Raúl Carrera: "Tener TDAH no es sinónimo de fracaso escolar, pero aumenta el riesgo"

Entrevista

El psicólogo, que dio una charla sobre TDAH en la última generación de Operación Triunfo, ha cambiado Barcelona por Antas, donde va a abrir una clínica

La Escuela de Familia da claves para ayudar a las personas con TDAH

El psicólogo Raúl Carrera ha cambiado Barcelona por Jauro, en Antas, y va a abrir una clínica en el pueblo. / Javier Alonso

Silencio. Eso, y el canto de algún pájaro que se posa en la higuera que hay frente a la puerta del cortijo, es lo único que se escucha en el nuevo hogar del psicólogo Raúl Carrera Fernández. Ha cambiado la vida frenética de una ciudad como Barcelona por la tranquilidad de una casa perdida en medio de la nada en Jauro, una cortijada de Antas. Esa es la tierra de su madre y la de todos sus veranos desde que era niño. “Estoy solo yo con mi periquito Juanito”, aclara. Es un amplio cortijo donde se reúne toda la familia a veces pero que, ahora, es el refugio de este psicólogo que seguro que resulta muy familiar a los fans de Operación Triunfo, pues estuvo dándoles una charla sobre TDAH en la academia. Ahora está en proceso de abrir una clínica en Antas pero mientras sigue atendiendo pacientes de forma online (tiene una página web llamada orientacionpsicologica.es) y también a domicilio. Es experto en TDAH y traumas. 

Raúl Carrera estudió Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona. Durante diez años trabajó en una asociación llamada TDAH Vallès, a la vez que realizaba un máster en Neuropsicología Forense. Además tiene formación en TDAH y trauma. 

Pregunta.¿Por qué decidiste especializarte en TDAH?

Respuesta.Entré en la asociación TDAH Vallès donde empecé como voluntario cuando estaba en tercero de carrera, yendo por las tardes. Me sentía muy cómodo y entendía perfectamente lo que le pasaba a esos chicos porque a mí me estaba pasando y, sobre todo, me había pasado antes. Las liadas, los despistes, la baja tolerancia a la frustración… Y entonces me dije: “Ostras, me parezco mucho a esos chicos y los entiendo bien, no sé por qué”. Me hice las pruebas y salió que tenía TDAH. Se juntó eso con que yo estaba muy a gusto en este centro y decidí irme a vivir a Sabadell y trabajar allí y enfocarme laboralmente en eso.

P.¿Con qué edad te diagnosticaron TDAH?

R.Con 21 años.

P.¿Es habitual que pueda pasar desapercibido hasta esa edad?

R.Antes sí. Es decir, hay adultos que lo descubren porque diagnostican a sus hijos y ven que a ellos les pasaba algo parecido de pequeños y se hacen las pruebas. Ojo, porque esto tiene un componente genético importante.

P.¿Qué es el TDAH? 

R.TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad y es un trastorno del neurodesarrollo que aparece en la infancia y tiene un componente biológico que implica un retraso madurativo en diferentes áreas del cerebro. Las personas que lo padecen tienen una serie de síntomas que en lo que respecta a los problemas de atención que les afectan a la hora de la organización de tareas, la planificación, la visión de futuro (digamos que tienen miopía para el futuro o incapacidad para verse a ellos mismos a largo plazo y anticipar lo que va a pasar después). La persona con TDAH vive en un presente constante. Y luego hay otra parte que son los síntomas de hiperactividad e impulsividad que se manifiestan en la sensación de tener un motor interno, contestar antes de que te pregunten, inmiscuirte en las conversaciones de otras personas, tener conductas de riesgo y no anticipar las consecuencias de una acción... Y también hay un componente que es súper esencial en el TDAH que es la parte emocional: tienen problemas de regulación emocional, es decir, baja tolerancia a la frustración y no cuentan con herramientas para poder equilibrarse de nuevo. Es algo que hay que trabajar con ellos.

P.¿Existen diferentes niveles de TDAH? 

