El simbólico Sol de Levante Catedralicio sí es de Villalán (I)
HISTORIA DE ALMERÍA
POLÉMICA. El escritor refuta los arguentos esgrimidos por el catedrático José Luis Ruz acerca de la procedencia del símbolo absidial de la capilla del Santo Cristo de la escucha
ALMERIA/SÍ , lo mantuve y mantengo con rotundidad. El Sol antropomorfo del levante catedralicio, convertido en símbolo y logo de Almería fue mandado efectuar por el Obispo Fray Diego Fernández de Villalán.
Es verdad que D. José Ruz Márquez en su artículo publicado en El Diario de Almería de 1 de Diciembre de 2019, bajo el título “NI SOL DE PORTOCARRERO… NI DE VILLALÁN”. lo niega con contundencia; posición ésta legítima; pero lo que no es tan legítimo es valerse, al mostrar su disidencia, de palabras y frases contra sus discrepantes tan agresivas y ofensivas que bordean el Código Penal. No refiere nombres propios, pero detalla e identifica las personas objeto de su ataque a través de una precisión de hechos; en concreto selecciona dos: Los que han defendido o expresado de una u otra forma su adhesión a la teoría de la paternidad del Sol levantino catedralicio al Obispo Portocarrero; y también mancilla a los que hemos defendido la autoría de Villalán. Y los epítetos que propina son estos: “descubridores de la pólvora”; “que el año que viene volverán con la misma matraca peregrina de que el sol de la catedral es de Villalán o es de Portocarrero”.
Aparte el despreciativo “lumbreras”, “cuentistas históricos” y “especialistas en suplir la ignorancia con la falsedad”, “historiante y sus seguidores”, ”falsarios”, “añadidores de leña por supuesto de alcornoque” y otras lindezas semejantes que “mete en el mismo saco”. Dije bordean el articulo 208 del Codigo punitivo por cuanto que pueden menoscabar la fama de las personas o atentan contra su propia estimación; y, muy en concreto, a los que mantienen ser el Sol de Portocarrero y a los que venimos manteniendo PÚBLICAMENTE que es el Sol de Villalán. Pero no tema, soy hombre pacífico y enemigo de pleitos personales. En mis 50 años de ejercer la abogacía y, pese a ser el debate la esencia de la profesión, JAMÁS he insultado a un compañero adversario procesal ni tampoco he sido denostado por nadie. Y a mis 91 años no quiero romper mi estilo. No responderé con frases desconsideradas, a las suyas, que lo son, y me basta argumentar mi tesis “SÍ Villalán” que, lógicamente, contradice la tesis suya, “NO Villalán”.
Posiciones de las partes en este debate
Lo he dicho incidentalmente. Como el Sr. Ruz y yo (con otros) rechazamos la autoría de Portocarrero, quedan nuestras dos tesis reducidas y nítidamente planteadas: “SÍ Villalán” (el suscribiente, Emilio Esteban); y NO VILLLALÁN (José Luís Márquez).
Dos Únicos ARGUMENTOS del Sr Ruz Márquez.
I.-“Si Villalán hubiera querido dejar su huella en el exterior de la Capilla, habría dispuesto poner allí, no un sol, sino un escudo, tal como hizo en su sepulcro, en el colindante, y en todas las partes notables de la catedral”
II.- Porque el bellísimo astro que tan felizmente reina en la fachada oriental no es de ningún obispo; es hijo de la sensibilidad del artista que lo ejecutó-parece que Juan de Orea- y del CABILDO eclesiástico que lo encargo a mediados del siglo XVI y se debe solamente a su ubicación en la que recibía en su cara oronda los rayos solares”.
