“Nos recibían como a los Reyes Magos”
Coronavirus Almería
Los ‘portadores’ de la inmunidad trabajan sin descanso desde finales de diciembre. Residencias, personal sanitario y desde esta semana en los centros de día. Catorce enfermeros forman el equipo de vacunación del distrito sanitario de Almería
Cuando el equipo itinerante de enfermeros asoma por la puerta de la residencia ataviados con sus batas azules, neveras y botiquines, con las jeringas, viales multidosis, algodón y apósitos hipoalergénicos, se acaba la pesadilla. En tiempos de conmoción y mascarillas brota de nuevo la esperanza frente a la pandemia como las flores indomables que se abren paso entre las grietas del asfalto.
Son los portadores de la inmunidad frente a la infección por SARS-COV-2, el causante de la COVID-19, y estos días escriben una de las páginas más importantes de la historia del siglo jugando un papel imprescindible en esta batalla decisiva de la humanidad contra el coronavirus. Su ansiado pinchazo por duplicado espanta todos los fantasmas y miedos de casi un año de sufrimiento, sobre todo para la tercera edad que es la generación más frágil ante sus nocivos efectos. “Nos recibieron como a los Reyes Magos, los mayores tenían una ilusión increíble, querían su foto vacunándose. Ellos y nosotros compartíamos la alegría de ponerle fin a esta angustia”. Lo relata Miguel Zapata, el director de Enfermería que está al frente del equipo de vacunación de 14 profesionales del Distrito Sanitario Almería.
No olvidará nunca el recibimiento con los brazos abiertos en los geriátricos y centros residenciales que han visitado, los sentimientos y emociones que afloran en las miradas y suspiros de los vacunados que ya son más de 30.400 en la provincia. A veces incluso se escapa alguna lágrima, de desahogo porque viven desde marzo con el temor dentro de su psique a contagiarse y verse en la UCI, a perder la vida en soledad, sumidos en la postración y la impotencia ante una cosa nunca vista que destruye su mundo anterior.
Pero desde finales de diciembre se ha abierto una nueva etapa de inmunidad en la provincia frente al coronavirus con historias de alivio y esperanza en las que Miguel y su grupo son protagonistas involuntarios. “El día que llegaron las primeras dosis lo vivimos como una jornada de fiesta”, asegura. Y se han pasado todas las navidades vacunando en las residencias de mayores casi sin descanso, en todas las franjas horarias y días de la semana sin ninguna remuneración adicional.
Sólo pararon el 1 de enero para estar con sus familias. “Los primeros días fueron frenéticos porque éramos conscientes que a la vuelta de Navidad la tercera ola iba a ser muy fuerte. Queríamos poner a salvo a toda la población de las residencias y se hizo un esfuerzo sin precedentes”, asegura el responsable de Enfermería del Distrito Almería que presta atención sanitaria a una población de más de 300.000 personas de 43 municipios de la capital y área metropolitana.
Un ritmo de inoculación que los situó como el tercer equipo con más dosis administradas desde que comenzó la campaña de vacunación hace poco más de un mes, más de 3.000 dosis en la recta final de Navidad. En términos absolutos también figura como uno de los distritos con más vacunas a pesar de que otros puntos de Andalucía multiplican la población de esta circunscripción sanitaria almeriense.
El 5 de enero todos los trabajadores sociosanitarios y residentes de los geriátricos de la provincia estaban vacunados, la primera provincia de la comunidad en conseguirlo gracias también a los equipos de los distritos sanitarios Poniente y Levante-Alto Almanzora.
Para esta campaña específica de vacunación, denominada Plan 24/7 por la Consejería de Salud, se establecieron en la provincia siete unidades móviles -tres en el de Almería-, seis centros de Atención Primaria y cinco equipos en hospitales. Además de los centros residenciales, han completado la vacunación de los sanitarios y personal complementario (vigilantes, limpiadores, celadores) de primera y segunda línea frente a la COVID-19 y también han estado en los hospitales privados y a los profesionales del 061. Estos días comenzarán con las primeras dosis en los centros de día y de mayores, pero primero deben concluir en residencias que se produjeron retrasos por positivos y aislamientos como un par de pabellones de la residencia asistida de Diputación.
Cuando llegue el momento de la vacunación masiva, una vez completados los grupos prioritarios, los equipos se multiplicarán y los actuales vacunadores jugarán un papel fundamental en la formación de compañeros de los centros de salud. “Esta vacuna es muy particular por sus necesidades de conservación, a congelación de menos 80 grados centígrados, y otras peculiaridades como la de reconstruir el vial diluyendo con suero fisiológico”. En los últimos meses del año se realizaron seminarios para trabajar aspectos clave de la estrategia de vacunación relacionados con la manipulación, preparación y administración del fármaco, así como la dinámica de trabajo de carácter organizativo en los puntos de vacunación.
Los vacunadores son enfermeros y enfermeras de dilatada trayectoria en diferentes unidades de gestión clínica, urgencias e incluso formadores del Plan Estratégico de Vacunaciones de Andalucía (Andavac) y no sólo se encargan de inyectar la vacuna. También son responsables de la logística, conservación, de la vigilancia de las dosis, el registro de inmunización y la notificación de eventuales efectos adversos. El grupo del Distrito Sanitario Almería está formado por una quincena de profesionales estructurado en cuatro equipos, tres móviles itinerantes y un punto fijo en el centro de Salud Alborán orientado a los sanitarios. La explosión de positivos y hospitalizaciones ha contribuido a la excepcional acogida de la vacuna. El rechazo ha sido mínimo, insignificante, apenas un médico y tres residentes por la falta de autorización de los familiares preceptiva cuando hay avanzado deterioro cognitivo del anciano.
“Los profesionales están locos por vacunarse, hay colas donde vayas, son muchos meses expuestos al contagio, indefensos a pesar de las medidas de prevención”. Los vacunadores confiesan que al principio había cierta desconfianza y recelo, por si se daban efectos secundarios y malas reacciones tras la inyección, pero se han ido disipando conforme pasaban los días y administraban las dosis. El grado de aceptación es muy elevado, sobre todo por la situación que atraviesa la provincia en una tercera ola que está siendo mucho más virulenta que las dos anteriores con los hospitales al borde del colapso y los registros de positivos y defunciones en máximos históricos.
Una vacuna muy especial que se conserva a -80 grados
Más de 30.400 almerienses han recibido ya la vacuna de Pfizer-BioNTech COVID-19, más de la mitad las dos dosis necesarias para la inmunidad que se administran con una separación de 21 días. Los viales tienen unas necesidades especiales de conservación como la congelación a -80 grados, una temperatura más fría que un invierno antártico que ha obligado a los equipos de vacunación a emplearse a fondo con la logística y distribución.
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