R.Puede ser leve, moderado o grave dependiendo del número de síntomas. Cuando se hace el diagnóstico se miran cuántos síntomas cumple de los criterios diagnósticos y, en función de eso, se establece un grado de TDAH.

P.¿En qué consisten las pruebas para diagnosticar el TDAH? 

R.Es una evaluación muy completa. Hay que mirar la inteligencia, medir diferentes áreas como atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas (organización, planificación, autocontrol, orden, memoria de trabajo) y después hay pruebas específicas para el TDAH como, por ejemplo, el Bgaze, que es una prueba que te mide la emergencia ocular cuando enfocas algún punto. Se ha visto que en una persona con TDAH la emergencia ocular es mayor. Es una prueba objetiva que tiene un nivel de fiabilidad del 95. Se hacen muchos cuestionarios de personalidad, de autoinformación, etc. La evaluación es muy completa. Pongo un ejemplo: puedes tener un chaval que es muy movido en clase pero puede ser porque no se entera, porque ya se sabe lo que se está dando, porque no llega, porque tiene un trauma, porque tiene trastornos de conducta… Hay muchas posibilidades, así que tienes que hacer una evaluación que sea súper completa para descubrir exactamente qué es lo que está pasando.

P.Hay psicólogos que niegan la existencia del TADH. ¿Está científicamente demostrado?

R.Sí, el TDAH existe. Hay numerosas pruebas que lo demuestran, lo que pasa es que se trata de un trastorno, no una enfermedad. Es como decir, por ejemplo, que el autismo no existe porque no hay ninguna prueba biológica que te lo muestre. ¿Pero diríamos que esos chavales que están súper apagados, apartados, aislados, que no se relacionan o entablan relaciones sociales no les pasa nada? Todos esos síntomas los puedes asociar en algo que les da sentido y permiten explicarlo. En el caso del TDAH hay numerosas pruebas neurofisiológicas y neurobiológicas que realmente respaldan que hay diferentes partes del cerebro, pero sobre todo la parte frontal y prefrontal, donde las conexiones sinápticas no funcionan bien y que hay una alteración en el eje córtico-subcortical que hace que los que tienen TDAH tengan mayor predisposición a las adicciones. Son pruebas que se han hecho con resonancias magnéticas, electroencefalogramas, TACS… Si mides el cerebro de una persona con TDAH y el de otra persona sin síntomas y son dos cerebros diferentes. Resumiendo: el TDAH sí que existe. Ahora, ¿hay una causa concreta que hace que aparezca el TDAH? Pues no se sabe cuál es. Se sabe que hay factores genéticos que están implicados y que tienen su importancia pero al final es una combinación de varios factores que hacen que el TDAH tenga mayor predisposición a exponerse.

"Las personas con TDAH tienen miopía para el futuro o incapacidad de verse a largo plazo a sí mismos y anticipar"

P.¿Por qué hace años apenas se diagnosticaban casos en niños y ahora hay muchos más? 

R.Hay varios factores. Por ejemplo, ahora en la escuela los profesores no tienen la misma autoridad que tenían antes. No digo que tenga que ser como era entonces, ni mucho menos, pero eso también hace que una persona que tenga TDAH, si no tiene delante una persona que le está dando seguridad y estructura, vaya más a su libre albedrío. Otra cosa, por ejemplo, es lo que hacen los niños por las tardes. En zonas como Antas los chavales sí salen más por la calle pero en las ciudades están en casa, no tienen un ambiente que sea más distendido, donde el chaval pueda salir, hacer ejercicio… Está demostrado que el ejercicio va súper bien, es muy eficaz para mejorar la atención. Eso hace que los chicos están muy contenidos y el síntoma se expresa mucho más. A esto hay que añadir que ahora hay más sensibilidad para trastornos como el TDAH o el autismo. Antes, quizás, a los chicos se les decía que como no iban a estudiar, pues que ya trabajarían y ya está. Ahora, en cambio, hay chicos que los veo y sé que son diamantes en bruto: tienen un TDAH que les está fastidiando todo pero si miras sus pruebas de inteligencia ves que tienen altas capacidades o ves que podrían estudiar una ingeniería concreta porque se les da súper bien. Pero, en cambio, no están presentando las tareas de clase, se van con malas compañías, empiezan a consumir drogas… Y entonces se lo digo, de verdad que son diamantes en bruto y no porque lo diga yo, sino que ahí están las pruebas. Creo que antes, al no existir todo esto, no había esa sensibilidad.

