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Almería
Almería capital ha cambiado el degrado Delta del Andarax por una contundente propuesta de ocio y ejercicio físico al aire libre, consistente en cuatro pistas de voley playa –con arena– y una ruta de calistenia con aparatos biosaludables donde entrenar el cuerpo, además de carriles bici, juegos infantiles y senderos que conducen hasta la orilla del mar. Una actuación que ha transformado de forma radical cinco hectáreas del que ha sido, años y años, el frondoso basurero del Mediterráneo de recorrido poco recomendable, también por la inseguridad de la zona.
Este espacio es la guinda que ha puesto la Diputación Provincial a las obras de la segunda fase de la ampliación del paseo marítimo con una inversión de un millón de euros, cuyo resultado es visible desde el aparcamiento creado, y utilizado especialmente por caravanistas, hasta la propia desembocadura del río.
Son en total 48.115 metros cuadrados los que se han sacudido de vertidos y malezas, y donde, además de las citadas instalaciones, se han plantado palmeras y taráis dentro del proyecto de regeneración paisajística llevado a cabo con 95 especies diferentes de plantas, arbustos y árboles. Además cuenta con iluminación solar y hay paneles que relatan la riqueza de este ecosistema del Delta del Andarax para los que opten por recorrer los senderos habilitados.
Está todo a falta de la colocación de las redes en las pistas de voley y en escasos días será inaugurado, según ha comunicado Diputación, que pospuso el corte de cinta anunciado en julio por “cuestiones de agenda”. No obstante, las obras están recepcionadas y abiertas al público desde hace un mes pero al Delta, con nueva alma, aún le falta vida.
La filosofía de la intervención no trata únicamente de regenerar el paisaje, sino que aspira a una regeneración social que haga de todo este entorno una nueva zona de ocio y esparcimiento mediante la reapropiación ciudadana. Un objetivo este a conseguir con el tiempo frente a dos actuales rémoras a vencer.
Por un lado, la mencionada sensación de inseguridad que arrastra este espacio –aún hay de hecho dos búnkeres en la playa ocupados y en la misma situación se encuentra el cercano chalé de La Marina–, y la falta de elementos de sombreo sobre el área de juegos infantiles o las agrupaciones de aparatos de calistenia que permitan su disfrute diurno en verano. De hecho, el espacio de ocio y recreo, sin ser inaugurado, ha recibido primeras críticas en redes sociales en este sentido.
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