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Los sanitarios del Centro de Salud de Garrucha y de Mojácar, así como los del Hospital La Inmaculada de Huércal-Overa (Área Sanitaria Norte a la que pertenece este centro de salud) se han concentrado en la puerta de sus respectivos centros de trabajo como muestra de apoyo a un compañero que el pasado miércoles fue agredido mientras ejercía su profesión en el centro de salud de Garrucha. Las concentraciones también han sido de repulsa, por semejantes actos que señalan “son cada día más habituales y van en aumento”, y también reivindicativas, para exigir a la administración que de una vez por todas tome medidas contundentes y eficaces como por ejemplo que haya un vigilante durante el turno de mañana y tarde en cada uno de los centros sanitarios de la provincia, como los hay en la vecina región de Murcia. Así lo ha avanzado a Diario de AlmeríaR. F. C., la víctima de este caso violento, quien asegura que en sus 30 años de trayectoria profesional ha sido testigo y víctima muchas veces de agresiones pero siempre han sido verbales, es decir amenazas e insultos. Pero en esta ocasión “la violencia llegó hasta el punto de que me propinó dos empujones y puñetazos de los que fueron testigos dos pediatras y los padres de un niño al que estaba vacunando dentro de la consulta cuando el agresor irrumpió gritando y amenazando”, como ha explicado a este periódico tras presentar la preceptiva denuncia ante el Puerto Principal de la Guardia Civil.
Aún nervioso por la situación que vivió, ha explicado que cuando ocurrieron los hechos “estaba vacunando a un niño en la consulta, con su padre dentro también, cuando muy agresivo el individuo entró y se me puso encima de la mesa gritándome si yo era el médico. Le dije que era enfermero y entonces me dijo que ya me pillaría, al tiempo que me invitaba a salir a la calle para pegarme”. Salimos de la consulta y me propinó dos fuertes golpes en el pecho con la intención de tirarme al suelo, y después fue a pegarme un puñetazo que esquivé gracias a la acción de una compañera Pediatra que al escuchar las voces salió de la consulta.
El motivo de la agresión, según R. F. C., fue que la mujer había acudido horas antes al centro sanitario para que vieran a su hijo. Al llegar al mostrador para coger número, el administrativo le indicó que este no era su centro de salud, que debía dirigirse a Vera, que es al que pertenecen. Ella dijo que su hijo se estaba asfixiando y tras comprobar las constantes vitales del menor el enfermero (la víctima de la agresión) éste comprobó que la saturación era del 98% y que no había riesgo, por lo que le volvió a recomendar acudir a su pediatra de Vera. A la mujer no le gustó la respuesta y casi dos horas más tarde acudió con su marido para reclamarles que no los habían querido atender.
El administrativo también fue amenazado por el individuo que ha sido denunciado.
El Sindicato de Enfermería, SATSE, en Andalucía ha alertado del incremento de los casos de agresiones al personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS) durante el año 2023, en el que se registraron 1.564 ataques de carácter físico y verbal, casi un 11% más que en 2022, por lo que aboga por seguir implementando medidas para prevenir, proteger y combatir la violencia hacia los trabajadores de la Sanidad. El Sindicato de Enfermería detalla que en el último año en la provincia de Almería se han registrado un total de 92 agresiones, de las cuales 16 han sido físicas y 76 no físicas, es decir verbales.
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