Robles, cuatro generaciones de alfareros

El martes día 20 de agosto a las 12:00 horas se inaugura una nueva edición de Alfaralmería en la Rambla Federico García Lorca de la capital. Esta es ya la número treinta y dos y a sus 93 años de edad, Francisco Robles, asegura que allí estará para presenciar que lo que un día él empezó modestamente en la Plaza del Educador (en el Paseo de Almería), hoy sigue adelante con una gran afluencia de público y gran participación de alfareros y artesanos llegados de distintos puntos de España, Portugal y Francia. Es la feria de alfarería más importante del país, incluso de Europa, y buena parte del mérito es de este embajador del barro, Robles, que tiene su taller en Barranco Hondo, en la carretera de Viator al Alquián hacia La Cañada, junto al Club Hípico.

En los días previos a la Feria de Almería en honor a la Virgen del Mar, las jornadas en el taller son largas. Confección, horneado, pintura, empaquetar, recuento... Son fechas de mucho trabajo pero el esfuerzo merece la pena, como asegura Jerónimo Robles, hijo del maestro pionero y a día de hoy director de la marca creada por el cabeza de familia.

Don Francisco, como se le conoce en el gremio de artesanos de la provincia, a menudo visita el taller pero sus manos hace ya tiempo que no tocan el barro y el torno. Como ha explicado a este periódico, ya solo supervisa y presencia el trabajo de sus predecesores. Actualmente son cuatro generaciones las que de una forma u otra aúnan esfuerzos en la empresa familiar para que Alfarería Robles siga abierta al público para atender la demanda. El mayor con 93 años de edad y el más pequeño con 11.

“Estoy orgulloso de que uno de mis hijos y mi nieto hayan querido seguir en este mundo tan apasionante y complicado de la artesanía. A mi biznieto, que ha crecido viendo trabajar a su padre y a su abuelo, también se le da bien aunque no creo que en el futuro se vaya a dedicar a esto. Es una profesión dura con la que cada vez cuesta más ganarse la vida”, señala Francisco Robles mientras presencia el trajín del empaquetado de tazas, ceniceros, piezas de utilidad en la cocina, porrones, decoración..., que irán directas al escaparate de Alfaralmería la próxima semana. Y mientras, relata anécdotas de su trayectoria profesional y comercial como cuando le regaló un porrón con el Indalo de Almería al Rey Juan Carlos, cuando estuvo con la Infanta Elena, cuando estuvo Munich o de su presencia en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) de la que tiene entrañables recuerdos que guarda de una forma prodigiosa en su memoria.