Refutación
Al argumento señalado bajo el apartado I)
Admitiendo la afirmación de Ruz de que Villalán tenía su escudo en todas las partes notables de la catedral, lo lógico es que el último testero a ocupar en el ábside de la capilla del Cristo de la Escucha lo hiciera de forma y contenido diferentes para no quedar ante eclesiásticos y civiles como un ególatra obseso o paranoico. Además la catedral, como fortaleza presentaba muy pocos elementos ornamentales y era una oportunidad para darle un poco más de prestancia artística exterior (a salvo la fachada principal y de los Perdones). Y, también, si la capilla de la Piedad había de disponer de escudo de Villalán, la inmediata, casi sin solución de continuidad, no iba a utilizarla con la misma figura reiterativa del escudo obispal, hubiera sido redundante y antiestético (no acordes con la cultura artístico-religiosa y teológica de Villalán.
2.- Por otro lado, quizás no es ajeno el Sr.Ruz en este debate a su condición de especialista en heráldica y escudos nobiliarios, de modo que rechace, aun inconscientemente, poder atribuir a un determinado símbolo o imagen el nombre de un personaje histórico si estos no forman parte de su escudo de armas. Pero lo cierto es que la vida y obra de una persona históricamente no se agota en lo representado en su escudo nobiliario y grandes obras se ha ejecutado incluyendo símbolos que ninguna relación tienen con la heráldica de sus promotores. Hay vida más allá de los escudos de armasen.
Pero hay, demás unos importantes y definitivos matices religiosos:
Razones religiosas por las que Villalán instaló el sol radiante
Aunque sea muy sintéticamente, debemos entrar para ello en materia teológica, cristológica, eclesiológica y de exégesis bíblica. El Sol grade de levante indica, obviamente, la orientación a levante de la cabecera del templo. ¿Por qué? Porque quiso Villalán, al diseñar y construir la catedral cumplir la Didascalia, primer documento cristiano después de los Evangelios (no la genérica de enseñanza griega, sino la específica “Apostolum”) que ordenaba construir la cabecera de los templos dirigida hacia levante. Y, cumpliendo ese mandato, procuró Villalán con gran celo que el eje teórico que va desde el altar de la Capilla Motor atravesando la girola, desembocara como habitáculo final en la capilla del Santo Cristo de la Escucha, su capilla preferida a la que dedicó trabajos especiales para su pronta terminación, en la que quiso decir la primera misa, como fue realidad, antes de su fallecimiento, dejando, además constancia de ser ella su capilla funeraria, como lo fue; y quiso rematar el propio espacio en el exterior del muro con el Sol radiante que es símbolo de Cristo. Así venía representado desde los primeros cristianos que convivían en la etapa de paganismo.
El Sol era Cristo y con sus rayos, Jesús Resucitado, triunfante sobre la muerte y el mal, Y, como dicen sus biógrafos, Villalán dio rienda suelta a su devoción al Salvador no solo en la advocación de Jesús Resucitado, triunfante, como acabamos de expresar, sino también de Jesús sacramentado, que quedó para los hombres hasta el final de los tiempos por el misterio de la transustanciación, en la Sagrada Forma, una veces en el Sagrario como comida de salvación para sus seguidores, y otras en la Custodia, para ser adorado y alabado. La forma de la Custodia ovalada y en su centro circular, con los rayos es la viva imagen del SOL. Y la simbología de las Escrituras coincide. Así en el texto veterotestamentario de Malaquías 3,20 se dice “se alzará un Sol victorioso que trae la salvación entre sus rayos". Igualmente Lucas 2,32. Así lo confirman los eclesiásticos historiadores ligados a la catedral, D. Miguel Sánchez Martínez y D. Juan López Martín, insistiendo ambos en la intención religiosa de Villalán, instalando el Sol en su capilla y su mausoleo.
Segundo argumento “no Villalán” ...de Ruz
Lo transcribimos antes y, por no reiterar, transcribimos su texto esencial:
II.- “… El Sol no es de ningún Obispo, es hijo de la sensibilidad del artista que lo ejecutó –parece que Juan de Orea- y el Cabildo eclesiástico que lo encargó a mediados del siglo XVI.
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