P.¿Cómo pueden darse cuenta los padres, o los docentes en clase, de que un niño tiene TDAH?

Depende del ámbito en el que esté. Por ejemplo, en casa podemos ver que al niño le cuesta muchísimo tener una estructura y seguir una rutina, por lo que se le tienen que repetir las cosas un millón de veces. Pero no es porque el niño no esté atento, sino que aunque quiera estarlo no lo consigue por él mismo. No consigue crear una rutina. Y también se puede manifestar en la parte impulsiva, si se aprecia que actúa sin pensar, por ejemplo, saltar del sofá a la mesa y no prever que se puede romper. Y luego, en el ámbito académico, suele pasar que los profesores dicen que se despista mucho, que podría dar más de sí, incluso que le cuesta socializar con los compañeros porque es muy impulsivo, está mucho en su mundo y en las clases cuesta que preste atención… Pero es curioso, porque en la mayoría de casos, aunque estén como ausentes, si les preguntan algo suelen responder bien.

Raúl Carrera en el cortijo familiar, llamado Meri por su abuela. / Javier Alonso

P.En tu experiencia profesional, ¿cómo te llegan más casos, por iniciativa de los padres o derivados por los docentes?

R.Normalmente son más los padres. Acaban muy frustrados de ver que cada día es la misma historia: le dicen “no dejes la mochila aquí”, y el niño deja la mochila en el mismo sitio; o “recoge las cosas”, y se levanta y no se acuerda de hacerlo; o le dicen que deje el móvil que tenemos que hacer algo y la respuesta siempre es “sí, sí, un momento”, pero no lo dejan…

P.Puede ser que los maestros y profesores no estén preparados para identificar a los alumnos con TDAH… 

R.Uno de los principales problemas es que la ratio de alumnos por clase cada vez es más alta y hay mucha diversidad, por lo que realmente es muy complicado que den abasto. En la misma clase pueden tener dos TDAH, una persona con autismo, otra con altas capacidades, una que tenga retraso mental y dos que tengan dislexia, por poner un ejemplo.

P.¿Qué dificultades puede encontrar un niño con TDAH, tanto si ha sido diagnosticado como si todavía no? 

R.La implicación que tiene no ser consciente de que tienes TDAH es que actúas en base al impulso o al deseo del momento. Eso provoca que continuamente se le esté diciendo “esto lo haces mal” o “no hagas eso”. Su nombre se les repite en eco. En mi caso, por ejemplo, cuando alguien me dice Raúl ya pienso: “¿qué he hecho?”. No me gusta que me llamen por mi nombre porque lo acabas asociando a regañinas, por tantas veces que me han dicho “Raúl no hagas eso, Raúl no hagas lo otro, Raúl lo que has liado”… Los niños con TDAH son lo que se podría decir “un niño trasto”. Por ejemplo, si estamos jugando a ping pong y la pelota se cae fuera del porche y saltas a por ella sin mirar qué puede haber al otro lado del muro, aunque antes ya te hubieran avisado de que no saltases porque han plantado cactus... En ese momento actúas por la impulsividad. Y claro, saltas, te pinchas, haces el drama, te tienen que curar y encima te frustras porque no asume que la culpa es suya por haber saltado, sino que se la echa a quien ha plantado los cactus. Tienen dificultad para asumir responsabilidades. Y todo esto al final deriva en muchos problemas de autoestima. “Soy tonto”, es la frase típica que se dice una persona con TDAH. Porque te están diciendo que algo lo haces mal, que eres un desastre, que no das lo suficiente en los estudios… Y ojo, que esto lo he visto en pacientes que tienen TDAH y alas capacidades a la vez. Y por otra parte, a nivel social, no es que les resulte muy difícil hacer amistades pero sí mantenerlas, porque hay mucha intensidad. El que tiene TDAH lo da todo por la otra persona y hay una intensidad que parece casi un rasgo obsesivo. En esto hay un poco de miedo al abandono y a la soledad. También se pueden dar algunos problemas de vinculación y de apego.

