Los ecologistas siguen la lucha para defender la conservación de las salinas de Cabo de Gata
Almería
La empresa se compromete a reparar la tubería que suministra el agua en agosto
Manuel Pérez Sola no está satisfecho. El anuncio de las obras que solucionen el problema de las salinas de Cabo de Gata no es suficiente para él. “Cuando hicimos la convocatoria no lo sabíamos, pero vamos a mantener el calendario de movilizaciones”, asegura el presidente de SOS Cabo de Gata.
El representante de la asociación duda de un final cercano. “Han dado pruebas de que no tienen interés en solucionar los problemas”, reprocha a las autoridades. “El problema se conoce desde finales de mayo, necesitamos una solución definitiva”, asegura. La Unión Salinera anunció el miércoles a la Junta de Andalucía su interés de comenzar las obras para suministrar agua a las salinas el 1 de agosto.
El gobierno andaluz ha agradecido el “compromiso” de la empresa a la hora de darle una respuesta al problema. Los manifestantes no secundan las buenas palabras. Julián Rivera, presidente de la asociación ‘Amigos del parque natural Cabo de Gata-Níjar’ asegura que nunca había visto una situación parecida. La mayor preocupación por la “inacción” es la perdida de biodiversidad en la zona. “Todas las aves no van a venir este año”, asegura.
El medioambiente es la principal preocupación para buscar una solución. “Todas las aves zancúas son un emblema del parque natural”, defiende Rivera. Las acciones judiciales siguen adelante. A la denuncia ante la Fiscalía Provincial de Almería se suma ahora el cauce político que los manifestantes van a seguir.
Junto a la delegación de desarrollo sostenible de la Junta, Julián Rivera ha anunciado una reclamación ante el defensor del pueblo andaluz, Jesús Maetzu. La convocatoria frente a la delegación regional es el primer paso de un intenso fin de semana de movilizaciones. El sábado, la población de Cabo de Gata ha sido convocada a una manifestación en el Torreón de San Miguel. El recorrido, que comenzará a partir de las ocho de la tarde, culminará en La Fabriquilla.
Los manifestantes han decidido no esperar a la reparación del canal que sufre una obstrucción, que empezará en días. “No vamos a parar hasta que esto se solucione. Está todo seco”, asegura Rivera. Pepe Rivera, del grupo ecologista mediterráneo (GEM), asegura que no es la primera vez que sucede. “Hay problemas de funcionamiento que podrían aprovechar para solucionar”, afirma.
Un fallo de mantenimiento es para el GEM el motivo que ha ocasionado la obstrucción del canal. “Esperemos que la situación cambie”, denuncia, dejando claro los retrasos a la hora de arreglar el problema.
Las salinas de Cabo de Gata son las únicas que permanecen en activo en la provincia y su funcionamiento es vital para la llegada de aves migratorias desde otros puntos. Los meses de más llegada de aves son agosto y septiembre. Para el GEM, cada día cuenta. “Esperemos que para finales de agosto todo vuelva a la normalidad”, asegura confiado.
Tomar medidas para que no vuelva a ocurrir lo mismo es la principal petición de los ecologistas, que han solicitado la creación de una comisión de expertos que estudie el funcionamiento de las salinas. Las charcas permanecen secas dos meses después. “Deberían estar llenas de flamencos, pero no hay ninguno. El daño ya está hecho”, recalca Rivera, que confía en una última solución para salvar el año.
La cronología de la desecación
El 7 de junio saltaba la voz de alarma. Un canal que suministra agua a las salinas del Cabo de Gata había sufrido una obstrucción.
A principios del verano, ecologistas y vecinos del Cabo de Gata decidían tomar la calle como escenario de las protestas. Las salinas del Parque Natural se estaban secando.
La primera semana de julio, aún sin una solución, pasaban a la acción, realizando una cadena humana para llevar, a modo de protesta, cubos de agua a la zona de las salinas.
La directora del parque, Lucía Tejero, aseguraba que se estaba trabajando para solucionar el problema “lo antes posible”, aunque dejando caer la responsabilidad privada del problema.
El 11 de julio, un mes y cuatro días después, la Junta de Andalucía encargaba a Unión Salinera un sondeo de emergencia que permitiera bombear el agua del mar a las salinas. La Unión Salinera remitía al gobierno andaluz un plan de actuación “urgente”.
También te puede interesar
Lo último