La taberna Casa Puga cumple 148 años de historia gastronómica
Se inauguró en 1870 y, actualmente, es el bar más antiguo de la provincia de Almería
Sus paredes, compuestas por objetos vetustos, son como un museo interno que engloba más de tres siglos de historia
Sea primavera, verano, otoño o invierno siempre hay cabida para disfrutar de la historia gastronómica almeriense a través de la degustación de los productos que caracterizan a la provincia. Son las 14:23 horas y el termómetro cercano a la calle Jovellanos marca 28º C. Huele a hora de tapear. Una mezcla entre boquerones en adobo y las gambas con gabardina inunda el olfato de viandantes que deciden pararse y entrar a Casa Puga.
Más de 140 años de historia envuelven esta taberna situada en pleno centro inaugurada en 1870. Es el bar más antiguo y uno de los más característicos y populares ya no sólo de Andalucía, sino también de España. Casa Puga comenzó en sus orígenes siendo una posada. En la parte de abajo se guardaban las bestias y en la de arriba se encontraban las habitaciones donde la gente dormía y pasaba las noches.
Con el paso de los años fue evolucionando. La taberna se transformó, a partir de 1890, en una bodega y domicilio de la familia Puga. "Según me cuentan llegaron a vivir tres ramas del clan Puga . No había mucho espacio, cada familia vivía prácticamente en una habitación", referencia José Ángel Pastor López, responsable de la gestión del bar.
Pastor continúa detallando que "los Puga vinieron hasta aquí desde Albuñol. De hecho, una de las señas de identidad del bar es el vino procedente de allí. Lo trajeron ellos y empezaron a servirlo en su tasca y/o bodega".
El fundador de la taberna fue Juan Puga Antequera. El primer día de venta obtiene de beneficio 12 pesetas (moneda entonces en uso). Desde sus inicios hasta ahora se ha conservado y respetado todo tal y como estaba al principio. "El bar está tal y como se hizo al principio. Siempre se ha intentado conservar el sabor de la taberna tal y como es para la gente de Almería. Pretendemos que no se sientan extrañados y que no se pierda la seña de identidad", expone Pastor.
Bajo el lema "lo mejor de Casa Puga son sus clientes", desde el establecimiento muestran un especial orgullo por tener una "muy buena" clientela fija. Afirman que "la mayoría de ellos son amigos, hijos y nietos del padre de Leonardo y de José. Y se da frecuentemente la circunstancia de hallarse hijos y nietos, amigos, a la vez compartiendo las excelencias de su buena cocina apostados en la barra del bar y disfrutando de una amena charla".
Champiñones, huevo a la plancha, gambas rojas, aguja, ensaladilla rusa o carne con tomate hacen que cada día acudan a la taberna personas de diferentes edades. "Los platos estrella son, sin duda, gambas a la gabardina y boquerones en adobo", dice el gerente. Pastor hace especial hincapié en que "todo está basado en el producto y en una elaboración sencilla. Es imprescindible conservar ambas cosas para mantener la calidad culinaria".
El futuro no está tan lejano como quizás parece y este bar tiene una proyección muy clara: seguir la misma línea que se ha llevado siempre. "Seguiremos manteniendo los mismos productos, proveedores y decoración", dice Pastor.La esencia de esta taberna está en su origen. "A corto o medio plazo veo a Casa Puga como está siendo hasta ahora pero con una clientela joven también muy consolidada", concluye,
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