequeños que han ido vestidos con trajes típicos de Halloween a los colegios o guarderías.

Por otro lado, Publifiestas Conde también ha decidido dar una vuelta de tuerca a la adquisición de disfraces para su comercialización, así si antes eran importados, ahora la firma también apuesta decididamente por el disfraz nacional, fabricado por la misma empresa almeriense, en Zaragoza o Alicante, tal y como apunta Conde.

Sin duda el 2020 está siendo un año terrorífico desde el punto de vista sanitario, pero también desde la perspectiva económica.

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