P.Pero tener TDAH no es sinónimo obligatoriamente de fracaso escolar, ¿no? Tú mismo tienes TDAH y una carrera exitosa.

R.No es sinónimo, pero hay más riesgo de fracaso. Está visto que las personas con TDAH viven de media siete años menos. ¿Por qué? En adultos el trastorno más frecuente es el consumo de sustancias, sobre todo cocaína. Les hace regularse, no les hiperactiva. Como tienen un déficit de dopamina, la cocaína lo que hace es ponerlos a los niveles de dopamina normales de los demás, así que ven que si consumen pueden trabajar mejor, por ejemplo. Y en el caso de los adolescentes se da el consumo de marihuana, muchísimo. Como tienden a liarla y se meten en problemas, acaban relacionándose con chicos parecidos. Al final todo esto lleva inevitablemente a un fracaso escolar. En definitiva, tener TDAH no es sinónimo de ello, pero hay más riesgo.

"Es frecuente que las personas con TDAH de adultos caigan en el consumo de cocaína, porque les sirve para regular los niveles de dopamina"

P.Hablabas antes de factores genéticos pero, ¿qué otros factores pueden influir en el TDAH? ¿Darles un móvil a los niños desde que tienen un año puede afectar?

R.No tanto como para desarrollar el trastorno, pero ojo, porque las pantallas sí que están haciendo que la sociedad tenga más síntomas parecidos a un TDAH. Pero la diferencia es que tú a esa gente le quitas las pantallas, pasa un tiempo pero después se regulan. Pero la personas que tiene TDAH sí que necesita esa dopamina inminente. El componente genético es el principal, hay una heredabilidad de entre el 60 y el 75%. Eso significa que si tú tienes un padre o una madre que tiene TDAH, la probabilidad de que tú lo tengas y se exprese es esa tan alta. Pero también se han comprobado otros factores de tipo prenatal, como el consumo de tabaco y alcohol en las embarazadas, o un nacimiento prematuro, o el uso de fórceps... Al final esos son factores ambientales. Si tú le metes agentes externos, que son patógenos, haces que el cerebro se estrese y que no se desarrolle con normalidad en el periodo que toca.

P.¿Cómo se trata el TDAH? ¿Es necesario tomar medicación?

R.Yo recomiendo la medicación en casos muy concretos. Cuando primero se ha hecho terapia psicológica y a pesar de la predisposición del chaval no es capaz. Aún queriendo ves que no puede. O también cuando son chavales muy hiperactivos y no tienen capacidad de autorregulación. En esos casos sí que recomiendo la medicación. Pero si no, el tratamiento principalmente es terapia psicológica (psicoeducación), para explicarles cómo funciona su cerebro. Yo les digo que una cosa es su TDAH y otra cosa son ellos, y a partir de ahí tienen que elegir qué quieren ir trabajando. No van a cambiar de un día para otro ni van a dejar de tener TDAH. Quien nace con TDAH, muere con TDAH. Pero puedes trabajar la organización, primero puedes empezar por los estudios y más tarde en temas domésticos. Se trata de que la persona sea responsable de lo que le pasa y a partir de ahí, pues ir trabajando síntoma a síntoma. Pero ya en el momento en que la persona ya no pueda más y quiere mejorar, entonces a lo mejor un plus con la medicación sí que puede ser factible. En mi caso, tomé la medicación solo durante una temporada, cuando tenía que estudiar oposiciones. Yo sabía que necesitaba la medicación porque no podía estudiar diez horas sentado, siempre he estudiado de pie, caminando. Entonces ahí sí que me tomé la medicación. Pero durante toda la carrera nunca tomé nada.

Raúl Carrera durante la entrevista. / Javier Alonso

P.¿Qué tipo de medicación hay que tomar?

