La primera oficina postal de Almería

Almería

El día 10 de septiembre de 1895 partía la primera oficina postal ambulante entre Almería y Guadix. Se trataba de una oficina móvil ubicada en un vagón, que se encargaría de llevar y traer la correspondencia de Andalucía y Extremadura

Imagen de una oficina postal de Correos con sus ambulantes postales
Imagen de una oficina postal de Correos con sus ambulantes postales / D.A.
Francisco Gutiérrez Gomiz

27 de agosto 2023 - 08:00

Almería/El uso del ferrocarril para transportar el correo representará una gran mejora de este servicio. Con él la capacidad de envíos se multiplica por diez respecto a los vehículos de tracción animal, sillas de postas y diligencias, pasándose de acarrear unas pocas arrobas (unos 90 Kilogramos) a dos toneladas, en las primeras versiones de coches correo.

En cuanto a la velocidad, se pasa de los 10-12 kilómetros por hora, de las diligencias más rápidas, a los 40 o 50 kilómetros por hora de los trenes. Hay que añadirle que los ambulantes durante su jornada clasificaban los envíos, lo que aceleraba la entrega en las estaciones intermedias.

Esto va a suceder en un momento en el que el servicio postal aumenta de forma relevante, por ejemplo, de 1880 a 1913 se pasa de que cada español enviara una media de 4 cartas a 7,74, casi se duplica.

El tráfico postal ferroviario fue un éxito que se vio reflejado en el kilometraje diario que realizaban las conducciones, pasando de 2700 km en 1858, a los 54000 km en 1900 y los más de 75000 en 1930. A partir de 1960 comenzaron a transportarla los llamados “trenes postales” dedicados solo para el correo, integrados por vagones oficina y furgones de carga.

Este sistema se iniciará en 1851 en el trayecto de Madrid a Aranjuez, transportándose en los vagones postales las sillas de posta y diligencias. En 1854 se desarrolla mediante una orden que autorizaba la construcción de dos vagones especiales para el ferrocarril del Mediterráneo con origen en Madrid. La primera estafeta ambulante fue creada el 27 de julio de 1855 entre Madrid y Albacete, solo siete años después de empezar a funcionar en España el primer ferrocarril peninsular (Barcelona-Mataró).

Se trataba de “colocar” una oficina dentro de los trenes. El personal de Correos que realizaba estas tareas se le conocía como «ambulantes». Su principal misión era la de recibir, clasificar y entregar los envíos postales que intercambian con otras oficinas fijas de su trayecto. El vagón del tren en el que efectuaban su trabajo se le denominaba ambulancia y se trata de una oficina móvil de Correos. No atendían al público, pero los ciudadanos sí podían depositar su correspondencia en los buzones instalados en los mismos.

El trabajo de los ambulantes era muy duro, tenían que realizarlo en un vagón de unas dimensiones que oscilaban entre 6 a 7 metros de largo por 3 de ancho. De pie, delante de su mesa, y sacudidos por los vaivenes del tren, abrían los paquetes para introducir los envíos en los casilleros de las distintas oficinas que tenían que clasificar, luego los volvían a atar y empaquetar para su entrega.

Sello. Servicio de Correos- ambulante de Correos. 1976.
Sello. Servicio de Correos- ambulante de Correos. 1976.

En estos vagones padecían las inclemencias climáticas, eran víctimas de descarrilamientos, choques, incendios, asaltos, y de los retrasos que podrían durar de unas horas e incluso días, por cualquier avería o desperfecto.

Dada su inseguridad se les permitía portar armas cortas para su defensa. Durante su viaje se les aislaba en los compartimentos de Correos, encerrados por medidas de seguridad, del resto del tren, ya que no solo transportan cartas, sino también valores, certificados, metálico y paquetería.

La correspondencia entra y sale de los vagones en cada parada. Clasificada durante el viaje, llega a su destino lista para su entrega. Por todo ello, reciben una gratificación especial, lo que hizo que estas plazas fuesen codiciadas, dado el escaso sueldo que cobraba el personal de Correos en general.

En 1865, se dotó a los administradores, oficiales y ayudantes de las estafetas ambulantes de un uniforme que debían usar durante el servicio.

. Uniformes de los jefes, Oficiales y Ayudantes de las Administraciones Ambulantes de Correos. Basados en la Orden de la Dirección General de Correos de 18 de junio de 1865
. Uniformes de los jefes, Oficiales y Ayudantes de las Administraciones Ambulantes de Correos. Basados en la Orden de la Dirección General de Correos de 18 de junio de 1865 / D.A.

A medida que se extiende la red de ferrocarril, en una distribución radial con centro en Madrid, se van creando diferentes ambulantes. En 1866 el desarrollo de la red obliga a una primera reforma en profundidad y, a tal fin, la Inspección de Postas y Correos eleva un exhaustivo informe a la Dirección General en el que aparecen reestructuradas las ambulantes en servicio con una propuesta organizativa.

