Una iniciativa que arranca en Almería
¿Quieres ser 'familia canguro' para bebés del centro Indalo?
Una iniciativa que arranca en Almería
Almería/El desafío es mayúsculo. No hay suficientes familias de acogida para atender a los bebés e infantes del centro de menores Indalo de Almería. Los esfuerzos por conseguirlas no han cesado, pero han sido insuficientes. De ahí que la Asociación de Familias Acogedoras de Almería ‘En Familia por Derecho’ haya propuesto una solución exprés: las familias canguro. Se trata de un acogimiento esporádico e intermitente en el tiempo que permita al menor tener contacto y convivencia con una familia. “Hay niños que tienen salidas al exterior limitadas”, explica Raquel Rivera, presidenta de la Asociación En Familia Por Derecho. “Igual sucede con bebés, que entran recién nacidos y pasan meses en unas instalaciones con una crianza institucionalizada, sin todo el apego, sin el cariño permanente y sin ese calor humano que solo una familia le puede dar”, añade.
El programa de familias canguro es una experiencia piloto en Andalucía que se ha iniciado en la provincia de Almería por la casuística que tiene precisamente el Centro Indalo, el que mayor número de menores tiene a la espera de ser acogido. No es más que una extensión de la modalidad del programa “familias colaboradoras”. Como explican desde la propia asociación “este programa viene atendiendo desde hace tiempo a menores que tienen más de 7 años y residen en centros de protección como el Indalo. Son niños y niñas para quienes no se prevé otra alternativa familiar a corto plazo. Las familias colaboradoras se comprometen a compartir periodos de tiempo determinados, normalmente fines de semana, festivos o vacaciones, con estos menores, ya sea en el domicilio familiar o en el lugar donde realicen las vacaciones. Esta modalidad de acogimiento, que solo existía para mayores de 7 años ahora ya también incluye a los bebés e infantes, es decir, a niños entre 0 y 7 años”.
La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía autorizó el pasado mes de septiembre la ampliación del rango de edad para incluirlos dentro de esta modalidad de colaboración social. Y el mismo día que fue aprobada la medida), en Almería tres familias acogedoras presentaron la solicitud para ser familia canguro. Otras tantas han seguido la estela semanas después, y más de ocho menores han tenido la oportunidad de pasar algunas tardes en una casa, en un hogar, en un sitio diferente al centro Indalo de la capital.
Fue el 23 de septiembre, lunes, cuando se inició el programa de familias canguro. Eran casi las tres y media de la tarde cuando Antonio se estacionaba su coche frente al centro Indalo para recoger a dos niños. Ángeles, la madre de otra familia de acogida, estaba desplazando a esa misma hora la puerta corredera de su furgoneta. Descubrió el cuco en el que posó a la bebé que acababa de sacar de las instalaciones mientras la acompañaba una educadora del centro con un sonajero, una bolsa de comida y una emoción contenida por el proyecto que iniciaban. “Muchas gracias por lo que hacéis, ojalá haya más gente como vosotros y les den oportunidades a estos niños para que puedan estar en un hogar. Aunque solo sea unas horas”, decía la trabajadora del recurso residencial .
Eran los tres primeros bebés “canguro” que salían del Indalo. Manu, nombre ficticio, es el más grande. Tiene casi dos años. Observaba cada detalle. Agarraba la mano de su padre canguro y un regocijo se refugiaba en su mirada perpleja. Subió al coche sin más, sin ninguna resistencia y con la misma ilusión que tiene un niño cuando va de viaje de estudios. Le acompañaba Ani, también nombre ficticio, una bebé de tres meses de edad. Ambos compartirían toda una tarde con una familia en Roquetas de Mar.