R.Hay diferentes tipos. Hay estimulantes y no estimulantes. Los estimulantes son derivados de un principio activo de la anfetamina, de ahí esa controversia de que se le están dando drogas a los niños… Realmente no es así. De la sustancia se extrae un principio activo y junto con otras tienen un efecto concreto. Básicamente la idea es que los niveles de dopamina del cerebro se regulen, dar más dopamina a las regiones del cerebro donde hay menos. Eso permite al chaval poder tener mejores funciones ejecutivas: organización, planificación, autocontrol. El cerebro funciona de forma jerárquica: tenemos una parte más interna, que es subcortical, y es la región más primitiva, donde está la parte emocional (aquí es donde también se almacenan los traumas). Esa sería la parte más impulsiva, hiperactiva, también relacionada con la frustración, la rabia. Y después está la parte más cortical, que es lo genéticamente más moderna, donde el frontal es la parte que está más desarrollada. El frontal regula a la parte subcortical, enviando eferentes a la amígdala. Por eso si estás muy nervioso te dicen que intentes parar, pensar lo que necesitas, buscar una alternativa… En definitiva, te están diciendo que uses el frontal. ¿Pero qué pasa? Que en el TDAH el frontal no funciona y por eso la parte hiperactiva, impulsiva, la rabia, la frustración domina. Una persona con TDAH puede estar, por ejemplo, todo un día sin hacer nada en clase, ni hacer bien un examen ni prestar atención simplemente porque esa mañana un compañero suyo le ha dicho que viene a estudiar desde hace tres días con los mismos pantalones. Solo con ese comentario, si se ha sentido frustrado, ya está perdido durante todo el día. Por eso el trabajo emocional es súper importante.

P. Por lo que me decías antes, también influye en tipo de sociedad donde se vive. No es lo mismo un niño de Almería que uno de Barcelona.

R.Totalmente. Para diagnosticar cualquier trastorno mental se debe cumplir el criterio C: que los síntomas tengan un impacto significativo en la vida de la persona. Así pues, si tú tienes TDAH pero estás aquí, en medio del campo, ¿qué va a pasar? Puede ser que en la escuela seas más despistado y tal, sí, pero después vuelves y no estás encerrado en el cuarto, y sales a jugar, a hacer cosas… Tienes más posibilidades de encontrar lo que se llama una parcela de éxito, es decir, algo en lo que puedas destacar. En personas con TDAH encontrar eso es muy importante. Si lo pones a hacer una cosa que no le gusta va a desconectar, se va a dormir. En cambio, es de extremos: si algo le gusta mucho le meterá el hiperfoco. Como no tienen gestión del tiempo, porque eso es una función frontal del cerebro, se pueden tirar 12 horas trabajando en algo que les apasiona sin descanso. Eso tiene su parte buena y mala. Lo negativo es que, por ejemplo, pueden estar muy centrados en algo y no tener presente a su pareja…

P.Y claro, eso puede llevar al fracaso en la pareja…

R.Exacto, por eso en terapias de pareja es súper importante la psicoeducación es decir, explicar bien qué es lo que hay, el trastorno, porque cuando lo explicas y las personas tienen esa información pueden autorregularse de una forma más rápida, pueden anticipar. Así, si sabes que tu pareja tiene TDAH y habéis quedado a las 8 para ir al cine, digamos, puedes llamarlo un rato antes para recordárselo…

P.Pero hay gente que se resiste a aceptar que tiene TDAH.

R.Hay muchos. Pero en ese caso, lo que les digo es que no lo tratemos como tal, sino que vayamos síntoma a síntoma. Antes quizás la gente era más reticente, porque hay un componente de estigma. Decían, es que tienes un trastorno, estás mal de la cabeza. Ahora, en cambio, cada vez se normaliza más y realmente eso es fantástico. Creo que las charlas, talleres, o esta entrevista sirven para visibilizar, dar información y no tratarlo como si fuera algo malo. Simplemente es una condición que, sí, tiene tendencia a liadas, pero también tiene su parte buena, como lo que hablábamos del hiperfoco y que son personas que hacen todo por los demás y son muy sensibles. Hay ejemplos de famosos que tienen TDAH como Michael Phelps o Will Smith.

