Un dicho recuerda la tragedia: “Río Almanzora, quien a tu lado mora...”

Desde el 19 de octubre de 1973 el pueblo de Zurgena tiene el récord de toda Europa, ya que cayeron oficialmente ¡600 litros! en tan sólo un par de horas. Comenzó a llover a las 10, paró a las 11 y vino otra pasada a las 12. Pero este dato no es del todo exacto ya que este era el tope del viejo pluviómetro del pueblo, que desbordó. Posteriores estudios indican que pudieron ser ¡800 litros! los que cayeron. A estos hay que sumarles 130 del día anterior y hacen un total de ¡¡930 litros por metro cuadrado!! Ya digo, la mayor precipitación caída en Europa en tan breve lapso de tiempo.

El río Almanzora bajaba con un caudal de 3.500 litros por segundo cuando normalmente va seco. Si hubiese estado acabado el pantano de Cuevas, se habría llenado un 66% del total.

Aquel 19 de octubre no amanecía en la comarca del Almanzora. Era la hora de llevar a los niños al colegio y el cielo seguía amenazantemente negro. Decían que una gota fría había descargado aquella madrugada sobre La Rábita, Albuñol y Adra e iba hacia la cabecera del Almanzora; y llegó hacia las 10. Parecía el fin del mundo. En el cauce del río y de las ramblas que en él confluyen, casi siempre secos, había gran cantidad de ramas de árboles, basuras y piedras. Todo ello fue arrastrado por una enorme ola de seis metros, taponó puentes y aliviaderos y el agua comenzó a extenderse por donde buenamente podía, arrasando campos, cultivos... y pueblos.

Las fuertes lluvias eran el resultado de un embolsamiento de aire frío que, en contacto con las masas de aire cálido y húmedo, desencadenó una ciclogénesis sobre el Sudeste. Se formó una es pecie de chimenea que aspiraba aire del mar cálido y húmedo a gran velocidad, formando nubes que ocasionaban el diluvio. Eran las condiciones ideales para la gota fría. Las montañas orientadas hacia el Este llevaron la peor parte, al igual que las cuencas altas de ríos y ramblas.

Así bajaban buscando el mar: río Almanzora, 3.500 l/sg. río Bacares: 110; ramblas de Albox, 1.600; del Higueral: 500; de Albuñol, 1.100; de Benínar: 1.900; río Adra: 2.000. Doy datos de las ramblas del Poniente porque por allí también cayó agua a mantas. Pero lo curioso es que cuando la riada llegó a estos pueblos ya no llovía. El cauce del río Adra había conducido el agua como buenamente podía hasta que los puentes se taponaron. Pasó por el pantano de Benínar, aún inconcluso, y siguió su anárquico camino hacia Adra. Dicen que de haber estado acabado el pantano, probablemente habría reventado y las consecuencias habrían sido más catastróficas aún.

Peor paradas que la provincia de Almería, donde ‘solo’ hubo 10 muertos, siete de ellos en Zurgena, salieron Granada y Murcia. Trevélez recogió 250 litros; Murtas, 350; Albuñol y La Rábita 220; en estos pueblos es donde más víctimas hubo, medio centenar, por su situación geográfica, al pie de altas montañas por las que caían cataratas de agua, piedras y lodo. Pero el pueblo más damnificado fue Puerto Lumbreras, con 166 litros y más de cien muertos; era día de mercado y la riada lo arrasó ya que se instalaba en la rambla... que siempre iba seca. En Lorca cayeron 191 y también hubo víctimas. ¿Lo único bueno de todo esto? Que se finalizaron los pantanos de Benínar y Cuevas y se encauzaron las ramblas que cruzan pueblos.