Programación de videojuegos, la extraescolar de moda entre niños y adolescentes almerienses
Educación
Algorithmics es una empresa internacional que enseña a menores de todas las edades a programar
Videojuegos y drones, alternativas de ocio para los niños de los pueblos del interior de Almería
Los más pequeños de la casa son nativos digitales, que llevan prácticamente, desde que empezaron a tener uso de razón, rodeados de pantallas. Es por esto mismo que los niños y jóvenes cada vez se sienten más atraídos por el mundo de los videojuegos.
Crear un videojuego desde cero es un proceso largo y complejo por el que pasan cientos de profesionales antes de obtener un resultado óptimo. La programación, a pesar de ser un mundo muy complejo, se puede trabajar desde diversos niveles, y eso es lo que haceb en Algorithmics Almería.
María del Mar Rodríguez, responsable de formación de la academia, explica que, “Indalestudio era una academia de refuerzo de todos los niveles de inglés. Pero llegó un momento en el que muchísimas madres y padres empezaron a preguntar si teníamos clases de informática”.
“Investigamos sobre ello, y descubrimos Algoritmics dentro de lo que era toda la gama de plataformas o cursos de programación, y nos fascinó. La plataforma, el contenido, su metodología... y decidimos convertirnos en franquicia”.
Algorithmics es una marca a nivel internacional que tiene sede en 90 países. En España hay alrededor de 50 academias, y esta es la única en Almería, ya que solo es posible una franquicia por ciudad.
Las clases de programación están enfocadas para niños desde cinco años hasta los 18, divididos en grupos de tres niveles diferentes. Manuel Díaz, profesor de la academia, explica que “la primera categoría se llama programación visual, donde damos Scratch, que es un programa en el que no se escribe código, sino que van juntando bloques".
"Los niños no aprenden a programar como tal, pero sí la lógica, las condicionales, lo que es un objeto o lo que es una variable, que es básico en programación”.
Desde este primer curso, se les inculcan valores como el compañerismo, ya que siempre se ayudan los unos a los otros cuando no saben hacer algo. Los pequeños tienen tantas ganas de comenzar su clase que muchos llegan a las instalaciones del centro más de media hora antes.
La responsable de formación explica también que "lo primero que decimos es que no se trata de jugar, sino de programar para que creen su primer videojuego, son cosas diferentes. Hacemos es un test de nivel para saber en que clase deben estar, porque las edades son muy relativas, depende del manejo que tenga. Estas clases de prueba son siempre son gratis".
Cuando los niños ya dominan la primera fase pasan a trabajar con Roblox. “Con este programa ya nos dedicamos a crear juegos. La diferencia con Scratch es que pasamos de 2D a 3D, y comienzan a programar escribiendo el código. Es un salto de complejidad bastante grande, pero como ya vienen de dominar la lógica no es un problema para ellos”, asegura Díaz.
Daniel Martínez y Daniel Sáez son dos alumnos que asisten a este segundo nivel. Cuentan ilusionados que “hemos aprendido a programar muchas cosas, por ejemplo un ascensor, poniendo plataformas y un código en inglés. También sabemos generar terrenos, donde ponemos a los personajes y tiendas”. “Yo ya he hecho un juego más o menos”, asegura Martínez.
El profesor traslada que “empezamos con cosas sencillas, por ejemplo, que si toca una pieza te mate, que si toca una puerta se abra… Y al final del curso consiguen un juego bastante complejo. Si pasan de ahí, ya para los 13 o 14 años, empezamos con Unity, que es un programa profesional, de hecho, la mayoría de los juegos de móvil, como Candy Crush, están hechos con él”.
Una vez que superan ese último nivel, los jóvenes podrían incluso dedicarse a programar, asegura el profesor. “Tienen toda la base, y si ellos continúan, podrían ser casi profesionales en un par de años”.
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