La consecuencia de dicho informe fue el primer Reglamento de las Administraciones Ambulantes, de 4 de diciembre de 1866, que las divide en líneas generales o de primera clase y líneas transversales o de segunda. Son de primera clase la del Norte, la del Mediterráneo (Madrid a Valencia, Alicante y Cartagena), la de Andalucía (Madrid a Cádiz), la de Aragón y Cataluña (Madrid a Zaragoza y Barcelona), la de Extremadura (Madrid a Badajoz) y la de Valencia a Barcelona. Son de segunda la de Isabel II (Valladolid a Santander), de Bilbao a Castejón, de Zaragoza a Alsasua y de Córdoba a Málaga. El Reglamento, además, fija la estructura y obligaciones del personal que sirve las ambulantes.

El 18 de agosto de 1870, ante la dificultad de gestionar una red que crece tan rápido, se publica un nuevo Reglamento con el que se pretende perfeccionar el funcionamiento de este servicio. Así mismo clasifica las líneas en: Generales, color verde, Transversales, rojo, y Ramales, violeta.

En Almería, para poder implantar este servicio, lo primero que debíamos de disponer era de ferrocarril. El día 25 de julio de 1895 se inaugura el tramo Almería-Guadix, siendo la penúltima capital peninsular que lo dispuso.

Mapa de los ferrocarriles en explotación. Almería-Guadix
Mapa de los ferrocarriles en explotación. Almería-Guadix / D.A.

Unos meses después, a principios de septiembre, la Dirección General de Correos organiza y desarrolla la implantación del primer servicio de ambulantes en dicha línea. Transportaría la correspondencia de Andalucía y Extremadura.

Se constituye con tres oficiales y tres aspirantes, los cuales recibían una gratificación de 6 pesetas por viaje. Prestarían servicio en los trenes núm. 11 y 12. El de Almería saldría a las 14 h 20 de la tarde, llegando a Guadix a las siete de la tarde. Desde este punto regresaría a las siete de la mañana y llegaría a nuestra estación a las 11 h. Esto va a representar que el correo se recibiera con un día o dos menos.

Horario expuesto en Correos con la salida de este tren
Horario expuesto en Correos con la salida de este tren / D.A.

Con el objetivo de realizar una comunicación directa entre las dos capitales, se establece una conducción en carruaje que va de Granada a Guadix, de 50 Km.

Desde la Administración Principal de Correos a la estación se organiza también una conducción específica.

Correos y el administrador, Adriano Pineda, reorganizarán el servicio de las poblaciones que estaban próximas a las paradas de este trayecto.

Se crea una nueva cartería en la localidad de Huércal de Almería que tiene la obligación de recibir y entregar la correspondencia en la estación de ferrocarril y servir las localidades de Viator y Pechina.

Se constituye otra cartería en Benahadux con obligación también de recibir y entregar en la estación.

La cartería de Gádor, ya existente, recibirá varios paquetes de correspondencia. El primero incluye la de las localidades de Gádor, Quiciliana, Rambla de Tabernas, La Rocha, Rumi y Torre de Don Alfonso. El segundo, el de Alhama, Imposibles, Marchal, Marchalico, Alhabia, Alsodux, Alboloduy, Piedras Blancas, Resquicio, Yeseras, Bentarique, Santa Cruz y Terque. El tercero, Canjáyar, Alcolea, Alcora Alta, Almócita, Bayárcal, Béires, Benecid, Fondón, Guanos, Laujar, Ohanes, Padules, Presidio, Parterna, Solana del Río y San Antonio. El cuatro, Instinción, Fuente de los Morales y Hoyetas. El quinto, Rágol y Molino de Egea. El séptimo, Huécija y el último, Alicún.

Se establecen carterías en Santa Fe de Mondújar y Fuente-Santa que recoge los paquetes de cada una ellas.

Se dota de otra cartería a Alcubillas Gérgal que recoge varios paquetes: el primero con la de Nacimiento, Gilma, Navarro, Rambla de Encina y Tapia. El segundo para Alcubillas Altas y bajas y el tercero Gérgal, Olula de Castro, Castro y Velefique.

Nueva cartería en Doña María que recibe paquete para ella misma y Cortijo Real, Lagares, Piedras Blancas, Ocaña, Ohanes y Canjáyar. A Escullar llega un paquete independiente.

Creación de una Cartería de Abla que recepción dos paquetes: el suyo y el de Abrucena.

Y, por último, la Cartería de Fiñana, ya existente, recoge solo su correspondencia.

Se crea un peatón de Gérgal a la estación y otro de Doña María a Ocaña, Ohanes y Canjáyar.

Estas modificaciones representaron una reducción en los costes del Tesoro de, 10453 pesetas anuales.

El sistema de transporte postal por ferrocarril durará más de 100 años, el 30 de junio de 1993 sale la última expedición ambulante por ferrocarril de Madrid-Chamartín, en el tren expreso Madrid-Málaga, arrastrando la última oficina ambulante (DGCT-3039) que recorrería el territorio español.

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