¿Cuál es la principal adicción en Almería?

La Dirección General de Atención Sociosanitaria, Salud Mental y Adicciones de la Junta de Andalucía ha facilitado a este periódico los datos de los últimos 18 años del Sistema de Información del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones (SIPASDA) en los que la batalla contra las sustancias ilegales (cocaína, cannabis, opiáceos), tabaco, alcohol y juego patológico alcanza a casi 39.000 personas en la provincia (38.936). Entre 2005 y 2023, la desintoxicación de las drogas suma 14.000 tratamientos y el resto de las adicciones rondan los 25.000. En el último año fueron 1.398 almerienses los que iniciaron esta compleja etapa de deshabituación y en el curso actual la cifra ya supera los 1.200 usuarios.

¿Cuál es la adicción con más personas en tratamiento? El alcohol sigue liderando la estadística de procedimientos de desintoxicación en la provincia con 466 tratamientos en el último año y 462 en el ejercicio anterior. La cifra más alta de almerienses que acudieron a los centros y asociaciones para acabar con su dependencia de las bebidas alcohólicas se registró en 2015 con un total de 546 personas en los programas y terapias. En lo que va de año, hasta principios de noviembre, han sido 371 los almerienses los que han plantado cara a esta dependencia en la provincia. Entre 2005 y 2023, el SIPASDA contabiliza un total de 8.859 personas en tratamiento por esta adicción. La Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Almería (ARA) lanzaba la campaña 'Sin alcohol, yo me divierto' a mediados del pasado mes para concienciar sobre los riesgos del consumo abusivo con motivo del Día Mundial Sin Alcohol.

Cocaína

A pesar del liderazgo provincial de los tratamientos contra el alcoholismo, los usuarios que quieren dejar atrás su adicción a la cocaína no han dejado de crecer. En 2022 fueron 419 personas y 410 en 2021 frente a los 260 y 261 que acudieron a los centros de desintoxicación en 2016 y 2015. En lo que va de año ya se han registrado más de 350 admisiones de usuarios que solicitan ayuda para abandonar el consumo de esta droga recreativa altamente estimulante. Entre 2005 y 2023, el SIPASDA contabiliza un total de 6.246 personas en tratamiento por esta adicción.

Cannabis

La segunda sustancia ilegal con mayor tirón en Almería es el cannabis, un consumo creciente que se refleja claramente en la estadística de tratamientos de desintoxicación. De los 64 que solicitaron ayuda para combatir su adicción en 2005 se pasó a 142 en 2009, 212 en 2012 y se alcanzó el número de atenciones más alto en 2014 con 450 personas en la provincia. En el último ejercicio fueron 244 y en lo que va de año ya son 171 los almerienses que están en programas de deshabituación. El 62% de los jóvenes que acuden a la asociación Proyecto Hombre, según recoge su memoria anual, demandan tratamiento por abuso de cannabis.

Heroína

El consumo de heroína, una droga altamente adictiva y letal que se puede inyectar, inhalar, aspirar o fumar, ha caído en picado en la provincia en lo que va de siglo, un descenso generalizado que incide directamente en el menor impacto de drogodependientes en los centros de desintoxicación. En la provincia de Almería fueron tratadas 255 personas en 2006, 137 en 2016 y en el último ejercicio 82. La estadística anual evidencia el retroceso en el número de adictos en tratamiento que en la actualidad son 69. Más de 20.000 personas se han beneficiado desde principios de siglo del programa de Metadona por el que reciben un sustitutivo del opiáceo como una alternativa terapéutica con la que reducir riesgos y daños asociados a su dependencia.

Otras sustancias ilegales como las anfetaminas, MDMA e hipnosedantes apenas tiene peso en el Sistema de Información del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones y en la mayoría de los casos están vinculados a policonsumos siendo mayor la dependencia de otras drogas y alcohol. A mediados de los años noventa, las drogas ocupaban el segundo lugar entre los asuntos de mayor preocupación de los ciudadanos en el Barómetro del CIS. En 2003 sólo era percibido como uno de los principales problemas por el 9,4% de la población y actualmente lo sitúan como prioritario apenas el 0,1% de españoles. La percepción claramente en retroceso sobre los riesgos de las drogadicciones no se corresponde con el incremento de los consumos ni las consecuencias de unas sustancias que lastran la vida de miles de personas a diario. España es hoy uno de los países de mayor volumen de negocio de las drogas, sobre todo entre jóvenes de 14 a 35 años. No es, por tanto, un problema del pasado, sino de presente y futuro.

Tabaco y ludopatía

En el apartado de otras adicciones también figura el tabaco con una incidencia leve en la estadística, por debajo de los 30 tratamientos anuales entre 2022 y 2015, si bien en el ejercicio actual han sido ya 33 las personas que han solicitado su participación en programas de deshabituación tabáquica. Mayor presencia tiene el juego patológico con 85 almerienses en tratamiento en 2022 y 74 en la actualidad. Los años en los que acudieron más personas a las entidades y asociaciones de la provincia a pedir ayuda para frenar su ludopatía fueron 2018 y 2019 con 94 y 218 altas en los diferentes programas y terapias.

Móvil y videojuegos

El grave problema creciente de enganchamiento al teléfono móvil y otros dispositivos electrónicos, que alcanza a un tercio de los menores que inician tratamiento por otras dependencias en Proyecto Hombre, apenas tiene impacto en la estadística del SIPASDA (otras adicciones sin sustancia) porque hasta los 21 años de edad aparece catalogado como uso abusivo en materia de prevención y no como adicción en tratamiento. Una de las asociaciones de reconocida trayectoria en la provincia, Proyecto Hombre, atendió el pasado año a cinco jóvenes por uso inadecuado de la tecnología (móvil y videojuegos) y la Asociación Almeriense de Jugadores de Azar Rehabilitados (Indalajer) ha anunciado recientemente la creación de una Escuela de Padres, con charlas y talleres, en los que se pretende concienciar sobre el peligro que entrañan para sus hijos las apuestas deportivas, cuya generalización y fácil acceso están provocando una peligrosa adicción desde edades muy tempranas, además de los perjuicios económicos para las familias.