La red se llena de delincuentes en Almería

Informática

Siete de cada cien casos en Andalucía se producen en la provincia

La red se llena de delincuentes en Almería
La red se llena de delincuentes en Almería
Carlos Javier Lillo

18 de agosto 2022 - 07:00

En una sociedad tecnológica, ciberdelitos. Almería no se escapa. Según un informe del Incibe, el 7,12% de los problemas de ciberseguridad en Andalucía son en la provincia. Un total de 7 de cada 100 casos durante 2021.

La comunidad andaluza, la más poblada de España, tiene un serio problema en cuanto a ciberseguridad. Es la tercera región con más denuncias interpuestas, solo por detrás de Madrid y Cataluña. El 15% de los ciberdelitos apuntan al sur.

Apuntando a los datos provinciales, la capital gana por goleada el partido de la ciberdelincuencia. El triunfo es incontestable. Prácticamente, la mitad de los casos se producen en el municipio de Almería. La distancia con el segundo municipio más afectado, El Ejido, son cuarenta puntos. Ahí, Almería sí está en la primera división de la ciberdelincuencia.

Más de la mitad de las empresas españolas reconocen haber sufrido un ciberataque. Las necesidades se reconfiguran. Los puestos de ‘hackers éticos’ están al alza. Los expertos en ciberseguridad están siendo cotizados por los negocios. Según la consultora Trescom, es el quinto empleo que más ha crecido durante el año 2022.

El trabajo de los ‘hackers éticos’ es prevenir. Su misión es detectar los agujeros de seguridad por los que los delincuentes se pueden colar para subsanarlos y evitar que puedan acceder a la información más comprometida de los negocios. Se definen como los “policías privados de la red”, los vigilantes de la seguridad de un nuevo mundo que necesita protección. Las nuevas generaciones lo saben. Las estafas a través de las nuevas plataformas están a la orden del día.

Los menores se formarán desde el próximo curso en ciberseguridad, programación y robótica. Educación cambia las materias para adaptarlas al siglo XXI. Nadie duda de su conveniencia. Las nuevas guerras son cibernéticas. Una de las primeras medidas en Taiwán, antes de que China desplegara a los militares para realizar maniobras, fue el ataque informático. Nadie sabe el autor. En la red pasar desapercibido es más fácil.

A menor escala, Almería, aunque no parezca un objetivo útil, también lo sufre. Antes de la pandemia, la Diputación detectó un millón de ciberataques en las redes de los Ayuntamientos provinciales. El propósito de los ciberdelincuentes era paralizar la Red Provincial de Comunicaciones, la que nutre de información a los diferentes consistorios y los une con el resto de municipios. Los atacantes buscaban derribar las barreras de seguridad del sistema con métodos que, en ningún caso, fueron efectivos. Una buena noticia.

Y, nuevamente, el anonimato. Los expertos de seguridad saben el número de amenazas pero no su procedencia. Los ‘hackers’ pueden campar a sus anchas sin sentirse perseguidos. La seguridad es cara pero el perjuicio que pueden ocasionar lo es más. En 2019, Diputación invirtió 350.000 euros en prevenir y evitar. La compra de dos cortafuegos se llevó la mitad del presupuesto, 180.000 euros.

Las palabras pueden sonar lejanas. Malware, botnet, ransomware... pronunciarlas es un trabalenguas imposible de memorizar. El malware es el concepto que más hay que memorizar. Se da en la mitad de los ciberdelitos. Su propio nombre lo indica, malo. Su tarea es colarse dentro del software para extraer la información que pueda ser más comprometida y, de paso, alterar el sistema. Si lo analizamos, es lo que las personas responderían como un ‘hackeo’ de “los de toda la vida”. Lo puede parecer pero no está solo.

El ‘botnet’ le sigue en el ranking. Se trata de un conjunto de ordenadores organizados por un usuario para llevar acciones delictivas contra otros equipos. De leerlo da miedo. Muchas personas lo tienen y no lo saben. La ciberdelincuencia puede aparecer sin dejar rastro.

El incidente de ciberseguridad busca actuar contra la información. La confidencialidad o la disponibilidad de los archivos está en riesgo. No es lo mismo que un ciberataque, que ataca a la infraestructura informática del objetivo. Su intención es impedir el acceso, destruir o controlar al equipo y destruir o robar la información. Estar seguro en la red es cuestión de paciencia y evitar los atajos.

Almería se lleva el oro de los ciberdelitos en la provincia

La capital no tiene rival si de ciberdelitos se habla. La capital acumulaba durante 2021 el 45% de las denuncias, según un informe realizado por el instituto Incibe, que analiza la seguridad de la red para proteger a la ciudadanía en una nueva etapa tecnológica.

El resto de municipios se mueven con cifras que no superan el 10%. Muy parejos entre sí, no se puede determinar que unos lo hagan mejor que otros. El Ejido, con un 7,80% de los casos, ocupa el dudoso honor de la medalla de plata.

Roquetas de Mar es la tercera. Con un 6,63% de los casos, el municipio dirigido por Gabriel Amat consigue la medalla de bronce y cierra el podio de los municipios más atacados durante el 2021. Muy cerca, con apenas décimas de diferencia, le sigue Aguadulce, que administrativamente pertenece al término municipal de Roquetas. La ciberdelincuencia allí también supera el 6% de incidencia.

El resto de municipios apenas notan los problemas de seguridad en la red. Los delitos informáticos apenas son más del 3% del total de la provincia. Y así sucesivamente con los 103 municipios que conforman Almería. Vera, Cuevas del Almanzora, Albox o Huércal de Almería aparecen en el ranking por apenas décimas, las justas para ser expuestos públicamente. Entrar en internet sigue siendo más seguro que en la capital, un dato que les relaja.

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