Los cargos renovados de la junta de gobierno del Colegio de la Abogacía de Almería toman posesión
Abogacía
El decano Juan Luis de Aynat censura la “politización de la justicia” y pide alejar el “fantasma” de la falta de imparcialidad
Tras las elecciones celebradas el pasado 22 de diciembre para renovar parte de la junta de gobierno del Colegio de la Abogacía de Almería, entre ellos el cargo de decano, que revalidó Juan Luis de Aynat, estos cargos electos han tomado posesión este viernes en un solemne acto en el que representantes de todos los estamentos de la sociedad civil y castrense han acompañado a los letrados.
Además del decano, han sido renovados los cargos de diputado primero, cuarto, quinto y tesorero, que corresponden, respectivamente, a Esteban García Rivadeneyra; Rafael Docavo, María del Carmen Rojas y María José Blanco. Todos ellos han jurado o prometido el cargo y se les ha impuesto la medalla que los acredita como miembros de la junta de gobierno. A De Aynat le ha sido impuesta por el decano del Colegio de Jerez y presidente del CADECA, Federico Fernández
Además, se ha entregado una metopa a Miriam Cervera, María Dolores Salcedo y Rita María Sánchez, que dejan la junta de gobierno tras haber sido diputadas quinta, cuarta y primera (además de vicedecana), respectivamente. Las mismas a las que el decano ha dedicado unas palabras de agradecimiento.
Por ejemplo, de Cervera ha destacado su “manera silenciosa, como si lo hiciera otra persona” de desarrollar sus cometidos, especialmente en la Comisión de Justicia Gratuita; de Salcedo su “manera más ruidosa” y con “sello personal” de hacer su trabajo “desatendiéndose” en ocasiones a ella misma. Y de Sánchez, su rival en las elecciones, ha dicho que es un “relámpago, tenaz, drástica, entregada, un torbellino y polifacética”.
De Aynat también se ha dirigido a las “autoridades de la administración de justicia” presentes, como el presidente de la Audiencia, Luis Miguel Columna; el juez decano, David Villagrá; o el fiscal jefe, José María López Cervilla, para afirmar que seguirán colaborando. “No hay baile sin tropezón, pero hablamos el mismo idioma con distinto acento”.
A las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, cuyo mayor representante ha sido el coronel jefe de la Guardia Civil, Jorge Montero Llácer, les ha reconocido su alto grado de profesionalidad, modernización, adaptación tecnológica y servicio a la ciudadanía.
Asimismo, ha pedido a las instituciones públicas y a la Universidad seguir trabajando en los “muchos objetivos comunes”, convergiendo con “una mirada puesta en las soluciones”. Y a la sociedad y ciudadanos les ha prometido que los abogados seguirán defendiendo sus asuntos con dedicación, honradez, capacidad técnica y secreto profesional”.
POLITIZACIÓN DE LA JUSTICIA
En un tono más serio, el decano ha aprovechado para lamentar que el concepto de justicia-función se vea “tocado y manipulado” de forma insistente y sistemática por el discurso de partidos y medios de comunicación sobre la politización de la justicia. Ha revelado que siente “estupor” cuando escucha a diario que se habla de órganos con mayoría conservadora o progresista, más aún cuando se identifica al magistrado en cuestión.
Desde el “máximo respeto” a la ideología que pueda tener cada representante de la administración de justicia, De Aynat ha sostenido que “no es bueno”, sino que incluso puede ser “pernicioso” para este concepto de justifica-función” que alguien pueda justificar el resultado de una sentencia por motivos ideológicos. “La cosa no puede ir por esos derroteros”, ha sostenido.
Cree “cómico y decepcionante” que se intente introducir esta variable que cuestiona a los órganos judiciales. “Me repugna este etiquetado, que precisamente no hacen ellos (los jueces), ha dicho. “El ciudadano merece acudir sin temor a que en la función judicial exista uno u otro sesgo político”, ha incidido, a la vez que ha manifestado que tanto justiciables como abogados tiene derecho a un procedimiento “justo, despegado de cualquier tendencia ideológica”.
Advierte que Gobierno y Parlamento son poderes políticos, no así el judicial, y recalca que si los ciudadanos siguen siendo “confundidos, al final resultarán mezcladas churras con merinas”. Por ello, mantiene que es cuestión de cultura jurídica conocer cómo se conforma esta sociedad democrática, y ha instado a los letrados a ejercer pedagogía con los clientes ante este discurso de “políticos, medios, opinadores y flautistas de Hamelin”, y así “apartar ese fantasma”, y que mientras “intentan sugerir a la ciudadanía la falta de imparcialidad” de la justicia, los abogados vayan “contracorriente de esos movimientos.
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