Roban en Almería metros y metros de vallas de acero del paseo marítimo y Ribera

Ciudad

El Ayuntamiento, que va a reponerlas, estudia emplear otro material menos ‘goloso’ para la delincuencia metálica

A San Cristóbal le roban su aureola

Tramos enteros de vallado inexistente en la zona de la desembocadura del río Andarax.
Tramos enteros de vallado inexistente en la zona de la desembocadura del río Andarax. / Marian León

Existen sistemas para el marcaje con códigos de propiedad de las piezas de acero mediante pintura solo visible con luz ultravioleta. Es, desde luego, un codiciado metal por el que almacenes y transportistas sufren robos. Y también la ciudad de Almería. Metros y metros de las vallas de protección del paseo marítimo, en el tramo correspondiente a la desembocadura del río Andarax, han desaparecido literalmente. Una situación que se repite en el Paseo de Ribera, camino de la Universidad, donde las señales de sustracción son evidentes.

Apenas quedan barrotes en el recorrido peatonal que discurre desde el área de autocaravanas del último tramo del paseo marítimo hacia la zona de la desaladora y el Paseo de Rivera. Las vallas han volado y, según el Ayuntamiento de Almería, no es la primera vez que esto ocurre.

Los técnicos han contabilizado que, en esta nueva ocasión, en ambas zonas, son unos 350 metros lineales de vallas de acero sustraídas. El ‘golpe’ no ha sido en una sola operación. Según explican, los barrotes han sido robados en actuaciones puntuales y de manera paulatina hasta hacer desaparecer 190 metros de vallas en la zona de la desembocadura y otros 160 en el Paseo de Ribera, donde las ausencias del acero son salteadas, debido, quizá, a que es una zona de mayor visibilidad desde la carretera.

La ausencia de acero en el Paseo de Ribera es más sutil, quizás porque haya una mayor visibilidad desde la carretera.
La ausencia de acero en el Paseo de Ribera es más sutil, quizás porque haya una mayor visibilidad desde la carretera. / Marian León

La intención del Ayuntamiento de Almería es la de reponer cuanto antes sea posible los tramos de vallas sustraídos, haciendo uso del contrato de los servicios de mantenimiento de los que el Consistorio también hace uso ante vallas deterioradas y dobladas o fracturadas por accidentes.

Siendo otro el motivo y habiendo el Ayuntamiento sufrido varios de estos episodios, está en estudio el empleo de otro material menos atractivo para el negocio de la delincuencia metálica, pero no siempre es sencillo.

En eso también posee experiencia el Consistorio almeriense, que ha ido agudizando el ingenio para cortar por lo sano, porque ni lo bendito está a salvo, con los robos del cableado de la iluminación ornamental del Sagrado Corazón de Jesús. Incluso se los oportunistas de la chatarra se llevaron aquella instalación eléctrica que era a prueba de sustracciones. O eso se pretendía. 

Los cables fueron colocados bajo una placa de hormigón y, aún así, ésta fue destrozada, dejando sin luz el Cerro de San Cristóbal durante meses. 

Soluciones similares a esta las ha adoptado el Ayuntamiento capitalino en el pasado con otros elementos, también de servicio de suministro, como las arquetas. El número de sustracciones, años atrás habitual en los titulares de la prensa, fue reducido de forma drástica con la simple soldadura de las mismas, protegiendo el cobre. Aún así, el Consistorio sigue sufriendo el robo de materiales de obra, de tapas de registro y un sinfín de elementos. 

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