La pobreza cambia de barrio

El Puche, La Chanca, Los Almendros, Araceli o San Cristóbal siguen siendo las zonas más vulnerables

El Zapillo, Plaza de Toros o San Félix entran en el mapa de barrios desfavorecidos del Ministerio de Fomento

Dejan de ser frágiles Los Molinos, Chocillas, el Diezmo, San Luis o la mayor parte del entorno de Torrecárdenas

Derribo de viviendas prefabricadas del barrio de El Puche para realojar a sus vecinos. / Javier Alonso
Rafael Espino

15 de junio 2017 - 07:36

La provincia almeriense tiene su propio mapa de vulnerabilidad. En realidad, una visita bastaría para generarlo mentalmente, sin embargo, el ministerio de Fomento viene elaborando desde 1991 un Catálogo de Barrios Vulnerables que ayuda a las administraciones a elaborar planes de actuación. Tiene en cuenta el nivel socioeconómico (paro o población sin estudios), y la situación en la que se encuentran sus viviendas.

Las zonas más desfavorecidas suelen crearse en aquellas localidades con más acumulación de población. Por ello, Almería capital, Roquetas y El Ejido cuentan con la mayor parte de estas. Aunque lo cierto es que se mejora favorablemente. Por ejemplo, el municipio de El Ejido ha conseguido reducir el nivel de vulnerabilidad de Santa María del Águila de nivel alto a nivel bajo en los últimos 30 años y trabaja para mejorar las condiciones de la Loma de la Mezquita.

Roquetas de Mar ha logrado mantener en niveles muy bajos la vulnerabilidad de algunos espacios situados en centro-este haciéndolos casi desaparecer en las últimas tres décadas, pero no logra hacer lo propio con la carretera de la Mojonera en su entorno, que ha pasado de un nivel bajo de vulnerabilidad a uno muy alto en la última referencia que indica el informe del Gobierno.

En Almería capital el entramado es más complejo porque desde 1991 la pobreza ha cambiado de barrios a pesar de que la mayoría se asienta en la zonas tradicionalmente desfavorecidas tales como La Chanca, San Cristóbal, Araceli o Los Almendros, con un nivel de vulnerabilidad medio, y el barrio de El Puche, que sigue soportando la mayor tasa de pobreza de la capital con nivel muy alto (su porcentaje de paro supera el 60%).

Fuente: Ministerio de Fomento

El final de la década de los 70' marcó un antes y después en la forma en la que la ciudad de Almería está estructurada, tanto en lo urbanístico como en lo social. Las lluvias torrenciales fueron excusa para iniciar un proceso de segregación residencial que llevó a cientos de vecinos de La Chanca o el Casco Histórico a barrios como el de Los Almendros o el Puche, la mayoría de estos de etnia gitana. En principio, su estancia en estas zonas iba a ser temporal, se les construyeron casas sin demasiados artificios, con lo básico, y se les dijo que su cambio de residencia no se alargaría. Cincuenta años después, las viviendas, de desacertada construcción, se han degradado, y sus gentes siguen esperando que alguien se preocupe verdaderamente por ellos.

En las últimas tres décadas, la capital ha perdido un tercio de zonas vulnerables según el informe de Fomento. Hay barrios que han mejorado, pero otras zonas que han empeorado. El Zapillo ha entrado en el mapa de barrios desfavorecidos del Ministerio de Fomento aunque lo hace nivel de riesgo bajo. Ha influido el envejecimiento de su parque de viviendas, una población también envejecida y con escasas retribuciones en pensiones y un aumento de inmigración con recursos económicos bajos. También lo hace la plaza de Toros y su entorno, el barrio San Félix y parte de Los Ángeles.

En el centro y oeste de la capital hay grandes zonas que han dejado de ser vulnerables tales como Chocillas, Los Molinos o el barrio de El Diezmo así como la mayor parte del barrio de Torrecárdenas. La calle Iniesta marca el límite entre unas zonas y otras. En el sur, también mejoran su situación el Tagarete y las 500 Viviendas, que han dejado de aparecer en el mapa elaborado por el Ministerio de Fomento.

Junto al Casco Histórico también dejan de ser vulnerables la calle General Luque y su entorno.

Aun así, el caso más llamativo lo plantea el barrio de El Zapillo. Su nivel de vulnerabilidad es bajo. Lo delimita un espacio formado desde casi Las Almadrabillas, pasando calle Vivar de Téllez, insertándose hasta el norte en calle República Argentina, calle Segovia, Guatemala y de ahí hasta calle Burgos, abarcando un espacio hasta la Avenida de Madrid. El límite es la Avenida del Mediterráneo hasta el Palmeral.

En cuanto a la zona centro de la capital, la Plaza de Toros ha entrado de lleno. La delimitación parte desde la Avenida Federico García Lorca llegando a calle Prim, Parra y calle Alfareros. La Calle Alfarerías, Restoy, Calle Calvario, Cucarro, Palma o Silencio. Cercano a la zona se encuentran nuevas como calle Canteras, Serafín o María Guerrero (cercanas a calle Murcia).

En cuanto a Los Ángeles, el nuevo espacio que marca el informe establece un recorrido desde calle Campoverde hasta el noroeste alcanzando la calle Lucainena de las Torres, calle Oria y calle Bédar. Junto al barrio de Los Ángeles, se ha ampliado a nivel medio de vulnerabilidad al Barrio de San Luis y otras zonas cercanas como la calle Amatisteros, Mercurio y sus inmediaciones, así como calle Marte, plaza Santa Isabel, Avenida Santa Isabel.

En el interior de la provincia también existen casos de construcciones en mal estado o, simplemente, en lugar poco idóneo. Es el caso de El Realengo en Cuevas del Almanzora. Un desprendimiento de tierra provocó graves daños personales y materiales. En la actualidad, el municipio, junto con la delegación de Obras Públicas de la Junta, conjugan proyectos para rehabilitar la zona. El barrio de San Antonio, en Albox, es el más antiguo del municipio.

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