El silencio, el peor enemigo del suicidio
La incidencia de esta problemática social y de salud pública aumenta y pone en alerta a los profesionales que inciden en romper con tabúes y mitos para avanzar en la prevención
Tres casos de intento de suicidio llegan a diario a las urgencias de Torrecárdenas
Tres casos de intento de suicidio llegan a diario a las urgencias del Hospital Universitario Torrecárdenas. Diez personas fallecen cada día a causa del suicidio en España y se estima que por cada deceso hay 10 personas que lo intentan. Es la tercera causa de muerte en jóvenes de entre 20 y 24 años después del cáncer y los accidentes de tráfico. La situación generada por la pandemia incrementará el riesgo, tal y como alertan los expertos, sobre una realidad a la que hay que hacer frente con el fin de salvar vidas.
Romper el silencio y acabar con los tabúes y mitos que giran en torno al suicidio es una de las claves para poder avanzar en la prevención de una problemática social y de salud pública “que se puede evitar”, tal y como ha asegurado Fernando Collado, psiquiatra de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Universitario Torrecardenas y responsable del Programa de Suicidio.
“El que se quiere matar no quiere morir. El suicida no quiere morir, lo que quiere es vivir de otra manera. Pero no contempla otras alternativas. Está tan angustiado y con una idea que probablemente ya ha ido rumiando durante mucho tiempo, que ha reducido o anulado cualquier otra alternativa, con lo cual parece que la muerte es la única salida, pero el objetivo real no es morir, sino vivir de otra manera. Buscar una salida a la situación en la que está viviendo”.
Bajo estas premisas, el especialista ha incidido en que el suicidio es una realidad muy preeminente, y sin embargo todavía nos sigue costando mucho trabajo hablar de ello”. El tabú que entraña esta cuestión en la sociedad, y en las distintas administraciones dificulta que se normalice.” Hay que visualizar que tenemos un problema sobre la mesa, que entre todos tenemos que intentar atajar”.
Hablar de ello y exteriorizarlo, abre la puerta a la ayuda y a la prevención, pero sin embargo siguen siendo herramientas que cuesta sacar. “Por una cuestión de simple estadística todos tenemos un familiar o alguien cercano o conocido que ha tenido un intento o bien un intento consumado. Una objetividad que se sigue viviendo con vergüenza, como que es algo que tenemos que ocultar”, ha apuntado el psiquiatra.
En esto influyen de manera muy notoria los mitos que existen en relación al suicidio y que además “hacen mucho daño”. “Todos hemos escuchado muchas veces, ‘el que se va a matar no lo dice’, cuando esto es un criterio que científicamente hemos comprobado que es justamente lo contrario. La mayoría de personas que tienen ideas autolíticas en la cabeza de alguna manera lo comunican a su gente cercana, a sus familiares, amigos compañeros de trabajo. Con lo cual si somos capaces de trascender el miedo que nos da la muerte, manejarnos con la muerte, y escuchamos la petición de ayuda en la forma en la que sea de alguien pues podemos estar tendiendo la mano y puede ser la diferencia entre salvar una vida o no”.
El miedo a hablar de ello por temor al efecto contrario entra dentro de los falsos mitos. “Lo estoy viendo raro pero no me atrevo a decirle nada por si le doy ideas. Y eso es justamente lo contrario. Es muy importante y está demostrado que hablar de la ideas de muerte que tiene alguien, sin necesidad de ser un técnico, es positivo. Luego vendremos los especialistas y ayudaremos a abordarlo”.
El responsable del Programa de Suicidio ha incidido en que “preguntar con empatía a alguien si ha pensado en hacerse daño no solo no desencadena un intento de suicidio sino todo lo contrario, es absolutamente preventivo”. El mero hecho de hablar de un problema que tenemos en la cabeza, de contarlo, ya nos obliga a hacer un ejercicio de reestructuración”.
En cuanto a los perfiles de conducta suicida se pueden dividir por un lado en personas que acumulan factores de riesgo: problemas económicos, de pareja, laborales y enfermedades incurables, y personas con diagnóstico de depresión, que en un 80% está detrás de los intentos autolíticos. En ambos grupos influye mucho el consumo de tóxicos (alcohol y cocaína), que disparan las posibilidades de que alguien finalmente ejecute una ideación autolítica.
Familia y allegados: un eslabón esencial en la prevención
El suicidio se puede evitar. Partiendo de esta base, la familia y las personas allegadas son un eslabón esencial en la prevención. Las señales de alarma deben de poner en marcha el procedimiento para salvar vidas.
El psiquiatra de la Unidad de Salud Mental del Hospital Torrecárdenas ha insistido en que “cualquiera de manera empática y honesta puede acercarse y puede evitar una muerte preguntando si la persona que tiene al lado y que está sufriendo tiene ideas de suicidio. A partir de ahí podemos detectar muchos casos. Los profesionales atendemos lo que nos llega, pero nos tiene que llegar. Y la única manera es que tengamos todos esa sensibilidad propicia”.
Las administraciones se implican en la provincia
Detectar el riesgo, prevenir, sensibilizar e intervenir. La implicación de las distintas administraciones en todo lo que gira en torno al suicidio es esencial. En Almería, tanto la Diputación como en Ayuntamiento de la capital ha tomado parte en el asunto.
La Institución provincial y el Consejo Pro Salud Mental trabajan, bajo el paraguas del proyecto Almería Sana, en una campaña de prevención y sensibilización a través de la que se dotará a toda la provincia de medidas que apoyen a las personas con riesgo suicida. Asimismo, existe el compromiso de favorecer la inclusión social a través de programas como ‘Inclúyete’ y conseguir que la provincia de Almería sea más saludable mediante mejoras medioambientales que incidan en una reducción de ruido para favorecer el bienestar y la salud mental de los almerienses.
El Consistorio almeriense trabaja en la señalización y vallado de ‘puntos calientes’ en la ciudad, con el fin de impedir el acceso a estos lugares. Programas específicos para la prevención del suicidio o la mejora de la habitabilidad de la ciudad, prestando especial atención al control de ruidos, así como la participación en actividades que promueva la integración, así como la formación de profesionales como Policía Local, Bomberos y servicios sociales son acciones que se llevan a cabo desde la Administración Local.
Recientemente el Servicio Andaluz de Salud (SAS), ha anunciado un plan específico para abordar el suicidio alertado por la situación que ha generado la pandemia en la salud mental de la población andaluza. Así, junto a esta herramienta, el SAS ha detallado que como medida de choque va a proceder al refuerzo de las plantillas. También desde el SAS se ha apostado por la concienciación y formación de los profesionales.
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