El delegado de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía en Almería, Francisco González Bellido, apuntala que la prioridad del programa es que “estos niños y niñas establezcan vínculos emocionales positivos con personas o familias que empaticen con su situación”. Los menores que necesitan una familia acogedora han sido separados de sus padres o cuidadores porque han sufrido algún tipo de adversidad. La mayoría de ellos han padecido situaciones de negligencia, malos tratos u otras circunstancias dolorosas y traumáticas. Almería es la provincia con menor porcentaje de familias acogedoras de toda Andalucía. Urge incorporar familias al sistema de protección de menores. Menos del 33% de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en esta situación crecen con una familia. La gran mayoría lo hace en centros de menores. Estas circunstancias, que vienen perdurando en el tiempo, han forzado a la asociación de familias acogedoras a convertirse en un think tank, una especie de organización que genera ideas y soluciones a los desafíos que afronta la sociedad. Y una de estas ideas ha sido el programa de familias canguro. La Consejería de Familias de la Junta de Andalucía, consciente de la escasez de familias de acogida, no ha dudado en respaldar en firme la propuesta. Su puesta en marcha ha tardado lo que el trámite administrativo y burocrático ha exigido. Ahora, esos bebés e infantes que no podían estar con familias o personas colaboradoras, ya pueden hacerlo. Las familias canguro podrán llevarlos a sus casas en tardes alternas y fines de semana. Los requisitos son sencillos: disponer de la idoneidad que tiene que autorizar el Servicio de Protección de Menores de la Junta de Andalucía. Las familias de acogida lo tienen más fácil, pues ya cuentan con esa idoneidad por estar activas en el programa de acogimiento. Las personas o familias que quieran colaborar con el proyecto de familias canguro podrán solicitarlo a la Junta de Andalucía. Pueden obtener más información a través del número de teléfono 629 612 923.
Los artífices de este proyecto son los miembros de una familia de acogida que prefiere mantenerse en el anonimato. En el momento de la puesta en marcha de la iniciativa se encontraban a 3.400 km de Almería. Estaban de vacaciones en Bulgaria. Aún no han podido participar el programa pero están deseando volver para acoger a un par de niños, tal y como han manifestado. Ella explica realmente en qué consiste esta labor: “Se trata de realizar actividades que son las que, de forma diaria y normalizada, realizamos cualquier familia con nuestras niñas y niños. Por ese factor, todos los menores deben de tener derecho a estar con una familia, para que, emocionalmente, sus cabecitas se desarrollen con normalidad”.
Raquel Rivera, la presidenta de la asociación, explica que la pretensión de este proyecto es ampliarlo incluso a los hospitales, a todos esos lugares donde haya niños y niñas en riesgo de abandono o desamparo. El objetivo, alineado con la misión de la asociación de familias acogedoras, es “que no haya ningún niño sin hogar”.
El Plan Estratégico Estatal de la Infancia reconoce que aún no se ha conseguido desarrollar una cultura del acogimiento en la sociedad española. Los esfuerzos de los poderes públicos han sido insuficientes. Esta es una de las razones por las que 67% de los menores que se encuentran bajo el sistema de protección de la Junta de Andalucía en Almería crece en un centro. “No hay suficientes familias de acogida. El centro de menores Indalo está completo. Y más de un tercio de los niños, niñas y adolescentes que están acogidos en él tienen menos de 7 años”, explican desde la asociación.
La infancia con problemas de conducta vinculados a trastornos de apego, los grupos de hermanos, o los niños, niñas o adolescentes con enfermedad o discapacidad son los que presentan más desafíos para lograr acogimientos familiares. El porcentaje de menores que se encuentra con una familia de acogida actualmente en la provincia de Almería el del 33%, muy lejos del promedio de Andalucía (48%) y del conjunto nacional (53%).
El plan estatal recoge una estrategia consensuada con las comunidades autónomas para que no haya primera infancia en centros residenciales. Esta meta apunta a 2026 como el año en el que ningún niño o niña menor de 6 años viva en un centro de menores, y se amplía el límite de edad hasta los 10 años en el año 2031. La Ley de Infancia y Adolescencia de Andalucía ya regula que solo pueden vivir en centros de protección de menores los niños y las niñas mayores de 13 años. Y fija unos plazos de forma taxativa: los menores de 7 años pueden vivir en estos centros 3 meses como máximo, plazo que se eleva hasta los 6 meses si el menor tiene entre 7 y 13 años.
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