Los submarinos “Isaac Peral” y Almería

Almería/La Armada, antes llamada Armada Española, recibió hace unos días de la empresa “Navantia” el modernísimo submarino “Isaac Peral”. Le han bautizado como S-81, aunque su nombre completo vuelve a rendir honores al inventor del ingenio marino. Digo vuelve porque no es el primer sumergible militar que se llama “Isaac Peral”; de hecho y excepto el prototipo del inventor, hasta cuatro navíos se han denominado así desde 1916. Y, en ocasiones, han atracado en el Puerto de Almería.

Cuando los muelles almerienses eran una prolongación de la ciudad, la presencia de buques de guerra suponía un novedoso espectáculo visual para las tardes de tedio y un entretenimiento para quienes solían pasear aburríos por el puerto. Y si, alguna vez, venía un submarino, la fiesta era doble. Contemplar aquellos monstruos que navegaban bajo el agua inyectaba en la mente de la chiquillería una buena dosis de fantasía y creatividad difícil de olvidar.

EL ISAAC PERAL DE HACE UN SIGLO

Existe constancia de que el primer submarino de la Armada llamado así estuvo en servicio entre julio de 1916 y mayo de 1932. Atracó por primera vez en Almería a las nueve de la noche del 15 de junio de 1920; procedía de Alicante y venía bajo el mando del capitán de fragata Manuel García Díaz. Miles de almerienses se acercaron al muelle para ver al sumergible, fondeado junto a otros tres pequeños submarinos, así como al contratorpedero “Audaz”.

La segunda vez que ese “Isaac Peral” recaló en Almería fue a las 9,30 de la mañana del domingo 23 de octubre de 1921, al mando del teniente de navío Casimiro Carre Chicarro (1888-1936). Lo hizo acompañado de una escuadrilla formada por los submarinos “Narciso Monturiol A-1”, “Cosme García A-2” y el “A-3” además de cuatro barcos torpederos y el buque dique-nodriza “Kanguro”, de 3.500 toneladas. Solo estuvieron tres días y su interior fue visitado por miles de curiosos almerienses, en las horas estipuladas. El “Isaac Peral” medía 60,1 metros de eslora, sumergido desplazaba 800 toneladas y la tripulación la componían 24 hombres. Durante ese año, navegó por el Mar de Alborán durante la Guerra del Rif y participó en la evacuación de civiles en el peñón de Vélez de la Gomera.

UN ISAAC PERAL EN LA GUERRA CIVIL

El “nuevo” “Isaac Peral” de la Armada, construido en Cartagena y operativo desde 1928, tuvo una importante vinculación con Almería. Entre el 14 y el 16 de septiembre de 1938, durante la Guerra Civil, el sumergible salió a la mar desde Barcelona para efectuar un crucero de adiestramiento cerca del Cabo de Gata. Al mando figuraba el comandante ruso apellidado Graiev, alias “Camilo Montes”. En una de las inmersiones frente a Almería, al “Isaac Peral” se le inundó la cámara de mando, por lo que tuvo que entrar de arribada en nuestro puerto y desde aquí dirigirse a Cartagena para efectuar reparaciones.

Este batiscafo era identificado con el C-1 de la Armada; varios días después de zarpar desde Almería fue bombardeado por la aviación enemiga y hundido. Aunque pudo ser reflotado, ya solo podía navegar en superficie y desde 1941, con el nuevo régimen, sirvió de prácticas para los futuros marineros. En 1950 le dieron de baja y un año después fue blanco en unos ejercicios navales. Hoy reposa en el fondo de la costa gallega.

REGALO DE EE.UU.

El tercer submarino de la Armada llamado “Isaac Peral” fue un regalo de Estados Unidos. Desde 1944 a 1971 navegó bajo pabellón norteamericano, participando de forma activa en la II Guerra Mundial, hundiendo dos mercantes japoneses en el Pacífico. Era de la clase “Balao” y se llamaba “USS Ronquil” y cuando los yanquis consideraron que estaba obsoleto se lo cedieron a la Armada, que lo bautizó como “S-32”. Era el 1 de octubre de 1972. Su primera dotación española viajó hasta la base naval de “Point Loma”, en California, para traerlo hasta Cartagena. Algunos de los hombres que fueron a por él han recordado, medio siglo después, en redes sociales, que estuvieron en tierras americanas durante seis meses y que antes de llegar a Cartagena tocaron puertos de Panamá, Puerto Rico y Azores.

Aquella chatarra sumergible y autopropulsada navegó 13 años más –hasta el 2 de junio de 1984- y en sus largas inmersiones por el Mediterráneo tocó dos veces el puerto de Almería. El “Isaac Peral” S-32 entró por la bocana del puerto de Almería a las ocho de la mañana del 9 de marzo de 1974, al mando del capitán de corbeta Gerardo Fraile Carlos-Roca. Venía de efectuar unos ejercicios de adiestramiento en el Mar de Alborán y quedó atracado en el Muelle de Rivera, junto a la Escalinata Real.

La dotación –de 82 hombres- pudo pasearse por la ciudad y tomarse algunas tapas mientras una larga cola de almerienses esperaba turno para visitar el interior, ya que se habilitó un turno de tres horas de la tarde del sábado y otras tres de las del domingo como jornada de puertas abiertas. Quien subió a bordo directamente fue el gobernador civil Joaquín Gías Jové (1925), que, según cuentan, quedó impresionado por el interior del navío, pese a que ya tenía 30 años de antigüedad. A las doce de la noche del domingo, 10 de marzo de 1974, zarpó hacia su destino.

Nueve años después volvió. Coincidiendo con la feria de agosto de 1983, a las nueve de la mañana del viernes 19, atracó en el muelle de Levante al mando del capitán de corbeta Moreno San Martín. Venía para que sus hombres descansaran y, al mismo tiempo, quizá, para que los almerienses se despidieran de él porque meses después, el 2 de junio de 1984, causó baja en la Armada. Significar que entre los 74 miembros de la tripulación había tres marineros nacidos en Roquetas de Mar. Los destinos dentro del sumergible recibían preciosos nombres vinculados a la mar: “timonel de buceo de proa”, “serviola de estribor”, “pañolero”, “sargento en torpedos”, “timonel en superficie”, “estacha del spring en atraque” …

Desde el pasado 30 de noviembre, la Armada cuenta con un sofisticado “Isaac Peral” que cualquier día aparecerá por la bocana del puerto. Será el cuarto submarino, con el mismo nombre, que nos honre con su espectacular visita. Habrá que ir a verlo.