Cáritas: "La pobreza en Almería tiene rostro de mujer con hijos y en soledad"

La realidad que no se ve en Almería

La vivienda, el desempleo, la exclusión social y las barreras económicas, acercan cada vez a más personas jóvenes a la Diocesana almeriense

Mari Carmen Torres Galdeano y Juan Antonio Plaza Oña presentan la memoria de Cáritas Almería / María José Uroz

La mayoría de las 22.812 personas que se han beneficiado de la ayuda de Cáritas Diocesana en Almería en el último año son hombres, pero cada vez son más las mujeres, mayores de 25 años con hijos y en soledad, las que se acercan en busca de un rayo de luz para poder acceder a una vivienda, para cuestiones relacionadas con el desempleo o incluso para vestir. Así es la “realidad oculta” de Almería según la directora de Cáritas, Mari Carmen Torres Galdeano, que ha presentado la memoria de la confederación oficial de entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica en la provincia.

Acompañada del delegado episcopal de Cáritas en Almería, Juan Antonio Plaza Oña, han explicado la radiografía de la pobreza en Almería y han sentenciado que “tiene rostro de mujer” al ser cada vez más creciente el número de personas vulnerables que precisan de la intervención de los voluntarios y técnicos. Y es la exclusión residencial precisamente uno de los principales problemas, que además la provincia de Almería sufre de una manera más dura que en el resto del país, especialmente entre el colectivo de extranjeros.

La dificultad para acceder a una vivienda o los gastos excesivos de los hogares, las barreras económicas, la exclusión social, el desempleo, el aislamiento, la brecha digital... es lo que más preocupa. Y todo, sin dejar de lado “un problema muy serio” como es la inmigración irregular, los asentamientos y la explotación sexual entre invernaderos por menos de lo que vale una cajetilla de cigarros (cinco euros), como destacó el delegado episcopal.

La pobreza en Almería se ha cronificado, es decir, si antes atendimos a los abuelos y después a los hijos, ahora la atención que se presta es a los nietos”, sentencia Plaza Oña, quien advierte que son cada vez más personas jóvenes las que se acercan en busca de caridad. “Encontramos el encadenamiento de las crisis económicas y sociales que hemos sufrido en estos años y que ha ido produciendo una acumulación creciente de personas y ogares en situación de pobreza y exclusión social que no recuperan su situación anterior”, ha señalado la directora, quien señala que “la experiencia de Cáritas en Almería al lado de estas personas es que es posible vivir de otra manera, es posible cambiar el estilo de vida donde nadie quede excluido”. Por eso Cáritas Diocesana de Almería invita a celebrar el Día de la Caridad con el lema “Allí donde nos necesitas, abrimos caminos a la esperanza”. Es el mensaje para el Corpus Christi, a la par que lanzan un mensaje de agradecimiento a tantas personas voluntarias y colaboradoras cuya entrega y testimonio son “semillas de bien común para la sociedad”. A través de esta campaña se quiere hacer visible el clima de desesperanza social y de desorientación en el que viven muchas personas debido a sus graves dificultades para acceder a una vivienda; por la creciente precariedad laboral o por encontrarse en una situación administrativamente irregular.

La tendencia en el número de personas atendidas va al alza frente al colectivo de voluntarios que cada vez está más envejecido y mermado, como han explicado durante la presentación de la memoria. Y es que los voluntarios y los técnicos que impulsan los distintos proyectos de la confederación oficial de entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica, son esenciales para desarrollar ese acompañamiento a las personas vulnerables cuyo estilo ha cambiado. Si antes eran ayudas más puntuales ahora son prolongadas en el tiempo y más específicas.

“Las personas vulnerables se han cronificado”

La directora de Cáritas Diocesanas de Almería, Mari Carmen Torres Galdeano, ha señalado que “en los últimos años encontramos que el encadenamiento de las crisis económicas y sociales que hemos sufrido en estos años ha ido produciendo una acumulación creciente de personas y hogares en situación de pobreza y exclusión social que no recuperan su situación anterior. La facilidad para caer en la exclusión social no se ve acompañada posteriormente con la una fácil salida en periodos de prosperidad. De ahí que hayamos optado por un cambio en el estilo de acompañamientos y atención hacia proyectos promocionales en los que se tratan los problemas desde diferentes áreas y de acuerdo a las necesidades. El acompañamiento ahora es en el tiempo y no tanto en la calle de forma puntual y urgente, aunque éste también se presta”.

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