Riadas de Almería: El 11 de septiembre de 1891, la peor de la historia (II)
Reportaje histórico
En la Estatua de la Caridad se representa a María, arrastrada por el agua con sus hijo en brazos
Las riadas e inundaciones más espectaculares de la Historia de Almería (I)
Decíamos el pasado domingo que el clima mediterráneo que ¿goza, padece? Almería propicia que llueva muy poco pero torrencialmente, por lo general en otoño. La primera gran inundación de la que hay documentos escritos sucedió en el año 1511. Pasó lo habitual: cae una tromba de agua, se desbordan las ramblas que circunvalan la ciudad y hay cuantiosos destrozos en una Almería que comenzaba a salir del perímetro de la Alcazaba. A tanto llegó la cosa que el propio rey Carlos I ordenó escribir al corregidor para que le informase de los destrozos acaecidos. Debieron ser muchísimos aunque no se conserva la respuesta.
Perto no fue hasta el siglo XVIII cuando se comienzan a anotar datos y documentos de las riadas e inundaciones que, casi anualmente, se producían en la capital y en las comarcas de los ríos Andarax y, sobre todo, Almanzora. Por entonces llovía más que ahora. La primera riada documentada sucedió el 10 de noviembre de 1725, en la capital, causando importantes daños. Tres años después hubo otra en el Alto Almanzora, que afectó a Albox, Cantoria y Overa. El 27 de octubre de 1769 la gota fría descargó sobre ambas cuencas y hubo un número de muertos que no se pudo determinar. Pero bueno, vamos a dar un salto hasta 1891.
El 11 de septiembre de 1891 se produjo la primera gran inundación de Almería de la que existe conocimiento popular por dos motivos: la dramática Estatua de la Caridad, situada al final de la Rambla, antaño de espaldas y ahora mirándola; y la conocida confitería que lleva la fecha por nombre. Hubo una veintena de muertos y sólo tuvo algo bueno: se encauzó la traicionera Rambla con grande bloques de piedra que permanecieron hasta su urbanización un siglo después.
El caso es que la climatología lo vino anunciando. El día 21 de octubre de 1871 hubo una gran riada y murieron 8 mayores y varios niños en la capital. El 14 de octubre de 1879 hubo una gota fría en la comarca del Almanzora que llegó a alcanzar 8 metros de altura, con personas arrastradas por el agua en Huércal Overa, Cuevas y Vera. Peor fue la riada de ambos ríos a la vez, Andarax y Almanzora, que sucedió el 6 de septiembre de 1888 y ocasionó 52 muertes en los pueblos de sus respectivos cauces. Pero la mayor riada acontecida en Almería capital fue la ya citada del 11 de septiembre de 1891que ocasionó 20 víctimas y muchos daños materiales.
Aquello debió ser aterrador. Murieron 16 mayores y 4 niños. La prensa nacional se hizo eco de ello: “Almería está de luto. España entera debe fijar sus ojos en este mísero rincón. A todos les pedimos: ¡caridad, compasión, protección!” La reina María Cristina se encargó de costear el encauzamiento de la Rambla Belén.Se realizó tan sólo tres años (1894-1897). Al final se colocó la primera estatua de la ciudad, fundida en Talleres Oliveros. En ella se ve a una mujer con un niño en sus brazos y otro a sus pies. Se llamaba María pero sólo tenía un hijo; el que sostiene en sus brazos aún no había nacido ya que estaba embarazada. Su marido trabajaba en un cortijo al final de la Rambla. María fue arrastrada por la terrible riada al intentar cruzarla para llevarle la comida. Al cabo de unos días, las olas devolvieron los cuerpos; pero la madre tenía tan fuertemente abrazado al niño que no hubo forma de separarlos y así tuvieron que ser enterrados. La estatua fue costeada por la Comisaría Real y costó 5.296 pts. El proyecto era del arquirecto López Rull y fue fundida por el maestro Antonio Ceballos en Talleres Oliveros.
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