P.¿Por eso pegó un guantazo a Chris Rock? ¿Por que no previo las consecuencias? 

R.Claro, ahí está. Impulsividad. En ese momento no pensó... No es que no supiera lo que tenía que hacer, sí que lo sabe, pero en ese momento su frontal no funciona, no piensa qué repercusión va a tener. 

"Por dejarle un móvil a un niño desde pequeño no va a desarrollar TDAH, pero puede tener unos síntomas similares"

P.¿En tu caso, tener TDAH te ha ayudado en tu profesión?

R.Totalmente. Es un entendimiento directo. También trato a chavales con autismo pero pienso que si hubiera un psicólogo que fuera autista, teóricamente, lo podría tratar mejor. Y digo teóricamente porque con el autismo existe la dificultad de la interacción social, entonces hay pocos que tengan autismo y que sean psicólogos. Pero es eso, creo que entiendes más a la persona, por qué hace lo que hace, no la juzgas, y eso es uno de los puntos más importantes. Cuando juzgas a un chaval ya lo tienes perdido.

P.Lo de no juzgar también es un mensaje para los profesores y los padres, porque muchas veces, al menos cuando éramos pequeños, no era raro que un maestro etiquetase a un alumno de tonto delante de toda la clase.

R.Uf, con eso lo destrozas. Para vincular con una persona que tiene TDAH lo único que tienes que hacer es escucharlo, dejarle ese espacio, no juzgarlo y cuando acabe de explicarse le dices: “si quieres seguimos hablando y si no hablamos después, pero esto tenemos que acabar de arreglarlo”. Y cuando siente que lo han escuchado, que no lo están juzgando y sabe que tiene parte de responsabilidad de lo que ha pasado (por ejemplo, imagina que lo han expulsado del colegio), entonces cuando dice vale, este profesor me cae bien, o mi padre, mi tío, o mi madre me entienden. Pero si lo juzgas directamente, le dices que algo no lo hace bien, que parece tonto… Eso es lo peor que puedes hacer.

P.¿Se puede tener una vida normal teniendo TDAH?

R.Poder, se puede, Pero durante el día hay momentos en los que, si bajas un poquito la guardia, ya piensas que algo lo podrías haber hecho diferente. Se puede tener una vida normal, con tu trabajo, pareja, familia, etc., pero implica una constante atención a qué es lo que haces, cómo lo haces, por qué lo haces. Sobre todo para no hacer más liadas. Hay que saber que habrá una inercia en las liadas, pero se pueden minimizar.

P.Siendo psicólogo, conociendo tanto sobre la materia, ¿te tratas a ti mismo?

R.En muchos aspectos, sí. Todo lo que voy leyendo sobre TDAH pienso en cómo relacionarlo conmigo mismo. Por ejemplo, tengo una web y ahora he empezado a hacer podcast y vídeos en YouTube. Cuando tengo que organizarme para grabarlos, como sé que se me va a ir olvidando, porque no lo tendré siempre presente, tengo que hacer varios seguidos y programarlos. Pero no por organización y anticipación, sino porque sé que se me va a pasar. Cuando hago sesiones con los chicos con TDAH siempre les recomiendo aquello que yo he probado y que me ha funcionado. Nunca les voy a recomendar algo que no haya probado o que haya visto que no me funcionan. Por ejemplo, hacerse listas de cosas por hacer, por ejemplo, eso no funciona, porque pierdes la lista. Así que yo prefiero hacer en el momento lo que tenga que hacer, no esperarme, porque si no, se me olvida. Y para cosas que son imposibles de hacer ahora, tengo un grupo conmigo mismo en WhatsApp, anclado arriba, y el nombre del grupo lleno de iconos llamativos (en mi caso, dinamitas rojas), para que no me pase desapercibido. Para el que tiene TDAH, si no ves algo no existe.

