Terror en el hipermercado: insulta a clientes, enseña los genitales y agrede a los guardias civiles en Roquetas

Durante el trayecto al puesto principal prosiguió con los improperios y escupió al conductor para distraerlo

En los calabozos intentó morder y causó lesiones y hematomas a uno de los agentes que lo inmovilizaba

Sale de prisión y en 26 días comete dos robos, agrede a guardias civiles y vuelve a la cárcel

Agentes de la Guardia Civil durante una detención
Agentes de la Guardia Civil durante una detención

Los clientes y trabajadores de un supermercado situado a media altura de la avenida Juan Carlos I de Roquetas no daban crédito de lo que estaba sucediendo. Sobre las ocho menos cuarto de la tarde del miércoles, el vigilante de seguridad alertaba al puesto principal de la Guardia Civil de la localidad de la presencia de un joven de origen subsahariano, que responde a las iniciales de E.H.M.G., que estaba insultado e incluso agrediendo físicamente -con manotazos- a las personas a las que pedía dinero cuando trataban de acceder y salir por la puerta del establecimiento. Ante la conducta violenta del agresor, el vigilante se vio obligado a retenerlo en la vía pública a la espera de que llegara la dotación policial que había requerido minutos antes. 

Una vez personada la patrulla en el supermercado, los agentes comprobaron que el joven no estaba dispuesto a colaborar facilitando datos erróneos durante la identificación y sin ningún tipo de respeto a la fuerza actuante. A la hora de registrar la mochila negra que llevaba sobre su espalda por si portaba algún objeto cortante o contundente que pudiera poner en peligro a los guardias civiles y transeúntes, esta persona mostró una actitud de nerviosismo creciente, por lo que se pidió en sucesivas ocasiones que se tranquilizara y depusiera su talante poco amigable. Y cuando se procedió a un cacheo superficial en los bolsillos, este inmigrante se bajó los pantalones y calzoncillos y exhibió sus genitales a todos los presentes dando voces y realizando aspavientos.

Los agentes trataron de reponerle la ropa y sufrieron empujones e insultos, por lo que se vieron obligados a reducirlo con la fuerza mínima indispensable para su inmovilización, procediendo a su detención y traslado a las dependencias policiales en la que completar su identificación. Durante el trayecto en vehículo oficial sin mampara, el detenido les escupió y prosiguió con los improperios hacia los guardias civiles tratando de distraer al conductor y teniendo que ser nuevamente inmovilizado por el otro copiloto. Una vez personados en el puesto de Roquetas, el registro de huellas SAID permitió conocer que ya había sido reseñado por Policía Nacional en Canarias, siendo uno de los inmigrantes trasladados desde el archipiélago a Almería. En las dependencias volvió a bajarse los pantalones y no cesó en su actitud violenta, llegando incluso a autolesionarse dándose cabezazos con el mobiliario de las oficinas y posteriormente en los calabozos. 

Fue detenido por un delito de desobediencia y resistencia a los agentes de la autoridad, pero ahí no quedó el asunto. Una vez arrestado, siguió con los golpes a las puertas metálicas y se autolesionó en la cabeza, teniendo que activarse el protocolo del 061 para que una unidad móvil mecanizada valorara su estado de salud. Un facultativo médico decidió administrarle un relajante muscular al ver que seguía con una agresividad desproporcionada y en el momento de la inyección un agente sufrió un golpe violento durante el forcejeo que le causó lesiones en el codo derecho, erosión en el brazo izquierdo y hematomas. Trató incluso de morder a los agentes a los que escupió sangre de una herida que se había producido. Las diligencias y el detenido ya han sido puestos a disposición judicial en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Roquetas. Un capítulo más de la violencia que sufren a diario los agentes de un puesto cada vez más complicado. 

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