P.¿Crees que los centros escolares están preparados para tratar con alumnos que tiene TDAH?

R.Creo que los profesores sí que tienen las herramientas y las capacidades, pero creo que el estrés en el que se encuentran no les permite hacerlo. Es lo que decíamos antes, con unas ratios tan altas es imposible. Y ya no solo esto, es que también hay que entender que los profesores también son personas, con el estrés propio de su trabajo, que es la profesión con mayor tasa de bajas.

P.¿El TDAH está considerado una discapacidad?

R.Sí que se puede solicitar para aquellos que tienen menos de 18 años te pueden reconocer una discapacidad del 33%. Eso te permite el acceso a ayudas autonómicas para las terapias, para la declaración de la renta, para el acceso a la universidad… Y legalmente tener un niño con TDAH cuenta como si fueran dos, por ejemplo a la hora de ser familia numerosa.

Raúl Carrera es un enamorado de Almería y por eso ha decidido mudarse desde Barcelona. / Javier Alonso

P.Acaba de empezar el curso y es normal que los padres se preocupen si sus hijos no van bien. ¿En tu experiencia, qué otros trastornos se pueden manifestar?

R.Tenemos los trastornos del aprendizaje, como dislexia, discalculia o disortografía. Y el autismo, y su versión leve que es el síndrome de Asperger. Y, por otra parte, todo lo que tiene que ver con el comportamiento: los trastornos de conducta y negativismo desafiante. Aparte, hay una cosa que cada vez estoy viendo más y realmente me preocupa bastante y es que los niveles de ansiedad de los adolescentes cada vez son mayores. Cada vez vienen más a consulta chicos de 12, 13, 14 años que piden ir al psicólogo porque sienten ansiedad por diferentes circunstancias: por problemas en casa, miedo al abandono, por las críticas en redes sociales, angustia por ser bien aceptado o aceptada. El trastorno de ansiedad cada vez es más frecuente. Y de verdad que me preocupa porque, aunque la adolescencia es una época complicada, si sientes el respaldo de tu grupo lo vas llevando bien. Hoy en día no existe esa esencia de grupo como referencia que te apoya. Supongo que las redes sociales han hecho un gran estrago, porque han potenciado solo y únicamente la imagen positiva de cada uno. Las dificultades que tiene cada uno quedan más apartadas, pero siguen estando ahí. Así que, en algún momento, el adolescente peta.

P.Antes estabas expuesto a comentarios malintencionados durante las horas que duraba el instituto, por ejemplo, pero ahora con las redes sociales están expuestos las 24 horas…

R.En el caso del bullying es muy claro esto. Antes, cuando salían del instituto podían estar tranquilos, pero ahora ya no. Y luego está la presión que uno mismo se pone por lo que pone, por recibir halagos en forma de ‘likes’.

P.No hemos hablado aún de por qué has decidido dejar Barcelona y venir a Antas.

R.La idea es abrir un centro aquí, que en unas semanas estará listo para atender tanto la gente de Antas como pueblos de alrededor. Mi idea no es únicamente hacer un trabajo como psicólogo, sino que quiero aportar al pueblo todo lo que pueda. Y me refiero a nivel de socialización, de conocimientos, de mejorar dinámicas. Quiero aportar, por ejemplo, con formación a los profesores, charlas en los institutos y en las escuelas, charlas con personas mayores. Quiero irme del cortijo al pueblo. Me encanta esta zona y aquí amigos y familia (el apoyo de mi tía Ginesa está siendo imprescindible en este proceso). Tengo claro que al final esto es una apuesta por el pueblo, por mi lugar seguro, por mis orígenes, por mi familia. Tengo la suerte de que ya han entrado un par de pacientes, que los empiezo a hacer de forma online, que son de por aquí, por la zona. Pero mi idea es que sea presencial y que pueda ser en el pueblo, repito, para poder aportar a Antas. Es mi apuesta. Es el sueño que siempre tuve de chiquitito, venir a vivir aquí al pueblo y, qué menos que poder aportar algo, en mi caso desde mi disciplina, todo lo que pueda.

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